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2009/09/23

Honduras: lecciones de una situación totalmente irregular

Pues pongamos por caso que no se reinstala Zelaya, que se dan las elecciones el 29 de noviembre y que el 27 de enero de 2010 concluye el período constitucional de Zelaya y se instala el nuevo Gobierno, ¿qué pasaría?

Escrito por Editorial. Miércoles 23 de Septiembre. Tomado de La Prensa Grafica.

Desde el 28 de junio pasado, fue evidente que la situación desatada en Honduras era muy distinta a cualquier otra precedente. No se trataba de un golpe de Estado tradicional, aunque la separación se hubiera dado mediante un mecanismo golpista; se movió de inmediato, por parte de las nuevas autoridades de facto, toda una estrategia legal que pretendía legitimar la acción; la reacción de la comunidad internacional fue activada al instante, para reafirmar el apoyo a la institucionalidad democrática y aislar al nuevo gobierno; y así han estado las cosas desde entonces. El pasado lunes, Zelaya reapareció en Tegucigalpa, acogido en la embajada de Brasil, y falta por ver qué pasará. Ya hay disturbios.

El gobierno de facto ha endurecido su posición, con toque de queda, cierre de accesos, declaración por su parte de que queda concluida la mediación Arias y petición de entrega de Zelaya para que responda legalmente por los cargos que se le imputan. Zelaya, por su parte sigue esgrimiendo su legitimidad, alega que está dispuesto al diálogo y dice que nadie lo sacará de Honduras. En tales condiciones, con una campaña presidencial en marcha y las presiones reavivadas, todo puede ocurrir.

Pero hay ya varias lecciones evidentes: ninguna de las partes, ni siquiera la comunidad internacional, sabe qué hacer en una situación como ésta, que es novedosa. Lo que sí es claro es que, tras esta experiencia, todos tendrán que pensarlo mejor: los Presidentes sabrán que la legitimidad democrática no es patente de corso para cualquier ocurrencia temeraria; los sueños golpistas parecen estar totalmente fuera de foco; y los mecanismos internacionales tienen que revisar sus estrategias, para ganar efectividad responsable.

Con elecciones a la vista

Cuatro elementos resaltan en toda esta situación: el hecho de que el separado Presidente Zelaya, pese a haber sido sacado de Honduras, ha seguido activo, con gran apoyo internacional, lo cual hubiera sido casi impensable en golpes de Estado tradicionales; el hecho de que hay elecciones presidenciales en Honduras programadas para el 29 de noviembre, lo cual no sólo hará casi simbólico el retorno de Zelaya a su puesto, si es que se produjera, unido al hecho de que Zelaya, para volver, ha tenido que renunciar de antemano a cualquier intento de cambio del orden constitucional, como la famosa “consulta” o “encuesta” en la que estaba empecinado temerariamente hasta el día del “golpe”; y el hecho de que la legitimidad democrática, pese a todo, parece estar saliendo fortalecida de esta prueba. Es evidentemente un golpe al golpismo; y además, una reafirmación dramática del cambio de los tiempos. Las impunidades también se marchitan.

Por otra parte, la comunidad internacional debe analizar mejor sus reacciones, para no caer en entredichos. Por ejemplo, el hecho de estar anunciando que no se reconocerá un gobierno surgido de las elecciones de noviembre no puede hacerse así nomás. Pues pongamos por caso que no se reinstala Zelaya, que se dan las elecciones el 29 de noviembre y que el 27 de enero de 2010 concluye el período constitucional de Zelaya y se instala el nuevo Gobierno, ¿qué pasaría?, ¿no se le reconocería durante cuatro años? Parece irreal. Es legítima y necesaria la defensa de la institucionalidad democrática, pero sin tener que meterse en callejones sin salida.

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