Las pruebas que presentó la Fiscalía, entre ellas armas ensangrentadas y ropa de la niña, encontradas en la guarida de los "menores infractores", fueron desestimadas por la jueza Ponce
Editorial. 26 de Marzo. Tomado de El Diario de Hoy.
Dios nos bendijo con una buena memoria, lo que nos permite volver al pasado y revivir lo grato, lo triste, lo edificante y las muchas personas que fuimos encontrando en el camino, que nos enriquecieron con afecto, enseñanzas y sabiduría. Entre ese universo de recuerdos está uno que de vez en cuando aparece: acompañar de niño a Mamá, doña Mercedes, adonde el censor con las pruebas de la edición del Diario del día siguiente. Cada noticia, cada artículo, cada línea era leída; lo que chocaba con su sensibilidad martinista, la del dictador, era tachado. Al siguiente día ese espacio salía en blanco.
Lo grave es que esas prácticas de la barbarie --censurar, perseguir, amordazar e intimidar-–, han vuelto a brotar en los lodazales y las cunetas políticas. Hoy viernes la jueza María Isabel Ponce, que liberó a los acusados de descuartizar a Estrellita, ha conminado a representantes de La Prensa Gráfica a responder por la publicación de las fotos que a todos nos estremecieron.
En esta misma edición publicamos de nuevo el caso de Estrellita y las pruebas que presentó la Fiscalía, entre ellas armas ensangrentadas y ropa de la niña, encontradas en la guarida de los "menores infractores", que fueron desestimadas por la jueza Ponce.
La Constitución de la República es explícita al proteger la libertad de expresión: no puede haber censura previa (como cuando Martínez), coacción, amenaza o restricciones, aunque haya responsabilidades posteriores. La Ley del Menor Infractor, en todas sus variantes, viola ese precepto: "privilegia" el honor y la buena imagen de asesinos, secuestradores, extorsionistas, violadores y asaltantes menores de dieciocho años, sobre el derecho del público a estar informado.
Los acusados de asesinar a Estrellita andan sueltos en las comunidades donde viven --gracias a la "sabia" resolución judicial--, sin que los padres y hermanos de otras niñas como ella sepan del espantoso riesgo que corren, precisamente por tapar información esencial para la seguridad de los vecindarios.
El sucio objetivo: amordazar a los salvadoreños
Ya hubo un célebre caso al respecto: cuando "El Directo" escapó de la cárcel, un sicópata que antes de cumplir diez y siete años había asesinado a más de quince personas, el Oriente de la República entró en pánico pues nadie había visto fotos del individuo. Podía ser el que llegaba a pedir dinero a una tienda, o el que estaba acechando en la esquina de la cuadra, o el que le pidió "ride" a un camionero. Este Diario obtuvo, tras muchos trabajos, una foto del criminal y la publicó, contribuyendo así a la seguridad de muchísima gente.
"El Directo" no es un incidente único, sino un caso que se repite a diario en el país, más ahora con las políticas que los nuevos funcionarios han venido implementando. Con amigos como esos, los salvadoreños no necesitan enemigos.
La censura amenaza tanto a comunicadores, a los medios y al clima de libertades, como a los ciudadanos. Ahora es la jueza, hace muy poco el director de Policía de San Miguel, antes el Ministerio de Seguridad, el de Educación y el del Interior. A ello se agregan las campañas difamatorias del aparato propagandístico de la izquierda radical, que cuentan con profesionales en difamar, insultar y calumniar entrenados en la vieja Unión Soviética.
El objetivo: amordazar a la población, vendarle los ojos.
Si si con los descuartizadores escuadronesro de la muerte nos ha tocado vivir pues ningno ha sido enjuicidado! Basta tomar los casos de mas renombre: Los asesinos de San Romero, libres e impunes. Los asesinos de los Jesuitas ...politicos activos.. libres e impunes.. El Diario de Hot ... agitadores de asesinatos... calumniadores impunes... libres... Es este el pais que uds han creado. Nada en este pais es importado de paises socialistas. La pobreza, la emigracion, la violencia es herencia directa de nuestros gobernantes de siempre.
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