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2009/09/27

¿Cuántas muertes necesitará Obama en Honduras?

Desde el pasado 28 de junio ha habido más de un centenar de crímenes extralegales y sumarios.

Escrito por Atilio A. Boron. Septiembre de 2009. Tomado de Rebelión.

En el día de ayer el Comité por la Defensa de los Derechos Humanos de Honduras (CODEH) hizo público un informe en el que responsabiliza al presidente de facto de ese país y líder de los golpistas, Roberto Micheletti, por las más de 101 muertes extralegales y sumarias perpetradas desde el 28 de Junio hasta la fecha. La CODEH fue creada el 11 de mayo de 1981 por un grupo de ciudadanos hondureños preocupados por las graves violaciones a los derechos humanos que se estaban produciendo en ese país cuando el gobierno de Ronald Reagan decidió que Honduras sería la plataforma de operaciones desde la cual la Casa Blanca lanzaría su ofensiva en contra de la Revolución Sandinista que acababa de triunfar en Nicaragua y del Frente Farabundo Martí que, en El Salvador, estaba progresivamente dirimiendo a su favor la lucha contra el ejército salvadoreño y sus “asesores” estadounidenses. Como se recordará, Reagan dispuso que al frente de ese operativo estuviera John Negroponte, un hombre carente de escrúpulos morales y que no vaciló en organizar escuadrones de la muerte e involucrarse en el tráfico de armas y drogas de la Operación Irán-Contra dirigida por el Coronel Oliver North. La dura lucha de la CODEH y su intransigente defensa de los derechos humanos hizo que recién en noviembre de 1994 el gobierno de Honduras le otorgara un status jurídico legal.

Esta institución, que cuenta con numerosos hombres y mujeres que pagaron con su vida su devoción por la causa de los derechos humanos, acusa a los golpistas hondureños de producir un nuevo holocausto. Esta masacre silenciosa, de la que apenas unas muy pocos casos quedaron registrados en los medios debido a la casi total censura de prensa y al sistemático bloqueo de toda información relativa a esos hechos, tuvo lugar, según la CODEH, en el marco de los sucesivos “toques de queda” decretados por los usurpadores. Sus víctimas incluyen a menores y mujeres, y estos asesinatos tuvieron lugar principalmente durante las horas en que la policía y las fuerzas armadas ejercían un control absoluto de las calles y plazas de Honduras.

Más allá de cualquier polémica sobre la cifra exacta de personas que murieron en este triste período lo cierto es que, de la mano de Micheletti y sus cómplices y mentores, la violencia y la muerte se han enseñoreado de ese país. Y lo cierto también es que esta brutal escalada prosigue su curso con la total complicidad del presidente Barack Obama, cuya defensa de los derechos humanos, la legalidad, la democracia, la libertad y otros valores consagrados por la lucha de los pueblos ha demostrado ser, como preveíamos, una retórica dirigida a engañar a los incautos y nada más. Días atrás el presidente Hugo Chávez preguntaba, ante la Asamblea General de la ONU, cuál era el verdadero Obama: si el que decía frases bonitas o el que convalidaba el golpe de estado en Honduras (al que tercamente se rehúsa llamarlo por su nombre), mantenía el bloqueo a Cuba y la injusta e ilegal prisión de “los 5”, y sembraba bases militares por toda América Latina en nombre de la libertad. Lamentablemente, la respuesta salta a la vista y exime de mayores argumentaciones.

A idéntica conclusión llegaba hace pocos días Mark Weisbrot, distinguido académico estadounidense y presidente del Just Foreign Policy cuando se preguntaba cuánta represión apoyará Hillary Clinton en Honduras. En su nota, reproducida en Rebelión (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=92062) Weisbrot asegura que “(e)l 11 de agosto, dieciséis miembros del Congreso de EEUU enviaron una carta al presidente Obama instándole a ‘denunciar públicamente el uso de la violencia y la represión de manifestantes pacíficos, el asesinato de pacíficos organizadores políticos y todas las formas de censura e intimidación contra los medios de comunicación’. Todavía están esperando una respuesta.”

Los gorilas hondureños no dejaron derecho alguno sin violar: asesinatos, torturas, secuestros, represión a manifestantes pacíficos e indefensos, desprecio por el marco jurídico nacional y la legalidad internacional, ataque a la embajada de Brasil, censura de prensa; en fin, la lista sería interminable. Queda en pie la pregunta: ¿Cuántas muertes más necesitará la Casa Blanca para abandonar su incalificable complicidad con un régimen que retrotrae a nuestra región a lo peor del siglo pasado? ¿Cuántas necesitará Obama para darse cuenta de que cada una de ellas es también un golpe más a su ya menguada credibilidad? Estados Unidos es el único país con peso significativo en la arena internacional que todavía mantiene su embajador en Tegucigalpa: ¿Qué espera para sacarlo? ¿O será que Honduras está prefigurando el futuro terrible de América Latina y el Caribe? Obama no es más que que un sonriente y simpático relacionador público pero que no por eso deja de ser una pieza más en el infernal engranaje del “pentagonismo”, como lo denominara Juan Bosch.

Para concluir: no es que ahora los antiimperialistas le pidan a Washington que intervenga, como sofísticamente argumentara días pasados. Ya está interviniendo, y mucho. Y lo está haciendo para perpetuar un régimen violatorio de los derechos humanos, no para promoverlos. El silencio de Obama ante tantos crímenes nada tiene que ver con la prescindencia o el no-intervencionismo; callar también es una forma -taimada, a menudo artera y cobarde- de intervenir. Lo que se le pide es que, de una vez por todas, Estados Unidos deje de hacerlo y se abstenga de respaldar a los golpistas. Del resto se encargará el pueblo hondureño, que ha dado muestras de su capacidad y valentía para sacarse de encima a Micheletti sin necesidad de ayuda alguna de la Casa Blanca.

4 comentarios:

  1. Esto es una ecuación con varias variables. La cantidad de muertos no solo depende de la conciencia del gringo. El gringo no tiene conciencia hacia el sur. Al gringo le importan sus huesos. Todo esto ya es bien sabido por todos. Ellos mismos lo han afirmado un sinnumero de veces. Asi que la respuesta es que no hay limite de muertes para hacer reaccionar al gringo. La pregunta es hasta cuando comenzaran los movimientos y los gobiernos progresistas de la region a acorralar al gringo y obligarle a reaccionar.

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  2. Por parte de USA podria el sur de america quedar vacio de gente y no se preocuparian por el suceso si no por posibles epidemias que les afecten a ellos. La cantidad de muertos necesaria para hacerles despertar sera las que junto a las constantes denuncias, debates, protestas formales y callejeras les arrincone polticamente hasta llegar al grado de que se sientan incomodos ante la opinion interna e internacional. Asi que la tarea es denunciar, condenar todo lo que suceda en Honduras.

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  3. Millones... millones... todos los hondureños se podrian morir y los gringos no reaccionarian. Acuerdenese que ellos solo tienen intereses asiu que esa pregunta pierde sentido.

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  4. Al gringo avaro y asesino por avaro no le importan las vidas en el sur. Le importan, si y solo si, en silencio y sin causar problemas, los americanos del sur facilitan el desvergozado despilfarro de recursos naturales que el estilo de vida norteamericano cobra. La pregunta presupone un caracter humano en la administracion actual. Se confunde al presidente con el imperio. El presidente para poder ser asumio los compromisos y premisas que el imperio impone. No le interesan nuestras vidas mas bien le interesan nuestra muerte para zas.. morder.. y morder... nuestra hermosa tierra.

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