El ex director de la Policía Nacional Civil (PNC) y asesor de ARENA en materia de seguridad da detalles del plan que le presentaron ayer al Ejecutivo para “sacar de las calles” a las pandillas. Dice que es una mezcla de represión y prevención, pero cree que a diferencia de otras fórmulas areneras, como el plan Mano Dura, estas ideas darían resultado porque no son medidas aisladas.
Escrito por Jessica Ávalos.01 de Julio. Tomado de La Prensa Gráfica.
Están proponiendo que el Ejército tenga las mismas facultades que la Policía. ¿Sienten que la PNC ya no puede hacer nada?
Es una realidad que la Policía ha sido superada por las pandillas en este momento. La Policía no tiene una capacidad de poder entrar frontalmente para resolver este problema porque ya ha tomado una dimensión superior que ya no es de seguridad ciudadana. La sociedad está recibiendo un ataque masivo. Por eso recomendamos la entrada del Ejército a resolver un problema territorial, de soberanía interna, de seguridad del Estado.
El presidente de la República aplaude el trabajo que ha hecho la PNC en los últimos hechos. ¿No comparten esos elogios?
Con el reguero de evidencia que dejan los pandilleros, sería pecado que no los capturara la Policía. El estado mental del pandillero no es el mismo que el de un criminal promedio. Un delincuente promedio se preocupa por no ir a la cárcel, se cuida de no dejar evidencias. El pandillero, por su estado mental anormal, no le importa que lo maten, que lo metan preso, que lo agarren. Eso no sirve de escarmiento, porque en la cárcel hasta le van a aplaudir.
A simple vista, la propuesta de ustedes es de carácter represivo...
Le estamos llamando un eje de neutralización. Pero no es que solo sea un enfoque represivo, quizá llama más la atención porque ahorita la parte represiva está enfocada dentro de una labor policial normal, pero no con el grado de intensidad que se necesita. Ahí es donde recomendamos la participación de la Policía Militar. El Gobierno tiene razón al decir que en un esfuerzo preventivo se puede reducir la delincuencia, pero eso tomaría años.
¿Por qué ARENA no hizo esto antes para detener el fenómeno?
El sistema de seguridad se ha venido construyendo. ARENA tuvo altas y bajas. Yo, en mi experiencia como director de la Policía, tuvimos un problema muy serio de secuestros, pero los erradicamos con los medios y los recursos que teníamos en ese momento, que eran muy limitados. Erradicamos un problema porque se trabajó con un plan estratégico. Los homicidios logramos bajarlos a 5 que venían de 7. Hemos demostrado que con una buena planificación se pueden resolver los problemas. A principios del año 2000 empezaba el problema de las maras; posiblemente no se le dio el tratamiento adecuado y se ha llegado a lo que se tiene ahorita.
El presidente Funes cuestiona a ARENA por darle recetas que no aplicó en sus administraciones.
Eso es un enfoque político del tema, del cual ARENA no escapa de haber utilizado un plan Mano Dura, un plan Mano Superdura y que se haya politizado el tema.
¿ARENA acepta su cuota de responsabilidad?
Al tratar de manejarla lo más técnicamente posible estamos demostrando que queremos como ciudadanos ayudar. No estamos diciendo que es el plan perfecto, pero si se puede mejorar que lo mejoren para empezar a detener esta matanza. Debemos aprovechar este momento para que todos los sectores contribuyamos, olvidarnos de la crítica.
Hablan de reducir el número de penales y construir uno en el golfo. ¿Hay medidas inmediatas?
En lo inmediato habría que confiar en las medidas que está tomando actualmente el Gobierno. En los centros propuestos son diseños que no son de construcciones complicadas, sino que son diseños que van a tener un manejo militar, y no son cárceles permanentes. Es importante que el pandillero vea que el Estado sí tiene una respuesta concreta y firme, porque si ve que seguimos dando vueltas y sigue actuando impunemente este cáncer seguirá avanzando.
¿Cree que el plan Mano Dura hizo que ese cáncer, como usted lo llama, avanzara más rápido?
Lo que sucede es que el plan Mano Dura tenía solo el componente represivo, no tenía el resto de integralidad y entonces las cárceles se llenaron. Había capturas masivas y no había respuesta de cómo internar a esta gente. Entonces el problema ha continuado avanzando. Estos planes de Mano Dura quizá pudieron haber unido a las pandillas, porque llegaron a sentirse atacadas.
¿No teme que pase lo mismo con este plan que sugiere un ataque frontal contra las pandillas?
No, porque aquí se está haciendo un trabajo integral. Se está buscando cortarles la materia prima, cortarles las conexiones con el crimen organizado. Es diferente, porque medidas aisladas sí conducen muchas veces a agravar los problemas.
¿Qué esperan lograr con la presentación del plan?
Ojalá esto no se vaya a ideologizar, porque si se empieza con esos temas como la herencia maldita solo se abren brechas.
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