Escrito por Juan A. Valiente.07 de Abril. Tomado de El Diario de Hoy.
Seguimos por abrumadora mayoría confiando en el presidente Funes. Ocho de cada diez aprobamos su gestión. Es en la actualidad el presidente mejor evaluado de América Latina. Sin embargo, ya hay señales de deterioro en su gestión y comienzan a deslizarse sus indicadores de aprobación. Despertemos, compatriotas, a la realidad y ayudemos a este presidente a tener éxito siendo exigentes y demandando acciones efectivas.
Es obvio que el Ejecutivo cuenta con personas con excelentes credenciales, de honorabilidad intachable y con demostrada capacidad internacional. Es posible que, a pesar de todas estas cualidades, la falta de experiencia en la administración pública les esté pasando la factura. En tiempos de crisis no es aceptable que 32% de la inversión pública estimada para el año 2009 quedara sin ejecutarse.
Aunque los principales atrasos en el presupuesto de inversión se concentran en obras de infraestructura de gran tamaño, el informe de la Unidad de Análisis y Seguimiento del Presupuesto de la Asamblea Legislativa detalla que los ramos más afectados son Seguridad Pública, Educación y Salud. Haber nombrado ahora al presidente de CEPA para darle seguimiento es querer tapar el sol con un dedo. Puede funcionar, pero también puede hacer que el nuevo coordinador especial para el Seguimiento y Ejecución de la Inversión Pública no haga bien ni una cosa ni la otra.
Y si bien hay estrellas en el gabinete, también hay hoyos negros. No le hacemos ningún bien al presidente Funes al firmarle un cheque en blanco. No debemos darnos por satisfechos, porque parezca poner en su lugar a los del Frente. No debemos permitir que actos simbólicos nos impidan hacer una evaluación justa de sus acciones como gobierno. Para que este gobierno triunfe necesita de todos dándole seguimiento y exigiendo que cumpla con sus promesas.
No debemos olvidarnos que los del FMLN pueden tener sus propios propósitos, en los que al parecer están avanzando. Pregunten al ministro de Gobernación cuántos nuevos sindicatos se han autorizado. Pregunten cuántas nuevas ONG se han formado. No sé si trabajan para continuar gobernando o no, pero el territorio quedará minado para el futuro.
Hay suficientes señales que deben preocuparnos y al parecer estamos despertando. Ya hay un salvadoreño más de cada diez que cree que el presidente Funes no tiene las riendas del país. Ya sólo un 56% piensa que las tiene. Ya hay uno más que piensa que este gobierno no es lo que esperaba. Ahora sólo un 60% cree que es lo que esperaba. En cuatro meses los indicadores están llegando a niveles que deben alertar al presidente para mejorar su gestión.
El mismo a inicios de este año dijo: "El combate a la inseguridad, la violencia y el accionar del crimen organizado son prioridades sin duda, pues constituyen, además de una lacra social insoportable, un freno a la actividad productiva. (…) Una vez pedí perdón por las arbitrariedades cometidas por el Estado en el pasado, no puedo darme el lujo de pedir perdón por no haber combatido eficazmente la delincuencia".
Hay siete de cada diez que percibe que la situación de seguridad ha empeorado. Hay seis de cada diez que tiene mucho miedo de ser víctima de asaltos, agresiones o asesinatos. Y hay que recordar que los pobres sufren incluso más este tormento de violencia delincuencial.
A nadie escapa la realidad de confrontación permanente entre el presidente y su partido. Es necesario un espacio adecuado de gobernabilidad. Así no se puede seguir. Hay que exigir resultados. Hay que presionar por tener planes y, una vez diseñados, mejorar la ejecución de ellos. El presidente Funes desde el inicio de su gestión ha dicho que se erigiría en el presidente de todos los salvadoreños y por tanto necesita enarbolar de mejor manera la bandera del país para unir a todos los sectores a su alrededor. Una vez más es necesario decir que una acción vale más que mil palabras.
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