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2010/04/07

LPG-Sálvese quien pueda

En un 40% se incrementaron los accidentes de tránsito durante la Semana Santa. Obviamente esto, que parece un titular frío pero informativamente correcto, no nos lleva a reflexionar fácilmente sobre el drama que ello significa. Por cada uno de estos 453 accidentes de tránsito, registrados en tan solo nueve días, hay miles de salvadoreños que lo están pasando mal. Y los lamentos van desde el llanto desconsolado por la pérdida de un ser querido, pasando por la preocupación de quienes tienen aún en un hospital a un amigo o familiar, o simplemente, pero no menos importante, “tragando duro” con el costo material de “la tragedia”.

Escrito por Nacho Castillo .08 de Abril. Tomado de La Prensa Grafica.

 

No tengo las estadísticas a mano, pero es fácil imaginar que en un país sin controles mínimos, en materia de tránsito, al igual que en homicidios, también ocupamos primeros lugares. ¡Qué tristeza! Me pregunto si a alguien le importará, porque si no tenemos una policía efectiva de tránsito, revisión permanente del estado de las máquinas, control sobre quienes conducen y las empresas del transporte público, seguro para los inseguros que están obligados a subirse a un bus o microbús, ¿qué podemos esperar?

En el país existe una subdivisión en la PNC, que se le denomina Policía de Tránsito que, dicho sea de paso, depende de la autoridad policial y no del vicemisterio del ramo. Se dice que esta subdivisión la integra un aproximado de 500 agentes, pero que si hay necesidad de personal para el combate a la delincuencia, su número se reduce drásticamente en cualquier momento. Pero aún con 500, la cifra es prácticamente nada. Solo piense usted en el número de puntos que existen en el país que requieren control vial. Reduzca la cifra al menos a la mitad, porque ningún policía puede estar 24 horas trabajando, y finalmente réstele la ineficacia, que es cuando usted ve a los agentes disfrutando de un cigarrito, cuenteando a una muchacha o simplemente mirando el horizonte. Esto sin contar que la preparación deja mucho que desear, y que todos lo podemos comprobar cuando vemos al policía creando más caos que solucionando. O lo que es peor, y es la pregunta que todos nos hacemos, ¿por qué cuando se dan los mayores problemas de tránsito no aparece ningún policía?

En el país no existe una ley de tránsito que se cumpla, por eso las unidades del transporte de pasajeros pueden circular en pésimas condiciones, con llantas totalmente lisas, sin revisión de frenos, para qué decir de gases. Por lo mismo, los conductores no son sometidos a controles permanentes, por lo cual usted no sabe si quien lo conduce es un drogadicto o un insano mental, lo que muchos a simple vista parecen.

Finalmente, si terminó siendo víctima del sistema, nadie le dará un peso para enfrentar siquiera los gastos funerarios u hospitalarios. Total, en El Salvador vivimos en un caos en materia vial y al final, sálvese quien pueda.

La experiencia —27 años escuchando promesas— me ha llevado a no tener confianza en las autoridades de transporte, y menos en los diputados que llegan a la Asamblea con el voto y el dinero de los dirigentes de este gremio. ¿Cuánto más habrá que esperar para que en El Salvador haya un poco de seriedad en este sentido? Los muertos y los heridos le cuestan a la sociedad y al Estado salvadoreño. ¿Es solo un problema de voluntad o definitivamente estamos frente a una gran corrupción?

Sálvese quien pueda

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