Comentarios mas recientes

2010/03/30

Co Latino-Las cuatro vidas de Pipo | 29 de Marzo de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

Escrito por Dagoberto Gutiérrez . 30 de Marzo. Tomado de Diario Co Latino.

El sol caía vertical, espeso y rayaba al mediodía con sus líneas de calor, mas bien, parecía todo cuadriculado y el agua de la pila espejeaba danzante como un ojo húmedo que solo mira al cielo.
En una primera mirada solo se vio un pedazo de papel negro que aparentemente había caído al agua y siguió ahí, mientras Mardoqueo acomodaba unas ramas de orégano que recién había trasplantado el día anterior. El papel negro no se movía mas que por el lento movimiento del agua pero no se hundía y al mirarlo de nuevo Mardoqueo y vio las plumas azabaches, las patas estiradas y al final, el pico abierto y levemente trémulo de un zanate que buscando agua había caído a la pila y estaba perdiendo su vida irremediablemente.
De la punta de un ala Mardoqueo sacó al pájaro y lo puso sobre la grama que rodea la pila, bajo el sol del medio día y cerca de un frondoso árbol de limón, los ojos cerrados del pájaro mostraban a un ave muerta, pero todo su cuerpo temblaba, sus patas largas y endurecidas y sus dos alas sin vida extendidas sin control sobre la grama. Ahí permaneció sin moverse durante 15 minutos, hasta que lentamente el temblor corporal fue reduciéndose y las alas fueron, también lentamente plegándose al cuerpo del pájaro y abandonando la posición de abandono de los momentos agónicos iniciales, luego abrió sus ojos, desapareció el temblor y solo tiembla su pico trémulo, mientras sus ojos parecen capturar sus contornos.
Fija su mirada en Mardoqueo y nada más, no protesta ni se asusta, pero luego con displicencia recoge sus dos patas e intenta  recuperar el equilibrio pero no puede, en tanto sus ojos recuperan el brío de una mirada inteligente y su pico deja de temblar. El pájaro, negro experto en surcar el cielo con elegancia empieza a ser de nuevo el mismo después de regresar y escapar de una muerte segura por ahogamiento. Logra apoyarse finalmente en sus dos patas pero estas permanecen trémulas y no puede pararse aunque sabe o parece saber que está indefenso y en peligro, levanta su cabeza y pía agresivamente por primera vez, pide auxilio y salta al pie de un muro vecino en donde parece esconderse piando sin parar, quince minutos después salta a una rama del árbol de limón y así, de salto en salto, llega al dosel del árbol, frente al cielo azul e inmenso y, cinco minutos después se lanza al vuelo como dueño del aire y del infinito.
Mardoqueo le puso Pipo y se consideró su salvador y pensó que no lo vería nunca jamás, pero al día siguiente, el pájaro, mientras Mardoqueo cortaba limones durante la tarde, dejó caer a sus pies un pedazo humedecido de pan francés, lo reconoció por una pluma  desordenada que llevaba en el ala derecha, por la mirada inteligente y picara y por una línea amarilla a lo largo del pico, Mardoqueo no lo creía pero el ave lo reconocía, voló hacia la orilla de la pila sin dejar de mirarlo, luego hacia el árbol de limón y finalmente hacia el hombro derecho de Mardoqueo y este supo así que se trataba de Pipo que había regresado para agradecerle la vida, piaba con toda su fuerza como celebrando mientras con su pico parecía escarbar el cuello de Mardoqueo sin lesionarlo y con sus alas extendidas parecía lanzarse al vuelo sin hacerlo. 
Esa misma semana Pipo pasó del patio a la casa y de la casa al espaldar de la silla del comedor y ahí permanece mientras Mardoqueo almuerza y le está pasando pedazos de pan y de tortilla, el pájaro agarra la comida con su pico y vuela al patio, desaparece en los cielos como si le llevara a alguien la comida y luego regresa a la misma posición pero piando como pidiendo mas comida.
Una tarde de la semana pasada, Mardoqueo descubre un nido escondido en la parte más intrincada del limonero y se da cuenta que quien está echado o echada en el nido es, nada más y nada menos que Pipo, quien resulta ser más bien Pipa, no comprueba si hay huevos en el nido, pero mejora rápidamente la comida del pájaro, le asegura agua, fruta, pan y hasta el alpiste como si fuera canario, el ave desaparece en la mañana y regresa al medio día para almorzar con Mardoqueo, este ahuyenta a gatos, a un tacuazín nocturno que deambula a media noche y hasta una iguana que toma sol todo el día; es pipo la dueña de todos lo cuidados y todos los apoyos. Todas las mañanas el limonero retumba y tiembla de la algarabía de pipo, mientras su nido se llena de vida, de otra vida, de otros pájaros negros azabaches, fuertes y supervivientes como su madre.

Las cuatro vidas de Pipo | 29 de Marzo de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.