Escrito por Tomás Andréu.30 de Marzo. Tomado de Contra Punto.
Experto de República Dominicana afirma que los grandes retos de la región centroamericana son apostarle a la investigación y alerta a las universidades a “no perder el norte” para que se vuelvan claves en los problemas medioambientales del país.
BOGOTÁ – El investigador del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), Pedro Juan del Rosario, conversó con ContraPunto sobre los grandes retos que afronta Centroamérica en tema medioambiental. Los trágicos acontecimientos ocurridos en los países de Haití y Chile abren la gran pregunta si la región, en especial El Salvador, están preparados para amortiguar estos desastres.
El Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp), organización regional sin fin de lucro fundada en 1986, celebró recientemente el "Encuentro Territorios Rurales en Movimiento 2010" en la ciudad de Bogotá, Colombia. Ahí participaron actores públicos y privados del continente interesados en el desarrollo sustentable de los territorios rurales latinoamericanos.
Pedro Juan del Rosario se desempeña actualmente como consultor del proyecto “Crisis y pobreza rural en América Latina: el caso de República Dominicana”. (Banco Mundial / Rimisp). El experto hace énfasis en que no habrá desarrollo en la región “si no hay sustento en la investigación, un sustento científico que permita la búsqueda de soluciones más adecuadas”.
Tomando en cuenta las experiencias de Haití y de Chile recientemente ¿Cómo ve la región centroamericana preparada para estos sucesos?
Hay diferencia entre países y países, algunos han asumido conciencia sobre el problema de estos eventos naturales, algunos referidos al cambio climático y otros como el caso de terremotos o volcanes. En el caso de Centroamérica, está expuesta a fenómenos muy grandes por razones volcánicas y en el caso de mi país, República Dominicana, recientemente tuvimos un terremoto en Haití al lado nuestro, que nos está afectando grandemente en el sentido de lo que implica el flujo de haitianos hacia República Dominicana por las dificultades económicas de un país [Haití] que tiene poca base institucional para responder al fenómeno. Pero la misma República Dominicana está expuesta por razones de fallas (tectónicas), tanto esa que afectó Puerto Príncipe ahora, pero también en todo el corredor norte de República Dominicana hay una presencia de una falla importante que en cualquier momento puede generar ese tipo de cosas. Igual que muchos países de Centroamérica, yo creo que estos fenómenos parecen ser como la espera de una lotería: nos sacamos el premio, quizás no. Muchos de nuestros casos no estamos agotando las medidas adecuadas ni para enfrentar fenómenos naturales propiamente como volcanes o movimientos de las fallas, ni tampoco para enfrentar de manera seria el fenómeno del cambio climático que es una realidad. Eso significa entonces que, obviamente como país seguimos siendo tan vulnerables como siempre, pero sobretodo sectores sociales que frente a situaciones como esta sufren más el impacto de este tipo de fenómenos. El caso de Haití es un caso ya dramático, estamos hablando de 270 a 300 mil muertos, pero nosotros estamos expuestos a una situación similar a la de Haití.
El fenómeno del Niño y los inviernos afectan a las zonas más pobres y aisladas particularmente de Centroamérica ¿Cómo cree que deberían prepararse, tanto las comunidades como el Estado?
Es un proceso complejo porque es algo que no se puede llegar de un día para otro, hace falta un proceso planificado y para tenerlo supone una voluntad política decidida a orientar recursos humanos y monetarios a este tipo de cosas. En el caso de poblaciones muy vulnerables, que son las que suelen ser afectadas en mayor grado, obviamente eso significa que se necesita colocar recursos en educación para prevenir situaciones como inundaciones, probablemente se trata en muchos casos de muros de contención y estructuras similares, pero sobretodo poder armar a los territorios, díganse municipios, provincias, etc. Armarlos con capacidades para enfrentar estos fenómenos y no simplemente responder como normalmente lo hacemos que es siempre reaccionar al fenómeno, reaccionamos después de que pasan las cosas, obviamente hay que cambiar la lógica de esto y ver cómo podemos mitigar al menos el fenómeno, cómo podemos reducir el impacto.
