Ivàn E. Solano Leiva.04 de Junio. Tomado de Contra Punto.
SAN SALVADOR - A propósito de la conmemoración del primer aniversario de su gestión como Presidente de El Salvador, con todo respeto y tomándole la palabra, esta es la conclusión a la que he llegado luego de hacer mi propio análisis, el cual no es producto de una “ percepción ” ni manipulado por el poder mediático de nuestro país (especialmente Prensa escrita), que como ya es sabido está acostumbrado a manipular la verdad y a tergiversar la realidad con oscuras intenciones y mezquinos intereses, sino recordemos el papel que estos jugaron en la última campaña electoral.
Sr. Presidente, su servidor es uno de los miles de miles de salvadoreños (la mayoría) que no pertenecemos a ningún partido político ni creemos en la clase política salvadoreña, precisamente porque la han prostituido y sólo les ha servido para solucionar sus propios problemas económicos, olvidándose del bien común; aprovecho una canción del canta-autor catalán JM Serrat para ilustrarle lo que pienso de nuestros políticos: “…entre esos tipos y yo hay Algo Personal…”. También soy de los miles de salvadoreños que creímos y queremos seguir creyendo que el 15 de Marzo de 2009 en El Salvador “Nació la Esperanza y viene el Cambio”. Es por todo lo anterior que me he animado a escribirle, aprovechando el derecho constitucional que me asiste de expresar mi libre pensamiento y libre expresión, así como el derecho a la contraloría social que debemos practicar los salvadoreños/ñas a todos los funcionarios públicos que hemos elegido.
Luego de mi extensa pero necesaria introducción, me gustaría comenzar el análisis destacando los aspectos positivos que a mi juicio su gobierno ha realizado durante este primer año de gestión. En primer lugar, el programa de dotación gratuita de uniformes y útiles escolares a los estudiantes de escuelas públicas, el cual es una realidad que ha venido a ayudar a la economía familiar de la población de escasos recursos de nuestro país, que por supuesto debe mejorarse para el próximo año y venideros con una adecuada planificación y sostenibilidad financiera en el tiempo.
En segundo lugar, destacar la garantía y extensión temporal de los beneficios de acceso a los servicios de salud del ISSS para personas que cotizan y que hayan perdido su empleo, acompañado de la eliminación de cuotas “ SOLIDARIAS ” en el acceso a servicios de salud pública; este último sin embargo Sr. Presidente, debe solucionarse a la brevedad posible, ya que la población que asiste a nuestro sistema público de salud debe de comprar los medicamentos para solucionar su problema de salud, debido a que el problema de desabastecimiento de medicamentos “ no ha sido resuelto ”, incrementando los gastos de bolsillo e impactando en el presupuesto familiar de la población de escasos recursos. Agrego que el desabastecimiento también alcanza a la población cotizante del ISSS.
En tercer lugar, me gustaría realzar el Programa de Comunidades Rurales Solidarias y el Programa de Alimentación Escolar a centros educativos rurales y urbanos, ambos ampliados y mejorados con respecto a los implementados por el gobierno anterior. Sin embargo, a mi juicio estos programas de inversión social deben estar basados en la provisión de las herramientas necesarias a la población beneficiada, para que pueda lograr superar el estado de extrema pobreza en que ha sido sumida por un sistema económico excluyente y profundizada por el sistema neoliberal salvaje que nos impusieron a los pueblos latinoamericanos en las décadas pasadas; y no en programas asistencialistas que fomenten el conformismo y la haraganería como ha sido tradicionalmente.
Finalmente, aplaudirle y apoyarle en la decisión que usted ha tomado a partir del 1 de Junio de 2009, como es ser el “PRESIDENTE DE TODOS LOS SALVADOREÑOS/AS ”, a pesar de que los poderes fácticos y sus adversarios políticos han querido sacarle raja partidaria a las diferencias manifiestas e innegables con el partido político que lo llevó como candidato presidencial. Será porque estaban acostumbrados a la PARTIDOCRACIA, es decir, que el Presidente de la República fuera también el Presidente del partido de gobierno y que su bancada legislativa fueran títeres del Ejecutivo. Sin embargo Sr. Presidente, la gobernabilidad del país y el apoyo del Legislativo para la implementación de las políticas del Ejecutivo, no puede ser el pretexto para las tradicionales negociaciones oscuras, repartición de instituciones y compras de voluntades a que nos ha tenido acostumbrado los partidos políticos salvadoreños y que tanto daño le ha hecho a nuestro querido país.
