EDH-El polilogismo y chifladura instantánea

El polilogismo, además de conceder propiedad sobre la verdad absoluta, otorga otro enorme privilegio: el de la pedantería en sus más extremas manifestaciones

Editorial. 19 de Abril. Tomado de El Diario de Hoy.

Si cada clase social tuviera su propia lógica como pregonan los marxistas, una de las consecuencias aplastantes sería la imposibilidad de que existieran computadoras. La Rusia soviética tuvo un retraso respecto a los países occidentales en cibernética por la negativa de Stalin y los sicópatas que lo rodeaban de desarrollar sistemas computacionales, que son en esencia estructuras lógicas, porque los consideraban imposibles.

En un mundo polilogista, donde los proletarios tienen su propia y correcta lógica, los burgueses la suya, la aristocracia la propia, los profesionales otra, etcétera, cada clase estaría forzada a construir sus singulares sistemas computacionales. En los almacenes sería necesario contar con cajas registradoras para cada grupo social, pues, para el burgués, tres más tres son cinco punto veintidós; para los profesionales, seis punto uno, y sólo para el proletario tres más tres son seis, la respuesta correcta, la que corresponde a su superior calidad de pensamiento.

Ni computadoras ni matemática existirían en el esplendoroso mundo socialista.

Marvin Galeas escribió un importante, agradable y contundente artículo sobre esto del polilogismo. Lo que le faltó agregar es que con la conciencia de clase, la condición de proletario, el ser alumbrado con la suprema luz del marxismo tiene un gran premio: ser poseedor de la verdad, estar por encima de los pobres seres que continúan ciegos e ignorantes.

Eso tiene, además, otra poderosa ventaja: que al discutir cualquier asunto, cuando otro presenta buenos o irrefutables argumentos basta con llamarlo burgués o vendido para ganar el pleito. Pues si es burgués no puede pensar en forma correcta aunque su planteamiento sea corroborado por una computadora.

Inútil discutir con los dueños de la verdad

¿Vendido? Hay una razón por la que los marxistas califiquen de vendidos a muchos de aquellos con quienes polemizan, pues es la manera de aplastar al que, pese a sus impecables credenciales proletarias (hijo de un labriego, que iba descalzo en su niñez, que apenas tuvo escuela, etcétera), no piensa como "debe" pensar.

El polilogismo, además de conceder propiedad sobre la verdad absoluta, otorga otro enorme privilegio: el de la pedantería en sus más extremas manifestaciones.

Marvin no aclara si la lógica proletaria se gana poco a poco, o si cae de golpe del firmamento, como las chifladuras instantáneas que afectan a tantos mortales. Por nuestra parte, después de contemplar durante décadas lo que sucede a los estudiantes de nuevo ingreso en la Universidad de El Salvador, que de pronto, de un instante a otro dominan todas las ciencias humanas y divinas, nos decantamos por la segunda tesis: la condición de proletario se vislumbra en una millonésima de segundo. A esos, a quienes aman los dioses, los alumbra la más brillante de todas las luces en cuestión de una millonésima de segundo.

Es duro saber que por la condición de burgués, o explotador, o kulak, muchos de nosotros nunca podremos contemplar la verdad en toda su radiante belleza, como la deidad marxista-leninista-estalinista ha concedido a los proletarios y a su glorioso liderazgo. El debate se vuelve imposible; los argumentos, inútiles; la experiencia, vacía, cuando los que caminamos en el suelo y no en las nubes o en el Olimpo, discutimos algún tema con uno que posee la correcta lógica.

La lógica proletaria, empero, tiene sus jerarquías, pues alguien como Hugo Chávez es más igual que el resto de proletarios.

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