¿Cuál es la diferencia entre un buen y un mal economista?
Escrito por Andrea Gómez Berríos .24 de Abril. Tomado de La Prensa Gráfica.
De acuerdo con el gran economista francés Frederic Bastiat, el mal economista se limita a los efectos visibles de sus políticas, mientras que el buen economista toma en cuenta tanto los efectos visibles como aquellos no visibles que deben preverse.
Podríamos decir que es esa también la diferencia entre los malos legisladores y los buenos legisladores. Generalmente al promulgar una nueva ley buscan que las personas nos comportemos de cierta manera (pagando los impuestos) o que nos abstengamos de determinado comportamiento (cometer asesinatos).
Si los legisladores son carentes de visión promulgarán leyes que a su forma de ver resuelven el problema a corto plazo, pero pueden generar efectos a largo plazo que terminan siendo más perjudiciales que el mal original. En días recientes se aprobó un impuesto sobre las bebidas alcohólicas; su objetivo inmediato es obtener una mayor recaudación fiscal, pero el peligroso efecto secundario que produce es la disminución de la demanda (consecuencia de precios más altos), menor poder adquisitivo para el consumidor y fuga de capital (de parte de los productores). Al final el objetivo de mayor recaudación fiscal no se cumplirá.
Un diagnóstico más profundo de la situación es lo que permite el análisis económico del Derecho, rama jurídica que combina principios del Derecho con principios económicos para obtener una perspectiva de la eficiencia real de las leyes. Se parte de la base que los seres humanos somos motivados por incentivos que por ende al promulgar leyes debemos tener mucho cuidado respecto de los incentivos o desincentivos que buscamos generar.
El Análisis Económico de Derecho es una herramienta indispensable para cualquier legislador pues le brinda una verdadera visión sustentada en datos económicos reales y le da la oportunidad de anticipar posibles desenlaces que no se pudieron haber previsto de otra forma.
Una ley no estudiada a fondo genera que se aplique el famoso refrán de “hecha la ley, hecha la trampa” pues si la ley me prohíbe o me manda a hacer algo que no me conviene, el incentivo que genero es que las personas busquen la manera de pasarle por encima convirtiendo entonces el remedio en una cuestión obsoleta. Suele pasar en nuestro país que a pesar de que las leyes existen, no se aplican o no funcionan porque no han sido hechas a nuestra medida, son un copiado o pegado de la legislación de otro país, con individuos que no responden a los mismos incentivos que los salvadoreños.
En el resto del mundo, incluyendo Latinoamérica el estudio del Derecho aplicando los métodos científicos de la economía es una tendencia que ha revolucionado la forma de crear las leyes. En las universidades más prestigiosas de Norteamérica y Europa es una materia obligatoria para los estudiantes de Derecho. En El Salvador, la materia se ofrece en la Escuela Superior de Economía y Negocios, universidad misma que este mes será la prestigiosa sede de un importante congreso sobre esta materia. Sería interesante que asistieran a este seminario los miembros de nuestra Asamblea Legislativa, todos aquellos que forman parte en la creación de proyectos de leyes y reformas, jueces, así como todos aquellos abogados y estudiantes de Derecho del país.
El Análisis Económico del Derecho es una necesidad, ya que no es la falta de regulación la que nos hace daño, sino la forma retrógrada en que se dicta esa regulación y la ausencia de visión a largo plazo de quienes las promulgan.
Tan solo una poca dosis de honestidad seria un avance a celebrar.
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