El presidente Funes, en su discurso en CATHIE, ofreció a los inversionistas claridad, respeto a las reglas del juego sin cambiarlas en el camino, y seguridad jurídica. Tres grandes columnas que, junto con el cumplimiento del Estado a lo que ofrece y a los compromisos adquiridos, forman la base que puede infundir confianza para lograr inversión, algo absolutamente indispensable para salir de la crisis, producir crecimiento económico y darle los ingresos necesarios al Estado para atender sus programas.
Escrito por Rafael Castellanos.30 de Abril. Tomado de La Prensa Gráfica.
No existen dudas sobre que todos los países necesitan de la inversión privada para crecer; es la que genera empleos, desarrollo de pequeñas y micro empresas, que son las que proveen bienes y servicios a las medianas y grandes; y en el conjunto del crecimiento de empresas y personas derivadas de la inversión, crece el pastel de la economía.
Si crece el pastel de la economía, primero hay más porciones para los ciudadanos del país que recibe las inversiones; segundo, para la caja del Estado –el fisco– hay una porción mayor aún si mantuviera el mismo tamaño relativo de su porción. Si la economía no crece, aunque suban las tasas de impuestos, la recaudación no crecería significativamente. Digamos que suben las tasas generales de los impuestos existentes en un 5% y la economía no crece, el PIB se queda igual, el 5% de cero es cero, no aumenta la recaudación. Peor aún, si la economía decrece, aunque suban las tasas, la recaudación total puede disminuir.
Está clarísimo por los ejemplos en todo el mundo, en países desarrollados, en vías de desarrollo o subdesarrollados, que la inversión invariablemente trae crecimiento, desarrollo de las condiciones de vida de los ciudadanos y mejoría en el combate a la pobreza. Está igualmente claro que la inversión es el recurso más escaso en el mundo, que fluye a los países o regiones que le ofrecen mayor seguridad, como requisito “sine qua non”. Los estímulos que ofrecen agresivamente los países al mercado de capitales viene después. Según un gurú de competitividad, los tres factores más importantes para atraer inversión extranjera o evitar que el capital local emigre a otros países son: confianza, confianza, confianza.
Ya el elemento confianza de los inversionistas está bastante amenazado por los declarados intentos del sector duro del FMLN de llevar adelante su proyecto socialista-revolucionario, que todos saben no respeta las reglas. No hay seguridad de que tengan éxito en su proyecto, por muchas señales. El salvadoreño es mayoritariamente conservador y lo rechaza; el gobierno Funes no ha tomado el camino que se temía: sucumbir ante ese propósito, sino lo que ofreció en campaña, un gobierno a la Lula. Y las divisiones internas en el FMLN, mismo partido, que se profundizan.
Por eso mismo, las señales que envíe el gabinete del presidente Funes a los inversionistas, en cuanto a seguridad, deben ser redobladas en el ambiente enrarecido por la incertidumbre de largo plazo. Seguridad, respeto a las reglas establecidas, honrar los compromisos adquiridos, eliminar los sesgos amenazantes. El discurso del presidente no era solo para los inversionistas, sino también para sus funcionarios.
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ResponderEliminargеnuine argumеnts and еxplaining the whole thing
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