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2010/04/20

LPG-Los jueces deben conectarse con el sentir social

En una sociedad democrática, nadie puede aislarse en una campana de cristal. Todos vivimos y compartimos el aquí y el ahora, con sus múltiples complicaciones y posibilidades. Ni la ley ni la justicia pueden ser la excepción.

Escrito por Editorial.21 de Abril. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

Acaba de tener lugar la V Convención Judicial, y esa actividad reflexiva y propositiva se produce en un momento en que, por distintas razones y casos, la labor de los jueces está más que nunca en el foco de la atención pública. Esta atención constituye, evidentemente, un signo muy revelador de que vamos avanzando hacia una verdadera institucionalización nacional, sin áreas encapsuladas ni cuerpos institucionales que floten por encima de la realidad. La justicia es, desde luego, un aparato vital dentro del organismo político-social; y, por ende, para desempeñarse como tal es decisiva su conexión directa, eficiente y confiable con el fenómeno real que se vive a diario.

Al final de la Convención se dio a conocer una Declaración, en la que se tratan temas palpitantes para el desempeño de la judicatura, como la independencia judicial, la adopción de un Código de Ética Judicial y la relación de la administración de justicia con el trabajo de los medios de comunicación. Es claro que los jueces buscan más participación en el gobierno judicial, así como impulsar el vínculo con otros Órganos e instituciones del Estado para integrar esfuerzos “en la búsqueda de soluciones a los problemas que afectan gravemente a nuestro país”.

La Convención se denominó “Independencia, gobierno y transparencia judicial”. Y la independencia fue desde luego el punto crucial del temario. Pero hay que poner el término “independencia judicial” en su verdadera dimensión: no es un pase para autorizar la arbitrariedad en el juicio, sino una credencial para ejercer con responsabilidad la función. Es decir, la independencia es un atributo que debe refrendarse cada día en los hechos.

Justicia y comunicación

En un párrafo que tiene mensaje implícito, dice la Declaración: “DEMANDAMOS: de los diferentes medios de comunicación que el ejercicio de su noble misión debe ser realizado dentro de un contexto de plena libertad, entendiendo que sus actuaciones en ningún momento deben exceder el derecho legítimo de expresión e información, a fin de no afectar la independencia del Poder Judicial...” Igual demanda podría hacerse a jueces y magistrados: que el ejercicio de su noble misión debe ser realizado dentro de un marco de plena independencia, entendiendo que sus actuaciones en todo caso deben responder con sano y suficiente criterio a la función que la ley les encarga, a fin de no poner en ningún tipo de inseguridad los derechos básicos de los individuos y de la sociedad.

Pero en realidad, más allá de desencuentros incidentales, los respectivos roles de la justicia y de la comunicación son no sólo perfectamente compatibles, sino complementarios en lo básico. Por eso parece fuera de foco que, según una encuesta de opinión realizada entre los jueces, éstos consideren que los medios son una amenaza para su independencia. Dicha independencia, que se plasma en decisiones propias, no inmuniza contra opiniones que provengan del ambiente.

En una sociedad democrática, nadie puede aislarse en una campana de cristal. Todos vivimos y compartimos el aquí y el ahora, con sus múltiples complicaciones y posibilidades. Ni la ley ni la justicia pueden ser la excepción.

Los jueces deben conectarse con el sentir social

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