Ricardo Chacón.25 de Julio. Tomado de El Diario de Hoy
Escuché un día de estos a un funcionario de primera línea, gran defensor de la transparencia gubernamental, declarar ante la televisión que no podía dar más información sobre una reunión entre el gobierno y el partido ARENA, porque se "trataba de una reunión privada".
Ya he escuchado esta respuesta en otros funcionarios del actual gobierno, como si en la mayoría de reuniones a las que asisten lo hacen en su carácter "privado", como meros ciudadanos que tratan cuestiones particulares o familiares.
Incluso, tras una reunión entre personeros del gobierno y una entidad financiera internacional se registró en el "boletín de prensa", que la reunión donde se había revisado las políticas económicas del gobierno actual había sido "cordial", pero que no habría detalles por lo "privado" de la cita. Aunque la versión de la institución financiera internacional, en su boletín de prensa, sostenía que no podía dar detalle de la reunión porque se trataba de "un encuentro técnico".
Lo que resulta claro es que, por un lado, toda gestión de gobierno en una sociedad democrática es pública, debe ventilarse a los cuatro vientos; por otro lado, responde al público que le eligió, a la población que lo escogió para que administrara el país, sus recursos, sus expectativas.
Dos cuestiones: quiere decir que no existe en la dimensión pública lo privado, y dos, los funcionarios públicos no tienen vida privada. Si y no.
Si, hay procesos que entran a la lógica de la privacidad no porque la población no deba conocer ni porque no le interesa, sino porque se trata de hechos que ponen en peligro una negociación, la seguridad del Estado o simplemente porque se trata de acciones propias de una gestión aún no concluida.
No, en cuanto que todo lo hecho públicamente es susceptible para ventilarse de cara al sol, incluido las cuestiones más delicadas y peligrosas; organizaciones milenarias como la Iglesia o democracias mucho más maduras que la nuestra, poseen mecanismos de "destape" a lo largo del tiempo... pueden ser cuestiones sumamente delicadas, incluso secretas, pero con el correr del tiempo se abren.
Por lo general, y en esto estriba parte de la diferencia de lo que ocurre entre nosotros y una sociedad o una institución mucho más madura: las cosas públicas son eso, cosas públicas y no privadas; todas las acciones se toman como es eso, de carácter público y con visión de país, de Estado diría alguno. En cambio entre nosotros se toman "como privadas", fruto de la acción particular, individual, como si se tratara de acciones que terminan cuando finaliza mi acción personal.
En sociedades totalitarias como en Cuba, se está a punto de echar una nueva reestructuración del aparato administrativo estatal, que pondrá en la "calle" a más de un millones de cubanos; esto se trata en el más estricto sigilo, como si no fuese una cuestión que afectará a la mayoría de cubanos.
Acá en El Salvador, un par de días antes de que el ISSS echara andar el proyecto para incorporar a las "empleadas domésticas" a la Seguridad Social, era un tema "secreto", se trató con sigilo total, como si fuese en Cuba.
Sin embargo, un empleado es acusado de acoso sexual y el caso se ventila en los juzgados, la directiva del ISSS "saca pecho", e incluso publica su posición en "un campo pagado" que, obviamente es financiado con los fondos de la institución. Es más, sin ningún empacho de privacidad, da a conocer el nombre completo de la víctima de acoso.
Dar a conocer lo que hace una institución o ministerio no basta, se requiere tener la capacidad de abrirse y mostrar cómo y a qué se responde. Esto es transparencia.
elsalvador.com :.: Una vez más lo público y privado de la información
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.