Por Pocote.23 de Julio. Tomado de Simpatizantes del FMLN.
La posición intransigente, autoritaria y retadora de la cúpula empresarial de este país, nos hace recordar la larga noche del fascismo italiano y la no menos despiadada época del nazismo alemán, cuando se nos hablaba de una historia sin presente y sin futuro, pues tenía solamente un pasado, reinventado y distorsionado.
A nombre de los mitos, justificaba la fusión del Estado y de las Fuerzas Armadas en un complejo monolítico que ocultaba el monopolio de la economía y del mismo Estado por grupos en los cuales los intereses financieros son inseparables de los políticos y los militares.
De acuerdo con el Diccionario Filosófico, el establecimiento del fascismo es un reflejo de la incapacidad de la burguesía dominante para mantener su poder recurriendo a los habituales medios “democráticos”. En los tiempos de la Unión Soviética y del bloque socialista en Europa, se explicaba que el fascismo actuaba al frente de las fuerzas anticomunistas, ya que sus golpes principales iban dirigidos contra los partidos comunistas y obreros y contra las demás organizaciones progresistas. A pesar de la derrota total sufrida por los estados fascistas en la Segunda Guerra Mundial, los elementos reaccionarios de algunos países (caso de El Salvador) procuran resucitarlo con acciones de hecho en nuestros días. En el aspecto ideológico el fascismo significa irracionalismo, chovinismo y racismo extremos, oscurantismo y antihumanismo.
Los elementos extremistas de este país quisieran un levantamiento de la fuerza armada y una represión abierta y total contra las organizaciones de izquierda y todas las agrupaciones progresistas y democráticas que buscan mejores condiciones de vida para los salvadoreños. Por eso aplauden y festejan las acciones de choque emprendidas por el alcalde capitalino, pues para estos grupos minoritarios irracionales, toda expresión de protesta y exigencia de bienestar, trabajo y progreso, son consignas esgrimidas por “chusmas” comunistas. También invitan a golpistas hondureños, por cierto condenados por la comunidad internacional, a departir en conferencias y reuniones privadas y públicas, en claro desafío al gobierno que en su momento condenó la asonada militar en Honduras. Los irracionales quisieran algo similar en El Salvador, pues jamás aceptarán el veredicto popular que los expulsó del gobierno por corruptos, autoritarios y fascistas.
El despertar de la pesadilla ha sido tan aplastado en angustia que llevó a una toma de conciencia generadora de lucidez que hoy día apunta el rumbo del auténtico patriotismo. La retórica grotesca de la extrema derecha ha perdido todo su poder mistificador. Jamás ha ilusionado a este pueblo; ahora no puede más confundir ni a la misma fuerza armada, por más protestas y engaños esgrimidos, como esa pantomima montada en un supuesto intento de allanamiento a la casa del ex presidente Armando Calderón Sol. De hecho los salvadoreños entienden que se trata de cortinas de humo para tratar de ocultar graves hechos de corrupción investigados actualmente por la Fiscalía General de la República; el proceso judicial seguido en España en contra de Alfredo Cristiani y el Alto Mando Militar, así como evitar con la presión, la mentira y las campañas de desestabilización, la aprobación de la Ley de Medicamentos.
Por mucho que se barnice la forma, la reacción, localizada en la cúpula empresarial y en la dirigencia de Arena, no ha descubierto el proceso mágico para ocultar su rostro y fines. Hace por mantener todo lo que el pueblo desea ver destruido. Sueñan con golpes de Estado, con intervenciones y la recolonización del Imperio, y con hogueras para los comunistas y todos los “aspirantes” al Socialismo del Siglo XXI. La oligarquía fascistoide luchará hasta el final para impedir la instauración siquiera de un régimen democrático; la liquidación algún día del poder de los monopolios y un desarrollo que no se fundamente en la explotación del hombre; una reforma agraria que entregue la tierra a los que la trabajan; la democratización de la cultura; una verdadera reforma fiscal, y una política de paz y amistad CON TODOS LOS PUEBLOS DEL MUNDO. La burguesía interpreta la historia como si fuera una abstracción manipulada por una minoría, y se opone a que el pueblo la construya con sus propias manos.
La “gravedad” actual no está en hechos inventados o en mentiras despiadadas, como quiere dar a entender Arena con sus comunicados publicados en sus órganos de propaganda, sino en la campaña de desestabilización contra el gobierno por las cúpulas empresariales, los elementos más extremistas de la derecha y otros sectores interesados y agazapados en el anonimato; pero grandes sectores de la población han entendido de dónde vienen los ataques arteros; por el contrario, las organizaciones primarias lo han convertido en su propia arma y ahora lo utilizan contra los que siempre han sido sus enemigos. El pueblo, pues, está utilizando un lenguaje que, a nivel del Estado, era el complemento necesario de un momento de la presente historia. Por ello en distintos círculos sociales, políticos y hasta religiosos (lo hemos escuchado en varias parroquias de San Salvador) se está denunciando la gravedad de una conspiración surgida desde las entrañas de la oligarquía y con raíces que penetran hasta el propio aparato del Estado.
La irracionalidad de las campañas contra supuestos modelos socialistas del siglo XXI y el odio y el fanatismo que en ellas ponen dirigentes de las cúpulas empresariales, han producido un resultado contrario al que Cristiani y sus seguidores pretendían: el pueblo no se ha dejado envenenar por la oleada de calumnias y disparates. Los sectores organizados o no se han dado cuenta de quiénes son los traidores, los renegados, los monstruos sanguinarios”, y quienes son los patriotas que en buena parte de su vida se han enfrentado al fascismo y a todas las arremetidas verbales y físicas. Distinguen aquellos que aglutinados en el FMLN, actualmente partido en el gobierno, se destacaron como combatientes de la libertad luchando por el objetivo superior de derrotar a la dictadura militar y por instaurar un sistema de bienestar social y democrático para todos. Esto no lo perdonan fácilmente los que siempre han estado acostumbrados a la explotación del hombre por el hombre.
Publicado por pocote
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