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2010/04/05

EDH-El pacífico triunfo de la Iglesia católica

Escrito por Luis Fernández Cuervo.05 de Abril. Tomado de El Diario de Hoy.

A lo largo de los siglos son muchos -–personas, gobiernos, instituciones-- los que han querido destruir por completo a la Iglesia Católica. Ahora más que nunca, por todos los medios imaginables. Sufre muy especialmente una constante "masacre mediática". The New York Times, Time, National Geographic, CNN, Yahoo, El País, etc., la presentan insistentemente, ante la opinión pública mundial, abierta o solapadamente, como la gran enemiga de la ciencia, del progreso y de la paz.

¿Por qué tanto odio, tanta saña, oculta muchas veces bajo una hipócrita capa de objetividad informativa? ¿No será porque, dentro de un mundo moralmente podrido, el tiempo, la experiencia, la ciencia, le van dando la razón? ¿No será porque ella, sin ceder un milímetro en su doctrina, va señalando las líneas verdaderas del progreso humano?

Si nos vamos al estado actual de los conocimientos astronómicos, se cae por tierra el pensamiento ateo de que el universo sea eterno y producto de la casualidad. Se robustece el principio antrópico -–un universo hecho para el hombre-- al comprobar las ajustadas leyes que se cumplen para que todo no vuelva a la nada y para que nuestro planeta tenga la situación y las características mejores, no sólo para vivir, sino también para poder conocer el resto del cosmos.

Y en ese progreso de la astrofísica encontramos primero a un físico belga, Georges Lemaître, descubridor de la teoría del Big-bang como origen y desarrollo del universo. Ese físico era sacerdote de la Iglesia Católica. Un claro desmentido a una de las calumnias más frecuentes contra la Iglesia: presentarla como enemiga de la ciencia, silenciando, hipócritamente, que también fueron católicos insignes científicos como Copérnico, Galileo, Mendel, Lavoisier, Pascal, Pasteur, Duhem, Marconi, Lejeune, etc.

Si vamos a la biología y a la genética, hoy es una verdad científica comprobada lo que siempre sostuvo y sigue sosteniendo la Iglesia: que el ser humano lo es ya desde la formación temprana del zigoto, pues es entonces cuando adquiere los 46 cromosomas propios y exclusivos de todo ser humano. Queda así al descubierto la mentira criminal de todos los anticonceptivos hormonales, verdaderos abortivos, y de todo aborto, pues suprime a seres humanos inocentes e indefensos.

La biomedicina progresa y, a tenor de experiencias y de estadísticas actuales, también se ha comprobado que esos mismos falsos anticonceptivos y los abortos provocados ¡favorecen grandemente el cáncer de glándula mamaria! En cambio la lactancia materna repetida, además de los beneficios físicos y psicológicos que reportan para la madre y el hijo, es muy contraria a ese tipo de cáncer.

Cuando Benedicto XVI dijo en África prudentes y acertadas palabras sobre la lucha contra el Sida, de nuevo la masacre mediática y política se cebó contra el pacífico Papa, pero después los mejores expertos en la lucha contra el Sida le dieron la razón. Y la abstinencia y fidelidad siguen afirmándose, cada vez con nuevos estudios, como el mejor remedio, no sólo contra el Sida sino mucho más para una sana maduración de la personalidad y para la solidez de la familia.

Contra lo que pueda decir el señor Mario Vargas Llosa --¡curioso moralista!-- en su defensa de la masturbación y del libertinaje sexual, se acumulan los estudios psiquiátricos que demuestran que la actividad sexual temprana en niños o adolescentes perjudica grandemente el desarrollo de su personalidad, su capacidad de amar y su felicidad. También aquí triunfa la moral de la Iglesia y queda para la basura, la "salud sexual y reproductiva".

El "pensamiento global impositivo" siempre defendió la manipulación de embriones humanos para extraerles sus células madres, causándoles con ello la muerte. La Iglesia Católica denuncia ese crimen y en cambio defiende utilizar células madres de adultos que no comportan ningún daño para los donantes. ¿Que dice la ciencia? Que las de adulto sirven y las de embriones, además de su moralidad criminal, son muy inestables, se transforman en cánceres con facilidad..., ¡No sirven! Cada vez más, los que experimentaron con ellas lo dejan: se cansaron de sus fracasos.

Podía seguir con muchos otros ejemplos donde la ciencia y la experiencia vuelven a darle la razón. Queden para otras ocasiones.

A lo largo de los siglos, el Espíritu del Mal, que en palabras de Jesucristo es criminal desde el principio y "Padre de la Mentira", pone a la Iglesia Católica, a sus instituciones y personas más santas, en la preferencia de sus ataques contra toda verdad, contra todo bien, contra la felicidad humana. Cada vez utiliza más medios económicos, políticos y publicitarios. Sus servidores, una y otra vez, proclaman la pronta muerte de ese odiado Cuerpo Místico de Jesucristo... pero el triunfo y la pacífica venganza de la Iglesia Católica, a lo largo de todos esos siglos, es ir enterrando a los que cantaron su muerte y rezar por cada uno de ellos una piadosa oración.

elsalvador.com :.: El pacífico triunfo de la Iglesia católica

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