El contrabando de cigarros se ha incrementado en el centro de San Salvador. Supuestos miembros de la banda de Los Perrones estarían suministrando el producto ilegal
04 de Abril. Tomado de El Diario de Hoy.
Las Venadas. Así les llaman en el mundillo de contrabando a dos mujeres que desde hace varios años se han vuelto las mayores contrabandistas de cigarrillos extranjeros que luego comercializan al menudeo en los alrededores del Mercado Central de San Salvador. Estas mujeres, de acuerdo con diversas fuentes de El Diario de Hoy, son protegidas y apoyadas por varios policías de la División de Finanzas a cambio de jugosas sumas de dinero y como informantes para entregar a otras contrabandistas.
Según fuentes de este periódico, el mismo grupo de "investigadores" de contrabandistas ha comenzado a servir y proteger a dos hombres que están adquiriendo fuerza en el contrabando de lácteos procedentes de Honduras y Nicaragua. Estos son conocidos como los Jaimes (ese es uno de los nombres de cada uno), ambos oriundos del cantón San Carlos de Pasaquina, en el departamento de La Unión.
El grupo de protectores de contrabandistas, aseguran las fuentes, está formado por un subinspector, un sargento, dos cabos y al menos dos policías de la División de Finanzas de la corporación policial.
Las más beneficiadas por los policías son una mujer identificada solo como "Josefina", de origen hondureño pero afincada en El Salvador desde hace varios años y señalada como la cabecilla de la red, y María del Tránsito Enamorado Vásquez (la Enamorado), considerada la segunda cabecilla y quien en julio de 2007 fue condenada por el Tribunal Sexto de Instrucción, ante el cual la Fiscalía la acusó del delito de contrabando de cigarrillos.
En febrero de 2007, dos agentes de la División de Finanzas capturaron en flagrancia a Enamorado en momentos en que en los alrededores del mercado Sagrado Corazón, de San Salvador, transportaba en una bolsa negra varios paquetes de cigarrillos, extranjeros algunos, de los cuales está prohibida la importación a El Salvador.
La última vez que la Policía de Finanzas actuó contra Las Venadas fue en enero de este año, cuando les decomisó una considerable cantidad de cigarrillos extranjeros que eran transportados en un pick up.
En esa ocasión, ninguna de las mujeres fue arrestada debido a que el subinspector, que presuntamente es parte del grupo policial que recibe dádivas de las mismas, ordenó que sólo se decomisara el producto, pero que no detuvieran a Las Venadas, pues eran informantes de él.
Añaden las fuentes que los policías obedecieron la orden para evitar verse en problemas posteriores con el oficial, aunque éste nunca presentó una documentación o acta de la Fiscalía en la que constara que las contrabandistas estaban colaborando en alguna investigación.
Las Venadas, sobrenombre que los policías les han puesto debido a su habilidad para correr por veredas cuando son perseguidas por puntos ciegos fronterizos, tienen su base de operaciones en los alrededores del Mercado Central, para lo cual utilizan microbuses o pick ups en los que transportan las cajas de cigarrillos, los cuales son descargados en varios estacionamientos privados a donde los vendedores detallistas llegan a abastecerse una vez que están seguros de que no hay policías que puedan capturarlos.
Es en este punto donde el grupo de policías entra en juego, pues ellos se encargan de avisarles cuando Finanzas hará operativos, si hay investigadores en los alrededores del Mercado Central o, incluso, algunas veces estos policías se encargan de proporcionarles seguridad a los cargamentos de cigarrillos trasladados por las Venadas.
Entre las marcas de cigarrillos contrabandeados están el Ibiza, el Hobby Premium, de fabricación paraguaya; el Lucky Gold, fabricado en la India; el Euro, también fabricado en Paraguay; el Modern Cigarrettes, fabricado en China; y el Golden Deer, también de fabricación china, y otra variedad de marcas cuya importación a El Salvador está prohibida.
De acuerdo con las fuentes, Las Venadas tienen vínculos con dos hombres oriundos de La Unión, uno sólo identificado como Carlos y Geovanny Umanzor que a la vez son parientes de un reconocido importador de lácteos nicaragüenses.
Otras fuentes de El Diario de Hoy indican que hace unos tres o cuatro años, el verdadero cabecilla del contrabando de cigarrillos era Mártir S. L., originario del cantón Santa Clara (donde está ubicada la frontera El Amatillo) del municipio de Pasaquina, en La Unión, y quien tenía bien cimentada una relación de corrupción con autoridades portuarias y aduaneras de Puerto Cortez, en el Atlántico hondureño, puerto al que semanalmente le llegaban tres contenedores repletos de cigarrillos procedentes de China continental.
Según las fuentes, Mártir S. L., también tenía buenas conexiones en China lo cual le valía para pagar porque le fabricaran los cigarrillos de reconocidas marcas que luego eran distribuidas en toda la región centroamericana, incluyendo El Salvador.
El propio Mártir S. L. solía ir a Puerto Cortez a esperar los contenedores. Mientras éstos eran descargados, de acuerdo a fuentes de este Diario, él solía emborracharse con funcionarios hondureños que conocían del tráfico de esta mercadería.
elsalvador.com :.: Servir y proteger... a contrabandistas de cigarros y quesos
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