Un ambiente a medias

Escrito por Luis Laínez.Domingo 20 Septiembre. Tomado de La Prensa Grafica.

El motor de la política son los intereses y nunca nadie moverá un dedo si no es en función de la búsqueda de un fin. Así que cuando Dagoberto Gutiérrez, líder de la Tendencia Revolucionaria (TR), hace una crítica al FMLN y al gobierno, hay que tomar en cuenta que tiene sus intereses. Y que uno de ellos es convertir a la TR en un partido político.

Pero cuando dice que Hugo Barrera está más avanzado que el gobierno de Mauricio Funes en materia ambiental la declaración, aunque parezca desproporcionada, tiene una fuerza contundente.

Gutiérrez dijo a LA PRENSA GRÁFICA que la postura de Barrera, cuando era ministro de Medio Ambiente, era de rotunda negativa a la minería metálica: “Hugo, de ARENA, se opuso rotundamente y lo dijo. Y lo hizo. En ese sentido, este gobierno está detrás de la política del ministro Hugo Barrera. Eso no vale poco”.

La frase, viniendo de Gutiérrez (un antiguo comandante guerrillero, surgido de la más alta cúpula del Partido Comunista y disidente del FMLN, al que abandonó por considerarlo un partido que se había acomodado al sistema que debía cambiar), tiene una gran fuerza, aunque no hay que olvidar que si la TR quiere convertirse en partido su clientela natural serán los militantes más radicalizados del Frente.

Otras actitudes del nuevo gobierno también han dejado confundidos a los ecologistas normalmente identificados con la izquierda. Una de ellas es la continuación de la política energética sobre la base de ampliar la producción hidroeléctrica. Varias comunidades, con un léxico claramente de izquierdas, han criticado la construcción de la presa El Chaparral, aunque ello signifique garantizar más electricidad para el país y que su impacto sea mucho menor al que tuvieron, en su momento, otras hidroeléctricas, como la del Cerrón Grande, convertida ahora en un importante humedal, refugio de varias especies de aves migratorias.

Sin embargo, la decisión que más me llama la atención tiene que ver con la reapertura de botaderos clausurados. Fueron los votos de la derecha (las bancadas de ARENA, PDC y PCN) los que aprobaron el decreto, ante la oposición del FMLN. Sin embargo, el presidente Mauricio Funes devolvió el decreto no con un veto, sino con observaciones. Y lo más importante es que no se opuso a volver a abrir los basureros que la pasada administración (de Carlos Guerrero, el arenero que sucedió a Hugo Barrera frente al Ministerio de Medio Ambiente) había cerrado a medias (solo impidió que se depositara más basura, pero no hubo un proceso técnico de clausura), sino que se limitó a objetar que no era conveniente que estuvieran recibiendo desechos durante 90 días, que con 45 bastaba.

La basura es altamente contaminante. Pero darle un tratamiento adecuado, para evitar que corrompa la Naturaleza, es un negocio altamente lucrativo. Fue por eso que hace 12 años 10 alcaldías, todas gobernadas por el FMLN, crearon la empresa Manejo Integral de Desechos Sólidos (MIDES), en asociación con la canadiense CINTEC.

Durante un tiempo hubo confusión sobre los reales socios de los alcaldes efemelenistas, puesto que incluso estuvo una sociedad dirigida por un militar de La Tandona. Pero cuando el verdadero inversionista, Enrique Rais, apareció en campaña apoyando a Funes, con presencia y dinero, se confirmó que en verdad un sector del FMLN siempre había estado al mando de todos los cambios.

Quizás por eso se entienda la propuesta del alcalde de Santa Tecla, Óscar Ortiz, de crear dos plantas de transferencia, una en oriente y otra en occidente. Eso sí, ambas ligadas a MIDES.