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2009/09/18

CNSP: La prevención de la violencia es prioridad

Escrito por Juan José Dalton. Septiembre de 2009. Tomado de Contra Punto.

Fue un error haber combatido el crimen solo con políticas represivas, como las implementadas con los planes “mano dura”. Se requiere de planes de prevención bien articulados, de lo contrario, todas las medidas caen en saco roto.

SAN SALVADOR – No hay alguien que oculte la verdad: los niveles altos de violencia, sobre todo de homicidios, están sino en ascenso, igual que cuando gobernaba la “mano superdura”, de las administraciones areneras.

Es posible que los medios derechistas, aunque privilegiados con la pauta publicitaria de Casa Presidencial, tiendan a exaltar un poco el drama, que antes ocultaban. Sin embargo, lo cierto es que el problema está latente y ha agobiado a la población.

Haciendo comparaciones futbolísticas, el actual gabinete de seguridad, se parece al equipo argentino, que pese a sus grandes figuras, no dio pie con bola frente a Brasil, y fue derrotado. El gobierno, según diferentes actores sociales, no ha podido frenar, o al menos dar signos de que va a aliviar, la ola delincuencial y es criticado por no implementar medidas urgentes, como la veda generalizada de armas.

En lo que va de septiembre (del 1 al 16) se han registrado un promedio de 13 muertes violentas diarias, según la Policía Nacional Civil (PNC). Estos datos apuntan a que se registra un asesinado diario más que en agosto. Estos promedios son ligeramente superiores a los que se registraron entre enero y junio del presente año, cuando se obtuvo un promedio de 11,8 homicidios diarios. 

Un análisis minucioso indicaría que las cifras de homicidios en el presente año, hasta el momento, se mantienen inalterables casi mes a mes, con leves crecimientos.

Pero si la ola no de detiene, El Salvador estará en serios problemas, es decir, más de los que ya está en términos de inseguridad.

El año pasado, según cifras oficiales, se cometieron 3.172 homicidios, es decir, 8,6 diarios, para una tasa de 55,6 homicidios por cada 100 mil habitantes. ¡Un escándalo! La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que una cifra de homicidios mayor a 10 por cada 100 mil habitantes se considera una epidemia.

Si tomamos el promedio de 11,8 homicidios diarios (reportados entre enero y junio/09), como base anual, se tendría que 2009 lo terminaríamos con 4.307 homicidios, lo que implicaría una tasa de 75 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Con semejante cifra de asesinatos, no hay Dios que se apiade de El Salvador. Es decir, como dice la canción de los Guaraguau: “No basta rezar...”

El día a día
Diariamente los salvadoreños se despiertan con grandes sobresaltos: cuatro cadáveres localizados dentro de un baúl, un día. Dos extranjeros entre los muertos. Todos los días cobradores y motoristas acribillados por no pagar rentas.

Mujeres asesinadas por ex maridos celosos, con destornilladores, a machetazos o a balazos; un abusador que mata a una joven porque ella le reclamó por haberle tocado las nalgas en un restaurante...  

Ni se diga de los raptos o privaciones de libertad con fines de: extorsión (secuestros), o de homicidios o de desapariciones.

Cuerpos sin vida son encontrados diariamente en lugares baldíos, alumnos descomponiéndose a flor de tierra o semienterrados. Otros hallazgos macabros son los que ocurren con las localizaciones de cementerios clandestinos o pozos en desuso que se ocupan para tirar a los muertos.

La esperanza de la prevención
No obstante, frente a esta grave situación, los planes de prevención son los que tendrán en gran medida la clave del freno a la violencia generalizada que vive el país. Pero esta no se puede parar de un día para otro.

Aída Santos de Escobar, presidenta del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP), indica que su dependencia tiene bajo su responsabilidad la implementación de acciones para prevenir la violencia, que es la prioritaria en el plan de seguridad.

Después de la prevención viene la coacción legal, la rehabilitación de los que han cometido delitos y están presos, así como el fortalecimiento institucional.

En el esquema anterior del “manodurismo”, implementadas en los gobiernos neoliberales de Arena, lo prioritario fue la represión, especialmente contra las pandillas. “Fue como azuzar un avispero”; la violencia trae violencia.

Recién, incluso, un ex alto funcionario de la seguridad pública, como Mauricio Sandoval, ex director del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE) y de la Policía Nacional Civil (PNC), reconoció que fue un error politizar los planes de “manos duras”.

El resultado está a la vista y en tres meses no se ha podido recomponer los errores de seis años desde que el “manodurismo” comenzó a aplicar. En 2004 la tasa de homicidios era de 34 por cada 100 mil habitantes. Entonces comenzaron a elevarse.

La presidenta del CNSP aseguró a ContraPunto que su institución cuenta con un presupuesto de casi 34 millones de dólares que han sido contratados con la Unión Europea (UE), el gobierno central, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Cuenta del Milenio y la agencia de cooperación de España (AECID).

Estos fondos serán invertidos, según Santos de Escobar, en acciones preventivas, en las zonas de más alta incidencia de la violencia, que hoy por hoy se sitúa en San Salvador, Santa Ana, San Miguel, Colón, Soyapango y Apopa. “Pero también a diferencia del pasado, vamos a cubrir con un plan integral a nivel nacional, porque la zona oriental y paracentral ha sido descuidada”, dijo la funcionaria.

Como ejemplo de lo que este gobierno impulsará estará un acuerdo entre el CNSP y el Ministerio de Obras Públicas (MOP), para dar empleo a jóvenes en edad laboral “en riesgo” de caer en el crimen o vinculados a pandillas, para que se encarguen de reparaciones de calles y otras acciones de infraestructura, que por lo general se otorgan a empresas.

También está un convenio con el INDES, por medio del cual, igualmente se dará empleo a jóvenes que se encargarán de la recuperación decenas canchas deportivas.

Existe también un amplio proyecto de prevención de la violencia, del cual coincidentemente, en dos oportunidades diferentes hablaron con ContraPunto, la presidente del CNSP y el subsecretario para la Descentralización y el Desarrollo Local, Guillermo Galván. Este abarcará a los 262 municipios, por medio de los cual en cada municipio se firmará un consejo civil para la prevención de la violencia.

Entre otras acciones, Santos de Escobar aseguró que además de la granja agrícola ya existente, se crearán dos más, como mínimo. Estas granjas se desarrollarán y cobrarán nuevo impulso para la rehabilitación de jóvenes pandilleros a quienes se les dará capacitación profesional.

El CNSP tendrá además una destacada participación en el área de cárceles, que como han advertido, funcionarios y analistas locales, es una “bomba de tiempo”, producto del hacinamiento, la insalubridad, el ocio y el desorden existente en los presidios.

“Estamos por suscribir un proyecto con la Universidad de El Salvador (UES), por medio del cual estudiantes y académicos nos van a ayudar en diferentes especialidades: sicología y abogacía, por ejemplo. Ellos podrían hacer servicios sociales en dependencias para acelerar las evaluaciones para que puedan salir de la cárcel hasta más de 3 mil personas que ya podrían estar en libertad”, apuntó finalmente la funcionaria, una experta en material legal penal por haber ejercido durante muchos años como jueza.

Estos son planes que las autoridades tienen voluntad de impulsar. Habrá que ver capacidad y recursos. Pero además el aplomo político que implicará otra de las esferas de la violencia: el crimen organizado y la corrupción, que por lo general van en pareja y que hasta el momento no se ha tocado.

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