Escrito por Alirio Montoya.23 de Abril. Tomado de Tendencia Revolucionaria.
Uno de ellos, un tal Marvin Galeas, no entendió que la carta que le escribiste era una “carta secreta”, con indicaciones precisas para que solamente él la leyera; pero rompió tu secreto al decir en la palestra de la opinión pública que vos le habías escrito cuando nadie se había dado cuenta. ¡Qué imprudente! Eso de leer libros ligeros como que pueriliza y atrofia el cerebro.Dagoberto, un fraterno y revolucionario saludo. Esto de las cartas dirigidas a fulano y zutano, que vos has puesto muy en moda en estos días de desilusión, me hacen recordar una historia llamada Cartas de guerra. Trata sobre un joven que escribía desde el campo de batalla a su novia y familiares, detallando con deslumbrante precisión el sentimiento tétrico de encontrarse en medio de las balas y tan lejos de sus seres queridos. Creo que vos en más de alguna ocasión, al igual que muchos ex guerrilleros en algún momento así se sintieron en las frías montañas del Norte de este nuestro querido país.
Envías cartas y cartas te envían a vos, es un intercambio recíproco de cartas muy interesante, porque hay dialéctica en lo que escribís y algunas veces en lo que te escriben; sobre todo la que te dedica últimamente el señor Orlando de Sola W. Una carta muy brillante en contenido. Creo que todos hemos sido en más de alguna vez calumniados, difamados o censurados por algunos medios de comunicación. Pero quiero decirte también Dagoberto, que algunos personeros a quien a veces les envías cartas, se sienten alagados y tomados en cuenta, se les despierta el sentido psicológico de pertenencia por el hecho que vos les escribís; sienten como que los extraes de un obscuro closet.
Uno de ellos, un tal Marvin Galeas, no entendió que la carta que le escribiste era una “carta secreta”, con indicaciones precisas para que solamente él la leyera; pero rompió tu secreto al decir en la palestra de la opinión pública que vos le habías escrito cuando nadie se había dado cuenta. ¡Qué imprudente! Eso de leer libros ligeros como que pueriliza y atrofia el cerebro.
Prueba de lo anterior es que su patrón, don Enrique Altamirano, le corrige la plana en un editorial de su periódico. Dice don Altamirano que Marvin Galeas escribió sobre el tema “polilogismo”, en evidente respuesta a tu carta en comento; y dice en su editorial, “Lo que le faltó agregar (a Marvin Galeas) es que con la conciencia de clase, la condición de proletario, el ser alumbrado con la suprema luz del marxismo tiene un gran premio: ser poseedor de la verdad, estar por encima de los pobres seres que continúan ciegos e ignorantes”; y lo sigue corrigiendo, “Marvin no aclara si la lógica proletaria se gana poco a poco, o si cae de golpe del firmamento, como las chifladuras instantáneas que afectan a tantos mortales”. Es que ha de ser duro trabajar para un patrón tan obstinado en atacar compulsivamente a la izquierda y, sobre todo al ex presidente Duarte, quien murió hace muchos años si mal no recuerdo. Definitivamente sólo alguien que haya amado tanto puede odiar tanto.
Con tus cartas le has dado insumos para que escriba incluso también su hermano, Geovani Galeas, él ya no sólo habla del único libro que leyó en su juventud pueblerina, “Crimen y castigo”, de Fedor Dostoievski; ahora te habla y escribe con sólo la simple lectura de prólogos de textos marxistas, y retoma frases de lo que disertas en las radios y escribes en los medios impresos. Sé muy bien Dagoberto, que tus críticas al FMLN son constructivas y llenas de reflexión en momentos grises de transición y en medio de un enjambre de recesión, pero estos hermanos Galeas se aprovechan para sacarle raja política a tus opiniones. Resulta que escudarse y atacar al enemigo que antes fue mi amigo, mediante la tergiversación de los argumentos de otro es muy cómodo, eso no es parir ideas, es una maraña de escribientes mediocres.
Cuando no tengo nada que hacer y leo a estos dos plumíferos parapetados cada uno en los dos periódicos conservadores de mayor circulación en el país, me viene a la mente no una canción de Víctor Jara, sino de Silvio Rodríguez: “Que fácil es escribir algo que incite a la acción, contra tiranos, contra asesinos, contra la cruz y el poder divino, siempre al alcance de la vidriera y del comedor”.
Pero a vos Dagoberto, te aconsejo que tenés que seguir leyendo libros como “Ensayo sobre la lucidez” de José Saramago, para que te suministren más relámpagos de lucidez y le des rienda suelta a la imaginación de ese tu brillante cerebro. Figúrate, dado que la gente votó de buena fe por don Mauricio Funes Cartagena, y que ahora está desilusionada, imagínate que toda esa gente asista a las elecciones del 2012 a votar en blanco. Sería algo impresionante, no lo crees.
Leo todas tus cartas dirigidas a fulano y zutano, me gusta la que le dedicaste a Salvador Sánchez Cerén, Vice-presidente y Ministro de Educación Ad Honorem, ahí se refleja que sientes mucha simpatía y respeto por los pocos revolucionarios que aún quedan dentro del FMLN, te aseguro que podemos hacer un buen listado de esos compañeros revolucionarios, algunos de ellos amigos míos y tuyos. Son rescatables. Hay camaradas que desean que vos regreses al Frente, para que haya una sola izquierda, eso sí, conectada con el pueblo, pero esa es decisión muy tuya. Otros opinan que te has tardado mucho, tanto vos y tu colectivo junto al pueblo, en formar un partido político. Cito aquí para ser plural y no me tachen de sectario y ultraizquierdista, una frase de Rosa Luxemburgo, “libertad es siempre la libertad del otro que piensa diferente”. Ella era socialdemócrata, por supuesto, pero lo que no se dice es que murió a culatazos por las hordas enfurecidas del gran capital alemán, y luego lanzada como un simple animal al canal Lawrence. A lo que quiero llegar con esta cita, es que tienes el absoluto e inquebrantable derecho de disentir, y lo haces muy bien porque hay coherencia en tus planteamientos, pero sobre todo porque pones el dedo en la llaga. La ética marxista, como vos bien lo señalás, te enseña a que cuando hay conflicto entre lo ético y lo político debe prevalecer lo ético.; la postura maquiavélica está fuera de toda acción revolucionaria. No pienses que soy socialdemócrata y peor pensar que tú lo eres, te confieso que quizás a lo mejor yo sea un comunista libertario. Vos sos un comunista de vieja cepa que no renunciará a sus principios. Espero no ser mal interpretado.
Finalmente, la próxima vez que nos veamos, te prometo invitarte a comer tortilla tostada con queso, y por supuesto acompañado de un par de tazas de café, como dios manda Dagoberto. Ya sabes bien que solo eso se come en el cielo, por ello es que creo en dios y hago su voluntad, para poder ir al cielo y no perderme esa delicia. Te lo juro, como dice un poeta amigo mío, “¡Se lo juro, por estas señor cura!” Ojalá y vos creas también en dios.
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