Mauricio Herrera, el periodista condenado en Costa Rica y reivindicado por la Corte Interamericana, llamó a la justicia salvadoreña a no cometer el mismo error de su país o de Argentina, Chile, Venezuela, Perú y otros que han cedido ante la intolerancia y han encarcelado a informadores, políticos, empresarios o ciudadanos comunes, por hacer uso de libre expresión. Por nueve años fue desacreditado y escarnecido injustamente, algo que le puede pasar a cualquiera
23 de Julio. Tomado de El Diario de Hoy
La justicia salvadoreña tiene la oportunidad de aplicar los estándares modernos del Derecho y consolidar uno de los principales avances en la libertad de expresión, la despenalización de la crítica, para no cometer errores como en Costa Rica, Argentina, Chile y otros países.
Así lo advierte el periodista Mauricio Herrera Ulloa, quien fue condenado por la justicia de su país, Costa Rica, por reproducir en el rotativo La Nación información que afectaba a un diplomático y que fue publicada antes en medios europeos. Durante nueve años fue incluido en el registro judicial de criminales y sometido al escarnio y el descrédito públicos hasta que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) conoció su caso, reivindicó al informador y condenó a Costa Rica a indemnizarlo por daños y perjuicios.
Herrera Ulloa, quien ahora trabaja en Washington, declaró a El Diario de Hoy que lo mismo puede pasarle a un periodista que a un ciudadano común y corriente, por lo que es partidario de que los casos de libertad de expresión se ventilen por vía administrativa o civil, pero nunca la penal porque se pueden cometer errores graves.
"El asunto es que al tratarse por la vía penal --y no hablo estrictamente de los periodistas, sino de cualquier ciudadano en general que quiera hacer una denuncia que sea de interés público--, si sabe que tiene riesgo de ser tratado como un criminal, esa persona obviamente va a tratar de evitar correrse ese peligro, y eso tiene un efecto disuasor en el debate de asuntos públicos y la democracia", explicó Herrera.
El informador fue condenado el 12 de noviembre de 1999 por el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de San José, algo que validaron sucesivas cortes superiores. Pero la Corte Interamericana dictaminó nueve años después que "el Estado violó el derecho a las garantías judiciales consagradas en la Convención Americana sobre Derechos Humanos".
El proceso y condena contra el informador le significó miedo, tensiones y descrédito y debió buscar ayuda sicológica para él y su familia, según consta en el expediente abierto en el máximo tribunal continental (ver recuadro).
"En lo personal fue muy complicado. Yo había tomado la decisión de dejar de ejercer el periodismo si perdía el caso. Era muy común que algunas fuentes con las que yo tenía que hablar me dijeran "tenga mucho cuidado porque usted está condenado, y podría volver a estarlo" o "se vería muy feo una nueva acusación en su contra", reseñó.
De acuerdo con el periodista, "esas cosas, aunque parecen ligeras, tienen un efecto intimidatorio y hacen que el periodista dude mucho de si publica o no".
El abogado Héctor Faúndez Ledesma, llamado como perito o especialista por la Corte Interamericana en el juicio, expuso que el Tribunal Constitucional español y algunas sentencias de la Corte Suprema de los Estados Unidos han señalado que la libertad de expresión cumple una función constitucional, en un sistema de pesos, frenos y contrapesos, en donde ella opera como mecanismo de defensa de la democracia. Con el fin de salvaguardar estos preceptos, el jurista cita que "la Corte Europea de Derechos Humanos ha dicho que los periodistas no solamente tienen derecho a equivocarse, sino que también tienen derecho a exagerar e "incluso a un poco de provocación" ".
El abogado Federico Sosto López, también perito llamado por la CIDH, dijo que "en relación con los conceptos de si debe o no penalizarse el ataque al derecho al honor en una sociedad democrática, el perito cree que la libertad de expresión es una libertad fundamental en una sociedad democrática, pero que es más fundamental la libertad de expresión para el individuo. Los derechos del pensamiento, la expresión, la posibilidad de expresión en todas sus dimensiones, constituyen un baluarte del individuo".
elsalvador.com :.: Piden a CSJ no dañar libertad de expresión
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