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2009/09/30

La situación hondureña es un enredo sin final visible

En el fin de semana pasado, las cosas vuelven a crisparse, con el ultimátum de Micheletti a Brasil, los altibajos con la OEA y la puesta en práctica de medidas como el estado de sitio.

Escrito por Editorial. Miércoles 30 de Septiembre. Tomado de La Prensa Grafica.

Es evidente que los efectos que produjo la acción golpista del pasado 28 de junio han sido de creciente complicación para todos los actores envueltos en el caso, tanto dentro como fuera de Honduras. Sin duda, el cambio de condiciones políticas en los planos globales, regionales y nacionales de cada país determina que algunas cosas que en otro momento tenían efectos previsibles ahora ya no los tengan. En los años sesenta o setenta, un movimiento golpista se consumaba sin posibilidades de retorno, salvo casos muy excepcionales; hoy, cualquier recurso golpista, aunque no sea un “golpe” tradicional, desemboca en terreno desconocido. Es lo que ha pasado en Honduras. El gobierno de facto está en un remolino de incertidumbre y también lo está el depuesto Presidente Zelaya.

Surgió, en su momento, la Iniciativa Arias, que se trabó en un punto: el retorno de Zelaya a la Presidencia. Pareciera que ni siquiera simbólicamente acepta el gobierno de facto tal posibilidad, y menos cuando se acerca la fecha de las elecciones presidenciales, que pondrían la situación, pese a todos los pronunciamientos, en un nuevo escenario. Zelaya, para mantenerse políticamente vivo, vuelve en persona y por vía clandestina a Honduras. Se refugia en la Embajada de Brasil, desde donde busca mantener activa la resistencia.

En el fin de semana pasado, las cosas vuelven a crisparse, con el ultimátum de Micheletti a Brasil, los altibajos con la OEA y la puesta en práctica de medidas como el estado de sitio. Todo, pues, está en ascuas, porque este es ya un caso emblemático de cómo las cosas cambian, aunque muchos no se den o no quieran darse cuenta de ello. En otro tiempo, tres meses después, el caso estaría olvidado; hoy, se enreda cada día más.

Muchas barbas en remojo

Después de esta experiencia tan traumática, difícilmente habrá quien quiera aventurarse a llegar a una situación semejante. Es claro que aquí se ha puesto el primer alto a la pretensión de imponer una línea “revolucionaria” con abuso de la normalidad democrática, como fue la intención de Zelaya; pero también queda en claro que las tortuosidades seudoinstitucionales ya no funcionan, como fue la pretensión de los que lo removieron y se instalaron como gobierno de facto. En cuanto a la comunidad internacional, que reaccionó de inmediato contra lo ocurrido y se ha mantenido en dicha posición, a raíz de esta experiencia tendría que revisar la efectividad de sus posiciones y decisiones para que, sin afectar la soberanía de los Estados, pueda ir más allá de los gestos simbólicos.

No cabe duda de que, pese a las dificultades que encuentran los distintos procesos democráticos regionales, vamos avanzando en la toma de conciencia de lo que es una democratización real y sostenida. Las aventuras coyunturales, como son las que derivan de ese concepto caricaturesco que se ha dado en llamar “socialismo del sglo XXI”, no parecen dar de sí para mantenerse por mucho tiempo, aunque sus postulantes hagan todo lo posible por asegurar la “perpetuación” reeleccionista.

En el escenario actual, no hay ruta que sea alternativa de la democracia; y esto se va poniendo en evidencia con creciente claridad, en beneficio de un mejor futuro.

1 comentario:

  1. Un error garrafal es no haber arrinconado a los EEUU en este asunto. Son ellos los que siempre han tenido la solucion es sus manos. Mala tactica de la izquierda o falta de ella?

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