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2010/04/25

LPG-“Pachamama o muerte”

Evo Morales dentro de su lógica socialista dijo que comer carne de pollo engordado con hormonas femeninas provoca homosexualismo, que en Europa los hombres son calvos por comer alimentos transgénicos.

Escrito por Ricardo Trotti.25 de Abril. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

Las amenazas, los disparates y las proclamas ideológicas que lanzaron Evo Morales y Hugo Chávez durante la primera Conferencia Mundial de los Pueblos contra el Cambio Climático y los derechos de la Madre Tierra celebrada esta semana en Cochabamba, Bolivia, echaron por tierra las buenas intenciones de una reunión que buscaba mejores alternativas para la reducción de los gases de efecto invernadero.

Entre las propuestas sobre la defensa de la Madre Tierra se destacaba una iniciativa muy pragmática que el presidente boliviano había liderado en la fracasada cumbre mundial de Copenhague en diciembre pasado. La creación de un Tribunal Internacional del Clima donde se pudiera demandar a los infractores, idea que comulga con la de países europeos (aunque agravándolas) que pedían que el acuerdo que reemplace al Protocolo de Kioto sea obligatorio, que se reduzcan las emisiones de carbono entre 25 y 40 por ciento para 2020 y se cree un fondo de 50 mil millones de euros al año para financiar a los países víctimas del cambio climático.

Pero la propuesta se desluce y pierde seriedad cuando a semejanza del lema “socialismo o muerte”, Chávez suma la mesiánica proclama de “Pachamama o muerte”, y amenaza crear un organismo sustituto de la ONU –“Pueblos Unidos”– si para la próxima cumbre de Cancún en diciembre no se detiene el “chantaje” de Estados Unidos contra Ecuador, al haberle retirado ayuda económica por no apuntalar la iniciativa climática de Barack Obama.

Si bien es cierto que los mayores responsables del calentamiento global de las últimas décadas y de las divergencias en Copenhague fueron EUA, la Comunidad Europea, China y la India, también habría que contemplar que una Corte Internacional debería tener jurisdicción sobre todos los países, no solo sobre los ricos, un tema que deliberadamente fue soslayado en Cochabamba.

El cambio climático no es solo consecuencia de los mayores protagonistas de la revolución industrial, sino también de los países pobres y en vías de desarrollo, pues son responsables por los 13 millones de hectáreas de bosques que se destruyen al año y por la explotación minera y petrolera inadecuada.

Lo que echa por tierra las buenas intenciones de Cochabamba es ese mensaje ideológico, resentido y cansino, que impregnó todas las conclusiones. Una de ellas propone un referéndum mundial para 2011 –que Chávez y Morales promoverán– preguntando a la gente si no cree que el capitalismo es el que arrastra al planeta al apocalipsis, interrogante en sintonía con la afirmación del presidente boliviano sobre que el socialismo es el “único camino para la salvación de la especie humana y el buen vivir”, algo que ni los propios socialistas creen.

En sus acusaciones, ambos mandatarios no se olvidaron de los medios de comunicación, a los que responsabilizaron de tergiversar la información a favor de los países y las empresas capitalistas responsables del cambio climático, reclamándoles mayor objetividad y educación.

La ofuscación contra los medios fue potenciada, en parte, por el tono burlón con el que se replicaron en el mundo los disparates de Morales durante la inauguración de la conferencia, en la que exigió una vida “socialista comunitaria” para hacer las “paces con la Pachamama”.

Dentro de su lógica socialista, Morales dijo que comer carne de pollo engordado con hormonas femeninas provoca homosexualismo, que en Europa los hombres son calvos por comer alimentos transgénicos. También dijo que la Coca Cola sirve para destrancar inodoros, que el Alka-Seltzer es un medicamento occidental que cura la cabeza pero genera dolores de estómago, y que se debe comer en platos de barro porque cuando se rompen vuelven a la tierra.

La embarrada de Morales se asemeja a la teoría afrodisíaca de Cristina de Kirchner, quien hace poco afirmó que la ingesta de carne de cerdo “mejora la actividad sexual”, siendo “mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar Viagra”.

La oratoria es un arte difícil. Es la destreza en el uso de la palabra para seducir, persuadir y conmover. Cuando las buenas causas son promovidas por excelentes oradores, tienen posibilidades de triunfo. Pero cuando la oratoria es mediocre, grotesca y no se compadece al rango del orador, se corre el riesgo de que las buenas causas, como la liderada por el presidente boliviano, terminen desaprovechadas.

“Pachamama o muerte”

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