A raíz de la acción tomada por la jueza Segunda de Menores en contra de LA PRENSA GRÁFICA por publicar fotografías en las cuales aparece un joven de 17 años asestándole cuatro puñaladas mortales a otro de 18 por el solo hecho de querer arrebatarle una camisa de un instituto contrario, no me cabe más que decir ¡cuánta hipocresía!
Escrito por Nacho Castillo.31 de Marzo. Tomado de La Prensa Grafica.
Ahora resulta que es delito mostrarle a la población la realidad, informarle sobre los peligros que acechan a los salvadoreños, pero no lo es mandar a un muchacho a un centro de internamiento donde posiblemente lo van a violar o mandarlo a una prisión de mayores donde lo matarán a golpes.
Pura hipocresía. Los que se rasgan las vestiduras queriendo parecer como redentores de la infancia no levantan su voz para rebelarse contra el sistema que no ofrece ninguna posibilidad de rehabilitación, sino que por el contrario, sume al joven en un mundo más maldito del que salió.
Y tampoco dicen nada cuando ven en todas nuestras calles a niños visiblemente explotados por padres que gozan de perfecta salud, pero que los utilizan, inclusive hasta en altas horas de la noche, para vender productos o pedir la limosna. Niños que no alcanzan a llegar a mayores porque mueren entre las llantas de un vehículo mientras trabajan para un padre o una madre que les obligan a llevar a casa determinada cantidad de dinero. Niños que son enviados a la calle y allí aprenden a consumir drogas, ante la “atenta mirada de sus padres”. Y estos últimos, utilizando el dinero que les consiguen sus hijos para embriagarse y seguramente tener más hijos que les ayudarán a aliviar sus podridas vidas.
Saben ustedes que una de las primeras medidas que tomó la actual ministra de Trabajo fue obligar a los supermercados a sacar a los menores de edad de la labor de embolsadores, con lo cual, y trabajando unas pocas horas al día, podían sustentar un poco sus grandes necesidades. Conozco a algunos jóvenes que perdieron su única posibilidad de trabajo honrado, porque no tienen padres que les den dónde vivir y algo de comer.
Pero, ¿estas autoridades no ven la verdadera y gran realidad? Por qué siempre les interesa más la rama que el árbol. O será que no se sienten capaces de enfrentar el problema en toda su dimensión.
Yo quisiera que se castigara a los padres que explotan a sus hijos, que se lleve a la cárcel a los que destruyen una infancia. Que se ponga en tela de juicio al Estado por su complicidad con estos delitos. Basta de desviar la atención de los verdaderos problemas que enfrentan nuestros niños y jóvenes. No es demandando a un medio de comunicación que se hace justicia. Ya es hora de imponer en nuestra sociedad la responsabilidad de ser padre o madre. No podemos seguir haciéndonos los ciegos y sordos con este problema. Son demasiados los niños que están hoy en riesgo, que son sometidos a las peores vejaciones.
¿Y nuestras autoridades? Cuánta hipocresía, Dios mío.
La jueza lee y quiere aplicar la ley. La ley debe respetarse atravez de implementarle donde y en cualquier caso que sea. Si LPG no ha hecho nada en contra de nuestras leyes pues de l proceso que la jueza a comenzado resultara absuelta. Ella no esta haciendo nada ilegal. Lo que uds piden es que no se aplique la ley simplemente por que al joven asesino no hay nada ni nadie que lo pueda absolver de su culpa debido a las fotografias. Pero el joven asesino tiene derechos que hay que garantizarle muy por encima de su delito. Son uds los que discuten tanto alrededor del proceso este lo qeu desvian la atencion del tremendo caos social en el que vivimos. Propongan mecanismos sociales reales y eftivos para salir de esta bochornosa situacion de eterna violencia en la que nos tienen desdde ya hace ratos.
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