EDH-Inseguridad como estrategia para lograr un nuevo modelo social

Escrito por Carlos Ponce.07 de Abril. Tomado de El Diario de Hoy.

Académicos extranjeros de diferentes disciplinas señalan las semejanzas entre el antiguo régimen nazi alemán y el comunista de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Adicionalmente, expresan su indignación por la desigual forma en que se recuerdan. Actualmente, por ejemplo, se considera inapropiado utilizar la suástica alemana, pero lucir la hoz y el martillo de la URSS es inofensivo. La molestia de los expertos por este disímil trato radica precisamente en la grotesca similitud que existe entre los dos sistemas totalitaristas, la colaboración que se materializó entre ellos y el consecuente e intencional homicidio de decenas de millones de hombres, mujeres y niños inocentes que se cometió en ambos.

Describir a profundidad las semejanzas escapa al alcance del presente artículo. No obstante, existe una que resulta de especial interés al analizar la situación delincuencial nacional: la "purificación" social que motivó el actuar soviético y alemán de la época. Ambos regímenes obedecían a postulados ideológicos propios, fundamentados en principios académicos particulares. El genocidio nazi intentó librar a la sociedad de una raza consideraba por sus dirigentes como inferior y, de esa forma, crear una nueva que, a su juicio, sería genéticamente superior y relativamente homogénea.

El sistema soviético, por otro lado, se sustentó en el materialismo dialéctico propuesto por Karl Marx y Friedrich Engels, el cual sucintamente impone la materia como elemento principal y desmerita la religión y la conciencia, proyectándolas como irrelevantes en su teoría. Historiadores e investigadores científicos que analizan la URSS sostienen que una de las estrategias empleadas por Lenin y Stalin, reconocidos dictadores soviéticos, fue propiciar hambrunas que acabaron con miles de personas, con el objetivo de eliminar la fe religiosa entre la población y, paralelamente, crear un escenario más propicio para que su sistema fuera aceptado. El ejemplo frecuentemente utilizado para explicar este tipo de acciones es la hambruna provocada en Ucrania a principios de la década de 1930, en donde se enviaron contingentes del infame Ejército Rojo a destruir plantaciones agrícolas y confiscar alimentos, causando la muerte de decenas de miles de personas inocentes. El fin principal era extirpar aquellos considerados no aptos para el nuevo sistema social, eliminar la fe religiosa y, como resultado, crear una nueva clase de ciudadano.

Evidentemente, la extrema izquierda salvadoreña continúa fiel al pensamiento de la antigua URSS. Es común observar la hoz y el martillo de la bandera soviética en los blogs de izquierda, inclusive éstos símbolos estuvieron presentes en la reciente celebración del aniversario de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), agrupación a la que pertenecen importantes funcionarios, incluyendo al Ministro de Educación y Vicepresidente y altos jefes policiales. Muchos analistas sostienen que el FMLN exigió al actual gobierno el ramo de seguridad. Tomando en cuenta que históricamente los movimientos comunistas han considerado como potenciales aliados para sus "revoluciones" a los delincuentes es pertinente preguntarse si la ola de violencia que experimentamos es parte de una estrategia de la izquierda radical orientada a "purificar" a El Salvador de aquellas personas inocentes pero no aptas para el nuevo sistema que se pretende implantar, eliminar la fe religiosa entre los salvadoreños al ser victimizados constantemente (en consonancia con el materialismo dialéctico, principio académico del comunismo) y crear paralelamente un entorno más propicio para la aceptación de un nuevo modelo social, cuya implementación es la intención del partido oficial, según las declaraciones recientes de un diputado efemelenista. La sociedad civil salvadoreña, por lo tanto, debe incansablemente denunciar la ineficacia de las autoridades, exigir mejoras y cambios en el aparato de seguridad y hacer recomendaciones para combatir la delincuencia.

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