Como especialista en el tema ¿Qué noticias ha tenido de El Salvador sobre ese sentido de reacciones tardías?
Tanto Centroamérica como el Caribe y esto no excluye a El Salvador, no hemos desarrollado un programa, una estrategia nacional que nos permita enfrentar este tipo de cosas, entonces seguimos actuando de forma reactiva. Cada vez que suceden estas cosas las lecciones se nos hacen cada vez más frecuentes, y quizá el golpeo de estos fenómenos nos lleven a una toma de conciencia de que hay que destinar recursos, parte de nuestro presupuesto y fondos autónomos en el sentido de dotar a territorialidades particulares, que probablemente es lo más importante, de los recursos para poder hacer frente a estos problemas pero de una forma preventiva, claro, cuando se da el fenómeno también hay que atenderlo, pero el problema es que puedes disminuir el impacto de esos fenómenos y puedes incluso evitar pactos mayores cuando tienes una acción planificada y coordinada que cuesta mucho en nuestros países. Los celos de los ministerios por el protagonismo que muchas veces se quiere asumir, muchas veces por ganancias políticas o lo que sea hacen muy difícil la coordinación, porque se trata de problemas que no competen solamente a un ministerio o una oficina en particular, son fenómenos que tienen que ver con una integralidad que supone una coordinación muy profunda y una voluntad de las instancias superiores para que se de esa coordinación.
La prevención y mitigación de riesgos cuesta mucho dinero para los Estados centroamericanos, pero a la par de esto ¿Cómo puede impulsarse el desarrollo que necesitan nuestros países?
En mi caso trabajo en una institución de investigación y creo que en el caso de Centroamérica, a diferencia de muchos países, probablemente Chile, Argentina, Brasil mismo, Perú, han avanzado mucho en eso, pero todavía Centroamérica y el Caribe se mantienen rezagados en lo que tiene que ver con los procesos de investigación y desarrollo. Cuando se mira la asignación presupuestaria que se destinan a esos aspectos te das cuenta que no es prioridad. No hay ninguna posibilidad de desarrollo para nuestros países si no hay sustento en la investigación, o sea, si no hay un sustento científico que permita la búsqueda de soluciones más adecuadas. La investigación no significa necesariamente trabajo de laboratorio, significa también la posibilidad de desarrollar procesos investigativos de orden cualitativo con las comunidades, oír lo que quieren las comunidades, eso es investigación.
Poder sistematizar experiencias de las comunidades, poder expresar de alguna manera ideas de comunidades que no han sido afectadas por fenómenos. Pero en el caso del desarrollo, eso es un proceso complejo, no es una cuestión de decir que queremos desarrollarnos, para concretizar eso tiene que ser sobre la base de información, de conocimiento que es la investigación que genera esa base de conocimiento y en el caso de nuestras universidades, quizá no en la totalidad, pero resulta ser que muchas universidades “han perdido el norte” como se dice, en el sentido que se convirtieron cada vez más en instituciones de negocio y no responden muchas veces a problemas claves desde el punto de vista científico que tiene que ver con asuntos de carácter biológico, físico, asuntos de base mucho más fuerte en términos de ciencia y en muchas de nuestras universidades, incluso ha desaparecido la facultad de ciencias básicas y bueno ¿Qué universidades son las que tenemos?
Con respecto a todo este contexto ¿Qué papel juega la modernidad, hablando de infraestructura con respecto a los recursos naturales?
Confundimos el término “modernidad” porque tenemos unos paradigmas en la cabeza que modernidad es parecernos a París o Manhattan. En el caso de República Dominicana el mismo presidente nuestro ha dicho que él desea tener un Nueva York chiquito ¿Por qué un Nueva York? Si esa ciudad tiene sus características. Ahora el punto clave del desarrollo y la modernización de un país, es que no hay modernización si no creas gentes con las capacidades para hacer su propio desarrollo y la modernidad se define como una cosa que no se nos impone a través de la construcción de una carretera, o se nos impone como en el caso nuestro con la construcción de un metro, somos un país moderno porque tenemos un metro ¿no? Eso no tiene nada que ver con esto. Entonces probablemente hay una confusión deliberada, es así porque implica abrirle la puerta a la corrupción, abrirle puerta a los mecanismos de enriquecimiento de unos pocos y en contra entonces de las mayorías. Entonces, la modernidad es una excusa muchas veces para enriquecer a unos pocos.
