Escrito por Eduardo Torres. 24 de Abril. Tomado de El Diario de Hoy.
Ha venido denunciando el alcalde de San Salvador, Norman Quijano, que está sufriendo boicot en su gestión edilicia pues le llegan a tirar basura en "pick-ups" durante la madrugada en ciertas zonas de la ciudad, por ejemplo, en los alrededores del Rancho de Navarra para ensuciar la entrada a la capital, así como durante fines de semana y períodos de vacación como la Semana Santa con la intención de que, a los ojos del público, se perciba suciedad durante el mayor tiempo posible. Hizo ver que estaría recolectando pruebas pero quizá no sea tan necesario invertir en nimiedades. Mejor debería dar a conocer cómo encontró las finanzas públicas de la principal ciudad del país y cómo le ha ido con sus proyectos estrella --¿se los bloquea alguien--? como las bóvedas y el metrobús.
Me adhiero a lo escrito hace casi un año por uno de los observadores que se expresan en este periódico, de que el entonces candidato Quijano derrotó a la ex acaldesa con los votos de los más pobres de San Salvador que simple y llanamente sintonizaron con él; con él y sus concretas propuestas que, de realizarse, qué duda cabe que traerían grandes beneficios a amplios sectores poblacionales de la ciudad capital. Así las cosas, como de lo que se trata la vida no es sólo de confeccionar el mundo ideal en nuestras mentes pero también de enfrentar la realidad, me parece que sin plata, presionado por ambiente laboral hostil, un ambiente político turbio y un largo etcétera, avanza el alcalde Quijano. Y, a falta de opciones, lo hace desde la raíz misma de la sociedad.
Conoce de municipalismo este alcalde y conoce el municipio que preside, en especial, las necesidades más sentidas de la gente; de la gente más pobre de la capital que fue quien definió la elección a su favor hace quince meses. El "fichaje" de Rodrigo Ávila como asesor de seguridad dado a conocer este pasado jueves me parece un hecho relevante. En primer lugar porque creo que el ex director de la PNC es la persona que más completo tiene el mapa de la seguridad pública en el país; en segundo lugar porque al haber presidido por dos veces la corporación policial podrá ayudar en la vital coordinación entre la principal alcaldía del país y la PNC, y en tercer lugar porque su estilo es similar al del alcalde Quijano, por lo que no sería raro que de comunidad en comunidad vayan trabajando con la gente.
Obras pequeñas debido al asfixiamiento económico, atención de las necesidades más sentidas de los capitalinos y ahora mejores planes de prevención para afrontar el problema número uno del país, la criminalidad, es la plataforma que le queda a la gestión edilicia de San Salvador, con el buen Concejo que tiene. Cosechar mayores resultados es lo que necesita la actual gestión edilicia para replantear ante la opinión pública los proyectos estrella, que tanto impacto causaron durante la pasada campaña electoral, las bóvedas y el metrobús y, de negársele el apoyo, que sea la población la que juzgue. "No hay almuerzo gratis", dice un dicho anglosajón, por lo que los costos de haberle ganado la alcaldía al ahora partido oficial, ya los han venido pagando el alcalde Quijano y su Concejo.
De acá en adelante más acción, comunicación. El país requiere de una mejor ciudad capital.
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