Editorial.24 de Abril. Tomado de Diario Co Latino.
Sí, sin exageración, el magisterio nacional está de luto por el reciente asesinato de tres de sus docentes, un hombre y dos mujeres, quienes fueron dados por desaparecidos, primero, y luego fueron encontrados sus cadáveres con heridas de bala, entre los matorrales de la hacienda El Ángel.
Las dos maestras, hermanas por cierto, y el docente, eran profesores de la escuelita cantonal que funciona en El Ángel, en la jurisdicción de San Juan Opico, departamento de La Libertad.
La muerte de las profesoras Felipa Aurelia y Marlene del Carmen Barillas, así como la del profesor Tomás Antonio Gómez, nos debe llevar a todos y todas a hacer un alto en el camino y decidir, de una vez por todas, cómo, desde nuestro hogar, lugar de trabajo o colonia podemos colaborar con la autoridad para evitar que tanto crimen quede en la impunidad, primero, y para evitarlos, en segundo lugar.
Es importante, que los vecinos, alumnos, padres y madres de familia, amistades de los docentes, entre otros, aporten toda información que pueda contribuir a dar con el o los responsables del triple crimen.
Deben tener claro, que estos casos se seguirán dando, en la medida que queden impunes. Es decir, a más impunidad, más asesinatos.
La policía y fiscalía, por supuesto, tienen que poner más empeño en ese caso, pues, el crimen no sólo ha afectado a los familiares, sino a la comunidad educativa y por ende a la sociedad.
Una maestra, un docente, deberían merecer el respeto de cualquier criminal, pues son los hombres y mujeres que también les dan formación a sus hijos e hijas, a sacarlos de la ignorancia y forjarles un futuro diferente al que tiene el padre o madre responsables del múltiple crimen.
Ojalá, y los hijos e hijas de estos hombres o mujeres sin valores contribuyeran a la captura de sus padres o madres, porque está claro que los asesinados valen más para los hijos e hijas de los criminales que sus progenitores.
Esperemos, pues, en primer lugar, que este múltiple crimen no quede en la impunidad, y que en El Salvador comience a disminuirse la criminalidad, pero, para ello, es necesario el aporte de todos y todas, no sólo de las autoridades.
Todo nuestro pais esta de luto y no se olviden que los profesores solo son las ultimas victimas del descalabro social en el que vivimos desde ya hace rato. El problema no se vuelve dramatico y urgente con esto. Eso es asi desde hace bastante y nadie hace mucho y ni mucha ocsa buena para reducirle. Sera que nuestra sociedad no da para mas? No seremos capaces de revertir el grado de descomposicion social al que hemos llegado? Es nuestro conjunto social capaz y lo suficientemente robusto como para desarrollar una economia que absorba esa masa de jovencitos ahora de unos 8-15 años que dentro de 5-12 años necesitaran de trabajo o esperanzas de futuro digno de vivirse?
ResponderEliminarHay o no hay solucion? Puede el sistema "democratico" nuestro canalizar soluciones para el bien nacional? Personalmente pienso que si, pero se reuiqere de demasiado cambio y una disminucion drastica de la desconfianza politica que hemos heredado.