La quiebra de la General Motors, otrora la compañía más grande del mundo, se origina de sus prácticas salariales y las desorbitadas demandas de sus sindicatos
Editorial. 03 de Junio. Tomado de El Diario de Hoy.
Mantener los empleos que ya se tienen y en lo posible generar nuevos, es la política que más y más gobiernos están aplicando, como lo promueve el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg. En una similar postura se encuentra el presidente del gobierno español, cuyas previas políticas sociales han llevado a España al borde de la bancarrota y son la causa de que casi un veinte por ciento de los españoles esté sin trabajo.
Bloomberg rechazó un incremento de salarios a los maestros de la ciudad señalando que al encarecer sus empleos y por limitaciones presupuestarias, un gran número de ellos iba a perder sus plazas. Si se sube artificialmente el precio de los tomates, o de lo que sea, su demanda se reduce; un maestro nada tiene en común con los tomates o cualquier producto industrial, pero las leyes económicas que rigen el empleo y los precios de los servicios médicos o los utensilios de cocina, son las mismas.
Abaratar el empleo para conservarlo es lo que están haciendo muchos países europeos, lo que pasa por incrementar la edad de la jubilación: en Francia el retiro para las mujeres será a los sesenta años, lo que ha suscitado huelgas en un intento de sostener lo insostenible.
En Italia se habla de que la gente tendrá que trabajar hasta morir, a menos que haya formado sus propios fondos de retiro o estén físicamente incapacitados. Y la razón es que el sistema provisional se basó en que los jóvenes trabajadores sostenían con sus aportes a los viejos, pero a medida que el promedio de edad se iba elevando y la población mayor se fue incrementando, el esquema se resquebrajó y los gobiernos tuvieron que tomar deuda para que los sistemas provisionales no colapsaran.
La hora de la verdad se iba postergando al futuro pero ese futuro ya llegó y los dolorosos ajustes se deben hacer.
Al final todos tienen que pagar la fiesta
Las rebeliones, huelgas, protestas y marchas que han tenido lugar en Grecia y Francia tienen una medida de justificación: los respectivos gobiernos de cada conglomerado han exprimido con impuestos a la gente con la promesa de que el Estado providencia iba a suministrarles casi todo: educación, pensiones, asistencia médica, vacaciones y permisos, seguridad, etcétera. No les dijeron que para manejar el aparataje asistencial se iba a requerir de enormes burocracias para dar empleo a los dependientes políticos. Como muestra, el Seguro Social salvadoreño gasta en salarios casi el ochenta y cinco por ciento de lo que recibe, lo que deja muy poco para inversión y explica la mala calidad de los servicios.
Los estadounidenses dicen, lo que aparentemente están olvidando a juzgar por sus decisiones políticas, que no hay almuerzos gratis, que todo tiene un costo. A menos que caiga maná del cielo, y eso sólo sucedió una vez de acuerdo con la Biblia, en una u otra manera la población tiene que pagar la fiesta, que a menudo tiene su precio en desempleo y las crisis económicas.
Eso ocurre tanto en el sector público como en el privado, pues la quiebra de la General Motors, otrora la compañía más grande del mundo, se origina de sus prácticas salariales y las desorbitadas demandas de sus sindicatos. Inflaron las planillas hasta que todo reventó y centenares de miles perdieron su empleo.
elsalvador.com :.: Mejor congelar salarios a sufrir gran desempleo
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