Co Latino-Un antes y un después, en el caso de Monseñor Romero | 26 de Marzo de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

Editorial.27 de Marzo. Tomado de Diario Co Latino.

Para los cristianos católicos en El Salvador y en el mundo, el antes y después en el tema de Monseñor Romero será cuando el Vaticano, por fin, atienda el clamor de su feligresía, a escala mundial, y lo convierta en Santo de forma oficial, pues, desde los pueblos del mundo, Santo es desde la fecha del magnicidio.
No obstante, en El Salvador, el antes y después, como muy bien lo reconoció el Obispo Auxiliar de San Salvador, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, fue el 24 de marzo pasado, el miércoles, cuando el Presidente Mauricio Funes, en nombre del Estado salvadoreño pidió perdón a Monseñor, su familia y al pueblo salvadoreño por el magnicidio.
“Antes no se reconoció la responsabilidad del Estado, ahora se pidió perdón; antes no hubo homenaje público, ahora hubo muchos homenajes; las cosas ya no serán iguales a partir de ahora”, manifestó Monseñor Gregorio Rosa, otro de los Obispos muy queridos por la feligresía Salvadoreña, conocedor de la obra religiosa y social de Monseñor Romero.
Como todo mundo sabe, Monseñor Romero fue asesinado por órdenes del Mayor Roberto D´Aubuisson, cuando el prelado católico oficiaba una misa de aniversario, en la capilla del hospitalito de cancerosos, la Divina Providencia, a las 6:24 p.m., del 24 marzo de 1980.
Desde esa época, fueron los sectores sociales, y la feligresía católica que lo conoció, bien en la catedral, bien en las comunidades, cuando el Obispo mártir les visitaba.
La derecha en este país, incluyendo a los distintos gobiernos de turno, quisieron borrar de la memoria colectiva el nombre del Arzobispo mártir, bien ignorando su obra pastoral, bien tergiversando su rol social en aquella conflictiva época en la que le tocó pastorear al Arzobispo Romero.
Treinta años después, como consecuencia de un triunfo electoral de la izquierda, llega a la Presidencia el periodista Mauricio Funes, quien ha dicho que en su gobierno, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, será su “guía espiritual”, tal como lo es ya para los salvadoreños católicos comprometidos con la justicia social.
“Como he dicho en otra oportunidad: no recordamos ni celebramos la muerte de Monseñor Romero. Honramos la vida, su vida, el mayor ejemplo que tenemos las salvadoreñas y salvadoreños”, dijo el miércoles el Presidente Funes.
“Hoy, 24 de marzo de 2010, es un día de esperanza para nuestro pueblo y una jornada histórica para la recuperación de nuestra memoria colectiva”, prosiguió el mandatario. Luego agregó, como Presidente y en nombre del Estado: “Pido perdón, en primer lugar, a la familia de Monseñor Romero, a quien hago llegar mis más sinceras condolencias y mi respaldo incondicional en su lucha por el esclarecimiento de la verdad. Pido perdón al pueblo salvadoreño que fue, es y será la “gran familia” de Monseñor Romero, su heredero, custodio de su prédica y sus enseñanzas.
Pido perdón a la Iglesia Católica, salvadoreña y universal, que tiene en Monseñor Romero a uno de sus más ejemplares pastores. Pido perdón a las miles de familias que fueron afectadas por este tipo de violencia ilegal inaceptable y en especial a los integrantes de las comunidades religiosas que se ven representadas por el espíritu de Monseñor Romero y mantienen vivo su legado de paz y respeto a los derechos humanos”.
Sin lugar a dudas, el nombre y la obra de Monseñor Romero, que está arraigado en el pueblo desde el día de su martirio, lo es también del gobierno, y eso convierte el 24 de marzo, un antes y un después, en la vida y obra del San Romero de América.

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