LPG-Nuestra juventud también se luce en lo positivo

 Unámonos para hacerles sentir a nuestros atletas que su victoria también es de todos. Y que el país, con ejemplos como éste, se halla en la línea de un futuro realmente promisorio y constructivo.

Escrito por Editorial. 22 de Abril. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

El Salvador es el Campeón de los IX Juegos Centroamericanos, que este año tuvieron a Panamá como sede principal. Es la tercera vez que nuestro país alcanza esa posición cimera en dichos Juegos, en una clara demostración de que nuestros atletas lo dan todo de sí para estar a la cabeza en sus respectivas especialidades deportivas. El dominio de nuestra gente ha sido evidente en disciplinas como Levantamiento de Pesas, Esgrima, Físico Culturismo, Boxeo, Judo, Ciclismo, Natación, Lucha y TaeKwondo, entre otras; y eso nos pone en una línea de superación que merece no sólo aplauso entusiasta, sino sobre todo más estímulo para seguir creciendo.

En el día a día de la realidad nacional lo que más atención recibe son las situaciones negativas, que envuelven a muchos jóvenes; pero lo justo es valorar también, con oportunidad y con esperanza, el trabajo denodado e inspirador de un gran sector mayoritario de nuestra juventud, que se esfuerza por dar lo mejor de sí, en condiciones que ya por tradición son más adversas que favorables. En un país como el nuestro, la autorrealización tiene siempre un alto componente de heroísmo personal; y por eso, triunfos tan contundentes y significativos como éste hacen sentir que las reservas de espíritu y de voluntad que alientan a nuestra gente son capaces de resistir y superar todos los quebrantos que van apareciendo en el camino.

Hay aquí, y así tenemos que valorarla, preservarla y potenciarla, una extraordinaria cantera de energías positivas, que no necesitan mucho para ponerse en movimiento. Esta es la verdadera potencia con que contamos, como nación que apunta hacia el futuro.

Rescatar y promover el talento

Cuando se tiene ante los ojos una evidencia tan contundente como la que surge de los resultados de estos IX Juegos Centroamericanos, lo menos que se puede hacer, después de celebrar con legítimo orgullo la hazaña de tantos deportistas meritorios y esforzados, es reiterar el compromiso de incentivar y apoyar, con todo y en todo lo que sea posible, la ilusión y la determinación de nuestros jóvenes, en la ruta hacia una vida autorrealizada. No es admisible ni justificable que tanto talento como el que hay disperso hasta en los últimos rincones de nuestra geografía física y social se quede ahí, sin salidas adecuadas y suficientes, por falta de plataformas sociales e institucionales que permitan el despegue.

El país necesita una política integral para el rescate y la promoción del talento en todos los campos, incluyendo desde luego el deportivo. Y no por mero propósito preventivo, como hoy se estila decir, sino porque la auténtica riqueza de una sociedad está en los talentos de su gente. Y por eso es una perversión absurda ofrecer apenas “oportunidades” que son sólo mínimas ayudas para sobrevivir; a la gente, a toda la gente, hay que asegurarle condiciones para vivir de veras, y la palanca de la vida es la autorrealización, en la medida de las propias capacidades y aspiraciones.

Saludemos, pues, el triunfo salvadoreño en estos Juegos. Unámonos para hacerles sentir a nuestros atletas que su victoria también es de todos. Y que el país, con ejemplos como éste, se halla en la línea de un futuro realmente promisorio y constructivo.

Nuestra juventud también se luce en lo positivo