En esta segunda parte de mi análisis, quiero expresarle con respeto mi desilusión y desacuerdo con algunos eventos que han empañado su primer año de gestión. En primer lugar, quiero referirme a su posición con respecto a la inconstitucional Ley de Amnistía. Estamos claros Sr. Presidente que no es usted a través de un Decreto que eliminará esta ley, pero creo que es usted quien debe liderar la discusión nacional para que el poder legislativo derogue una ley inconstitucional que tanto daño le ha hecho y le sigue haciendo a nuestro país. Le recuerdo lo que nuestro obispo Mártir Monseñor Romero dijo en su homilía del 28 de Agosto de 1977: “…Que se haga justicia, que no se queden tantos crímenes manchando a la patria…Que se reconozca quienes son los criminales y que se dé justa indemnización a las familias que quedan desamparadas…”; mensaje pronunciado hace casi 33 años pero tan vigente en nuestra realidad, que reafirma el hecho que la Paz es fruto de la Justicia (Concilio Vaticano II), y mientras miles de crímenes queden impunes, no habrá Paz en nuestro país. No basta Sr. Presidente pedir perdón público al pueblo salvadoreño por los crímenes cometidos por el estado durante la pasada guerra civil, es necesario que las familias de los desaparecidos y asesinados conozcan a quien deben perdonar, porque sino los continuamos victimizando y estamos condenando a nuestro país a que volvamos a cometer los mismos errores del pasado.
En segundo lugar, quiero referirme a su compromiso expresado en su discurso de toma de posesión en lo concerniente al combate a la corrupción: “…Precisamos hacer una revolución ética. El bien público no puede ser confundido con el bien personal y la ética de los favores tiene que ser sustituida por la ética de la competencia sana y democrática. Transparencia, combate a la corrupción y a todas las formas de despilfarro y desvío del dinero público, serán cosas sagradas en nuestro gobierno…”. Los hechos en su primer año se contradicen con su discurso Sr. Presidente, ya que a la fecha todavía no veo un compromiso serio que nos lleve a encontrar a los verdaderos culpables de actos de corrupción tales como la construcción del Boulevard Diego de Holguín, la no construcción del Hospital de Maternidad, la corrupción en el ISSS con la seguridad privada, las toneladas de medicinas vencidas enterradas en terrenos del MSPAS, entre otros. Además, no estoy satisfecho con sus explicaciones dadas a la entrega de la publicidad gubernamental a una empresa de amigos suyos, así como a la negativa de entregar a la opinión pública la información sobre la famosa “ partida secreta ” manejada a discreción por la Presidencia de la República.
En tercer lugar, quisiera referirme a su compromiso de que este será “ el gobierno de la meritocracia ”. Tengo la convicción que esto no se está cumpliendo por lo menos en lo que respecta al ISSS, donde me atrevo a opinar por ser la institución donde laboro desde hace 17 años. La nueva administración sigue cometiendo los mismos vicios del pasado en lo que respecta al nombramiento de nuevas plazas, para las cuales no son tomadas la idoneidad técnica de esta, así como no son sometidas a concurso interno como lo establece el contrato colectivo vigente del ISSS, sino que son adjudicadas basados en el “ clientelismo político y en vicios de padrinazgos sombríos ”. Sr. Presidente, el ISSS así como cualquier institución pública debe ser Despartidizada, porque esto ha sido una de las múltiples causas que han llevado a que no brinden y solucionen los problemas de la población salvadoreña, para lo cual han sido creadas.
En cuarto lugar, quiero expresarle mi desacuerdo con la aprobación de su parte de la construcción de la Presa El Chaparral, lo cual a mi juicio y de las comunidades que serán afectadas por este proyecto, lideradas por su pastor el Padre Antonio Confesor, causarán mayor daño que beneficio, tal como lo manifestó un reporte técnico preparado por el Ministerio del Medio Ambiente. Recurriré nuevamente a lo expresado por usted en su discurso de toma de posesión: “… Precisamos, necesitamos, de hecho, hacer una revolución pacífica y democrática que implante un modelo que inserte lo social en la manera de organizar lo económico e inserte lo económico en la valorización del desarrollo humano…”. Además, quiero agregar lo que nuestro Obispo Mártir opinaba acerca del Progreso y que lo manifestó en su homilía del 11 de Noviembre de 1979: “…Solamente el que tiene espíritu de pobreza sabrá poner por encima de todo a Dios y al hombre, que es la clave de toda civilización. No el tener grandes edificios, el tener grandes campos de aviación, grandes carreteras, si por ellas no ha de pasar mas que una minoría privilegiada y no el pueblo con cuya sangre se hacen todas esas cosas…”. Por lo anterior, le pido respetuosamente cese la construcción de dicha presa y se busquen alternativas (seguro las hay) por parte de sus técnicos a este proyecto hidroeléctrico.
Hay muchos aspectos positivos y negativos de su año de gestión a los cuales me gustaría referirme, pero como usted bien sabe los espacios en los medios de comunicación no permiten que uno se extienda mucho y tampoco es prudente cansar a los lectores, ya que si no se corre el riesgo de que no terminen de leer el artículo completo.
En conclusión Sr. Presidente, desde mi punto de vista creo que al hacer un balance de su primer año de gestión este es Positivo, asimismo creo que hay tiempo suficiente para corregir los errores que se han cometido, ya que su gobierno como usted lo dijo en su toma de posesión no tiene el derecho de equivocarse.
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