Una multitudinaria manifestación tuvo lugar a 90 días de que Zelaya fue derrocado. Se dispuso de un amplio dispositivo de seguridad para evitar incidentes de violencia en Tegucigalpa.
Escrito por Tegucigalpa/(AFP). Domingo 27 de Septiembre. Tomado de La Prensa Grafica.
La alta tensión persistía ayer en Honduras, donde el derrocado presidente Manuel Zelaya cumplió cinco días refugiado en la embajada brasileña sin avances para una solución a la crisis política, aunque el régimen de facto anunció que estaba dispuesto a dialogar.
Mientras persisten las gestiones diplomáticas para reencausar el diálogo, los integrantes del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado anunciaron una multitudinaria manifestación para ayer, cuando se cumplen 90 días del golpe de Estado que depuso al presidente Zelaya.
“El día 90 va a haber una enorme manifestación de nuestro pueblo (...), habrá acciones de movilización en los barrios, las colonias y las calles, el pueblo quiere la restitución del orden constitucional”, dijo el dirigente zelayista Rafael Alegría.
Los integrantes del Frente acentuaron sus movilizaciones desde el lunes pasado, cuando Zelaya llegó clandestinamente a Tegucigalpa y buscó protección en la embajada de Brasil.
El portavoz de la Policía Nacional, Orlin Cerrato, dijo que esperaba que la demostración de los opositores al régimen de facto fueran pacíficas y advirtió que se dispuso un amplio dispositivo de seguridad para evitar enfrentamientos.
Mientras tanto el país sigue a la expectativa de la anunciada visita del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, en compañía del vicepresidente de Panamá, Juan Carlos Varela, para reiniciar el interrumpido proceso de diálogo.
La posibilidad de retomar el proceso se abrió el jueves pasado, cuando el presidente Zelaya y el gobernante de facto Roberto Micheletti aceptaron revivir el llamado proceso de San José.
Arias ha propuesto una fórmula para el retorno a la constitucionalidad en Honduras, ampliamente respaldada por la comunidad internacional, que tiene como punto de partida el retorno de Zelaya a la presidencia, algo que Micheletti y los sectores empresariales, políticos y militares que lo respaldan rechazan.
En la embajada de Brasil, donde se encuentra refugiado Zelaya, el cerco militar de los últimos días fue menos riguroso ayer y los periodistas pudieron acercarse a poca distancia de la sede diplomática.
Voceros militares explicaron que con esa medida se busca desmentir versiones que circularon sobre el uso de gases tóxicos y el empleo de dispositivos tecnológicos para incomunicar a los ocupantes de la embajada brasileña.
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