Demandamos respeto al presidente Funes, para que haga realidad su aspiración de “no ser un gobierno de un partido”, y al FMLN que deje de actuar como partido de oposición dentro del gobierno. La intervención salvadoreña debe ser investigada.
Escrito por Claudio M. de Rosa. Lunes 28 de Septiembre. Tomado de La Prensa Grafica.
La prensa brasileña señala a Hugo Chávez como el estratega que diseñó la vuelta secreta y clandestina de Manuel Zelaya a Honduras. Nada nuevo y totalmente consistente con una persona con formación militar, que puede perder una batalla pero continúa buscando cómo ganar la guerra. Recordemos que Chávez, además de amenazar con una invasión a Honduras, montó la operación de retorno de Zelaya a Honduras el 5 de julio pasado y fue captado en el palacio Miraflores, en Caracas, dándole seguimiento a la operación “Enjambre de Abejas Africanas”. Así fue captado por un fotógrafo, siguiendo el vuelo del “comandante Vaquero”, nombre que le dio a Zelaya al suscribirse Honduras al ALBA.
La inocente foto reveló la fuerte intervención extranjera que amenazaba a Honduras, develando la estrategia militar, al mostrar en la pizarra: “051345JUL09. Enjambre de abejas africanas. Tribuna Presidencial. Heridos por picadas. Desesperación en las personas”. Dos frases son importantes de analizar. Según Mario Berríos, abogado y analista en temas políticos y de seguridad, “Enjambre de abejas africanas” se refiere a la fuerza popular que en algunos países “ha sido capaz de darle vuelta a un gobierno”. Pero, la manifestación esperada alrededor del aeropuerto de Toncontín “no fue tan numerosa como para darle vuelta al gobierno y lograr que las Fuerzas Armadas y la Policía fueran avasalladas”. “Desesperación de las personas”, según el analista, apunta a que “la estrategia final era provocar un caos y un estado de ingobernabilidad al surgir muertos y heridos”. Pero no funcionó esta primera fase de la estrategia y el tema de Zelaya ya dejaba de ser noticia.
La nueva etapa estratégica es brillante: lograr el regreso de Zelaya un par de días antes del inicio de las exposiciones de los presidentes y jefes de gobierno en la Organización de Naciones Unidas. Así los medios y toda la comunidad internacional pide el retorno de Zelaya, ignorando que es acusado y con orden de detención por violación de la Constitución, pero removido de manera irracional y con violencia injustificable, porque eso puso en entredicho la legitimidad institucional y el Estado de Derecho en democracia.
Se inicia un nuevo capítulo y Chávez reaparece siguiendo paso a paso la ruta de Zelaya y con información al instante. Sorpresivamente entra en escena El Salvador, ya que Zelaya llegó al país en vuelo con destino a Nueva York, pero este abandona la ruta y se reúne en el aeropuerto de Comalapa con José Luis Merino, Marcel Orestes Posada, Nidia Díaz y Sigfrido Reyes. Todo apunta que este grupo sería el operador logístico del retorno de Zelaya, facilitando su llegada a Honduras solo horas más tarde. Seguidamente, parece ponerse nuevamente en marcha la operación “Enjambre de Abejas Africanas”, con disturbios, saqueos, muertos y heridos, tal como se planificó originalmente.
Con esta operación, Chávez puso en jaque al presidente Lula Da Silva, de Brasil, y al presidente Funes, porque altas autoridades del FMLN actuaron, al parecer, a espaldas del mandatario, que es el responsable de las relaciones internacionales de El Salvador. Arriesgan las relaciones con Honduras, segundo socio comercial, por donde también pasa la mayor parte del comercio externo salvadoreño. No les importa que se puedan reabrir heridas que aún tiene Honduras después pasados 40 años de la guerra, estimulando así consignas contra Funes y el FMLN. Olvidaron que para presionar por el retorno de Honduras a la democracia están los organismos internacionales y que como país debemos condenar toda intervención extranjera directa y menos participar en ella, porque nos puede causar grave daño, solo por priorizar posiciones ideológicas partidistas. Demandamos respeto al presidente Funes, para que haga realidad su aspiración de “no ser un gobierno de un partido”, y al FMLN que deje de actuar como partido de oposición dentro del gobierno. La intervención salvadoreña debe ser investigada con procesos de antejuicio a los parlamentarios del FMLN y autoridades de gobierno posiblemente involucradas en este insólito caso.
Contrariamente, después de la reunión de Micheletti con los candidatos a la presidencia de Honduras, Elvin Santos, del Partido Liberal, expresó en nombre de ellos: “No hay otra salida más conveniente para contribuir a la solución de la crisis que la realización de las elecciones legalmente convocadas para el 29 de noviembre que legitimarán la voluntad popular”. También respaldaron la labor mediadora del presidente de Costa Rica. Además, todos los partidos políticos hondureños trasladaron a Micheletti y a Zelaya su deseo que el diálogo triunfe sobre el enfrentamiento y demandaron a la comunidad internacional “el debido respeto” a las leyes hondureñas. Ellos merecen respeto.
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