En su opinión ¿Cuál debería ser la posición de los Estados centroamericanos con respecto a la minería? Estamos hablando de que no tienen ese componente de investigación de actuar por los recursos naturales
Todos estamos pasando de una u otra manera por problemas similares, tanto en Centroamérica que cada vez hay una presencia más grande de inversionistas extranjeros, el mismo caso del Caribe, la República Dominicana, hay incluso actualmente una fuerte discusión con un proyecto bastante grande, una inversión significativa para la explotación de oro, de una empresa que incluso tuvo ciertos problemas anteriormente en otros países por razones de contaminación, entonces aquí también ha faltado la responsabilidad de nuestros funcionarios para pensar seriamente y evaluar si los proyectos de esta naturaleza, que todos ellos lógicamente implican afectar de forma directa los recursos naturales. Ahora hasta qué punto no es la prohibición, sino que ver cuál es el tipo de inversión que afectando los recursos naturales pueda generar o no generar una situación crítica que a la larga pueda convertirse en un problema mayor para el país. Entonces yo creo que son las preguntas que siempre y lamentablemente lo dejamos pasar, actividades mineras que son muchas veces devastadoras y que acaban con medio mundo en la medida en la que ellos puedan sacar más, afortunadamente hay que decirlo, creo que las poblaciones han ido cobrando más conciencia y cada vez es más frecuente oír cómo grupos particulares, ONG, grupos de base cada vez se enfrentan a este tipo de cosas.
En el caso actual, en la República Dominicana, una cementera se quería establecer en una zona protegida y de hecho tuvo que pararse el proyecto por presiones de la comunidad, lograron apropiarse del problema muchos sectores y hubo que pararse el proyecto, porque todos veían el impacto negativo que iba a tener este proyecto, que no iba a ser compensado por los efectos positivos que pudieran tener este tipo de situaciones.
Y hablando de efectos ¿Son tan naturales los desastres que ocurren en el mundo o son facturas que devuelve la naturaleza y pagan los pobres y los países subdesarrollados?
Mucho de lo que estamos viendo es expresión de un desborde, sobretodo de países ricos, el caso de Estados Unidos y las cifras están allí y otros países que en términos de contaminación son los principales actores en término de responsabilidad de lo que está ocurriendo. Lamentablemente, aunque es cierto que a todo el mundo le toca la cuota, pero probablemente a los más pobres le está tocando más, lógicamente por las mismas condiciones de vulnerabilidad, son gente que tienen menos grados de libertad para actuar, sobrevivir, defenderse frente a cualquier fenómeno del Niño o la Niña, o el caso nuestro del tema de los huracanes, la intensidad con la que se hace cada vez más frecuente estas cosas precisamente en rutas que son las rutas en las que vive la población más pobre, que evidentemente son las más afectadas por estas cosas. Ahora ¿Qué tan naturales son? Obviamente hay una gran discusión de todos estos cambios si son efectivamente naturales o si son provocados, si no responden a los ciclos normales de la naturaleza, pero hay evidencia más que suficiente de que hay fenómenos relacionados al cambio climático que han sido causados por actuaciones humanas.
Con todos estos desastres que han ido ocurriendo a nivel mundial, sudamericano y el Caribe ¿Centroamérica tendría lecciones que aprender?
La gran lección que uno saca de todo esto es que mayor serán los impactos negativos en la medida que no tengamos mecanismos para mitigar o prevenir situaciones desastrosas. Esas es la gran lección que uno tiene que sacar de todo esto. Y si no aprendemos ahora, los resultados van a ser desastrosos, los impactos se harán cada vez más frecuentes, habrá impactos más explosivos en ese sentido en término de desastre y tendremos menos posibilidad de enfrentar los resultados de estas cosas.
“Centroamérica se mantiene rezagada en investigación y desarrollo”
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