La reforma agraria en El Salvador destruyó una agricultura bonancible, aunque no perfecta, causando el abandono de nuestras mejores tierras y los éxodos rurales a las ciudades
Editorial. Martes 22 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.
La seguridad jurídica, el duro trabajo, el ahorro, los conocimientos, la sensatez y en nuestra época el intercambio de información, las investigaciones y la tecnología, son los factores esenciales para hacer producir en abundancia la tierra. Son elementos claves para la agricultura, fundamentan la industria, son motor del comercio y base de la prosperidad.
La saga del Premio Nobel de la Paz, Norman Borlaug, en su origen un niño campesino cuyos posteriores descubrimientos dan de comer a casi la mitad de la población mundial, demuestra que los grandes avances materiales de las sociedades no son tanto resultado de la suerte o decisiones burocráticas, sino de mucha observación, experimentar con todo lo que puede incidir en los resultados y no desfallecer. Son fruto de la sensatez, de sabias medidas, de la pacífica convivencia.
Borlaug encabezó un pequeño grupo de genetistas y científicos enviado por la Fundación Rockefeller a México para detener una hambruna que amenazaba el país. En ese entonces los rendimientos de la variedad de trigo plantada no eran suficientes para dar de comer a los campesinos y generar excedentes. Borlaug inició sus investigaciones dividiendo la labor del grupo entre las regiones bajas y secas, y lo cultivado en el altiplano frío.
Los recursos eran escasos y las condiciones en que trabajaban muy duras. Para encontrar variedades distintas de trigo, Borlaug y su pequeño equipo tenían que recorrer centenares de kilómetros de veredas rurales, acampar a cielo abierto, cruzar torrentes y además ganarse la confianza de los campesinos.
Uno de los primeros logros fue abonar con compuestos de nitrógeno la tierra, lo que de inmediato agrandó las espigas. Pero el tamaño significó más peso, dobló los tallos y arruinó la cosecha. El paso siguiente era buscar una variedad de menor altura pero más robusta, que soportara el mayor peso del grano. Así se llegó a plantas "enanas", mucho más fuertes que duplicaron de un año a otro la producción. De ser un país deficitario en granos básicos, México comenzó a exportarlos.
Muy pronto las nuevas variedades de trigo se plantaron en Sudamérica y Asia, con lo que se conjuraron hambrunas en la India. Borlaug pasó luego a desarrollar nuevas variedades de arroz, que es el alimento básico de la mitad de los pobladores de la Tierra.
La otra cara: las ruinosas reformas
La segunda gran lección de la historia de Borlaug es que la fertilidad de la tierra no es consecuencia de decretos ejecutivos o inspiradas visiones de políticos que desde sus escritorios pretenden acelerar el crecimiento de las plantas, duplicar cosechas y convertir a labriegos de gleba en agricultores.
Casi paralelamente a lo que hacía Borlaug, en Rusia y muchos países del Asia se impusieron reformas agrarias para "entregar la tierra al que la trabaja" y, en teoría, sentar las bases de una bonancible agricultura. Un gran charlatán, Lisenko, convenció a Stalin de que gracias al socialismo "científico" en pocos años transformarían los campos de la Unión Soviética en maravillosos y casi bíblicos vergeles, la Tierra Prometida, la vuelta al Edén. Pero Rusia, como también China, se vieron forzadas a importar alimentos de los países capitalistas, como le sucedió a Perú en los Setenta con su reforma. La reforma agraria en El Salvador destruyó una agricultura bonancible, aunque no perfecta, causando el abandono de nuestras mejores tierras y los éxodos rurales a las ciudades.
En un sistema de vida tan inhumano como el de ES no importa si las cosechas son buenas o no. El problema radica en la distribucion de la riqueza. En esa desorganizacion de nuestra sociedad que no puede ni siqueira parar el dengue con medidas baratas y rapidas para implementar. De que sirven las cosechas abundantes si el latifundista ( avaro como todo simple derechista) prefiere venderlo al mejor postor( buscando maxima ganancia)antes que buscar maneras justas y humanas de generar ganancias. Esto se refleja en casi todas las actividades laborales diarias en ES. No se como han hecho para poder aceptar niveles tan bajos de vida a la par de presuntuosos estilos y niveles de vida, lejisimos unos del otro. Lo peor es que lo hemos llegado a aceptar com algo normal!!!!
ResponderEliminar