La nota del día: Estamos peligrosamente cerca de volvernos un país chatarra

Las previas posturas radicales del ahora partido oficial, el partido del "no" y de la violencia conceptual, no dan lugar al optimismo.

Editorial. Domingo 20 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Las políticas económicas que defina y ponga en aplicación el actual gobierno determinarán si se podrá sostener o bajará la calificación de país que le otorga Moody's, la clasificadora de riesgo. Una buena calificación mantendría los actuales niveles de inversión que se reciben; una mala nos baja a "chatarra", como Venezuela y Nicaragua. Los factores intangibles -–leyes, declaraciones, nombramientos, políticas adoptadas, etcétera— influyen de manera decisiva sobre la producción, ingreso, empleo, avance o retroceso material y el futuro de un conglomerado.
El actual gobierno no ha definido los rumbos que va a tomar ni expresado los criterios que servirán para articular sus iniciativas legislativas y sus programas. Las previas posturas radicales del ahora partido oficial, el partido del "no" y de la violencia conceptual, no dan lugar al optimismo, más en un momento en que el mundo no consigue salir de una cruel recesión.

Son varias las señales que indican que no parece existir, e inclusive no podría existir, unidad de criterios entre los sectores que forman el gobierno y sus apoyos. La única constante que destaca es el desmantelamiento de las estructuras de funcionarios y varios de los programas del anterior gobierno, lo que de inmediato no sólo genera grave incertidumbre, sino que también destruye lo más valioso que tienen las instituciones: el conocimiento acumulado, la experiencia, las estructuras de contactos y de mandos, el "saber hacer". Se aniquila sin que haya ni capacidad ni plan para reemplazar lo que estaba de pie. El costo para los salvadoreños es incalculable por hoy; comencemos partiendo de una realidad dentro de ministerios y entidades públicas: los nuevos funcionarios no saben cómo decidir y postergar o sentarse en las resoluciones, tomar acción, por lo que se forman cuellos de botella.

La economía crece, no se queda en cero

Las políticas económicas, como con claridad lo expresa el señor Leos, vocero de Moody's, son decisivas. No hay otro escenario. Y una de las que ha comenzado a rodar es "la reforma fiscal", que puede ser muchas cosas. La más ruinosa es pretender caer encima de patrimonios, el equivalente a matar a la gallina de los huevos de oro; la menos, mantener las políticas actuales ajustándolas a las condiciones del momento y a la necesidad de sacar al país del estancamiento. Lo primero es lo propio del resentimiento, lo segundo, de la sensatez.

Desde hace rato el partido oficial viene planteando cambios a la política fiscal que en medio de una crisis, o inclusive en buenos tiempos, puede causar más perjuicios que beneficios. El error más grave, en el que han caído Obama y la mayoría de gobiernos, es creer que elevando tasas y exacciones se incrementa el ingreso; tanto Kennedy como Reagan bajaron porcentajes y no sólo aumentaron las recaudaciones, sino que se sacó a la economía del estancamiento en que se encontraba.

Peor todavía son los rumores sobre impuestos a la propiedad inactiva, los impuestos prediales y los impuestos al patrimonio, que no sólo volverían casi imposible salir de la actual recesión sino que también nos sumirían en la pobreza que abate a Nicaragua y Cuba. Ni el partido ni el gobierno parecen comprender que el problema no es uno de "distribución", sino de "generación de riqueza"; peor aún, se mantiene la postura marxista de que para que alguien gane, otro tiene que perder, como si la suma de la actividad económica fuera siempre cero