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2010/04/26

LPG-DEMOCRACIA ES SINÓNIMO DE INTERACCIÓN

Durante la larga época del predominio de las formas políticas autoritarias en el país se fueron sedimentando en el ambiente nacional comportamientos igualmente distorsionados y distorsionadores. Uno de esos comportamientos –que más bien podríamos calificar como anticomportamiento— fue la falta casi absoluta de reflexión analítica sobre la realidad y las maneras de irla enfrentando en la medida de su desenvolvimiento en los hechos. Y es bien sabido que si no hay reflexión analítica que le dé sustento, la práctica se vuelve un movimiento mecánico, cada vez más alejado de la racionalidad ordenadora que es la que le crea condiciones al progreso. Al ser así las cosas, no es de extrañar que en nuestro caso nacional el progreso haya sido tan discontinuo y desagregado, por aquello que en el lenguaje popular comúnmente se llama “ir a salto de mata”, o, más salvadoreñamente aún, “hacer las cosas por si soca”.

Escrito por David Escobar Galindo.26 de Abril. Tomado de La Prensa Gráfica.

 

Resulta lógico, entonces, que una de las tareas impostergables que los salvadoreños tenemos entre manos, aunque con tanta ligereza tendamos a dejar de darnos cuenta de ello, es la que corresponde al reordenamiento de las actitudes, tanto públicas como privadas. Y es que tanto en lo público como en lo privado se está imponiendo cada vez más la necesidad democráticamente inexcusable de generar mecanismos de interacción, que hagan posible el manejo razonable de los distintos intereses y enfoques que de manera natural se dan dentro de una sociedad. En eso justamente consiste el pluralismo social, que en su dimensión política derivada se halla establecido y garantizado por la misma Carta Magna. Se trata, pues, de cumplir un mandato doble, que apunta hacia la misma meta: el mandato de la razón y el mandato de la ley.

Es ilustrativo subrayar que el pluralismo debe ser entendido no en forma pasiva sino en función activa. No es requisito que se cumpla sólo con enunciarlo y declarar que se le respeta: representa, en realidad, un compromiso de acción y de trabajo al que la sociedad entera, con todos sus componentes personalizados, debe servir de manera consciente. A esto es a lo que llamamos “interacción responsable”. Y los políticos, por la condición representativa a la que aspiran y de la que viven, deben ser los primeros en dar el buen ejemplo de una armoniosa y eficiente responsabilidad interactiva. Es un buen ejemplo que hasta la fecha no han dado, independientemente de sus líneas y colores ideológicos. Y aun se ha llegado a tomar como fortaleza o como mérito lo que es signo de flaqueza y de irresponsabilidad: el atrincheramiento compulsivo y la beligerancia desvinculada del sano juicio.

Los avances acumulados que viene mostrando el proceso democratizador en el país, pese a los diversos obstáculos que encuentra en el camino, posibilitan más que nunca una auténtica interacción en doble carril: político y social. Pero el hecho de que haya posibilidades no implica mecánicamente que se produzcan realidades. Éstas necesitan, para llegar a ser tales, de un requisito adicional indispensable: la viabilidad. Tenemos que preguntarnos, entonces: ¿Qué factores hacen viable la interacción dentro de una sociedad determinada, en unas circunstancias específicas y en un tiempo concreto? Tres, a nuestro entender: la toma de conciencia sobre el real estado de cosas, la conjunción de voluntades hacia el manejo positivo del fenómeno real y la justa administración del beneficio resultante.

Tomar conciencia de lo real debería ser lo más natural del mundo, pero no lo es, sobre todo en sociedades como la nuestra, en las que se ha vivido queriendo que la lógica de los intereses particulares sea la imperante para todo. Hacer la debida toma de conciencia constituye, pues, un requisito de aceptación de la realidad, que sustituya la negación implícita de la pluralidad, que aún es tan cargante en el ambiente.

La conjunción de voluntades significa asumir la pluralidad como una responsabilidad de trabajo. Y tal conjunción lleva consigo el reconocimiento realista de que todos tienen que dar algo para recibir algo. En la democracia efectiva, nadie absorbe o somete a nadie: todos recogen el fruto que les corresponde del esfuerzo compartido. En eso consiste la justa administración del beneficio resultante, que lleva a establecer un régimen de equidad en el que los diversos integrantes del cuerpo social sienten y saben que se les reconoce como sujetos merecedores de respeto, de motiva

DEMOCRACIA ES SINÓNIMO DE INTERACCIÓN

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