Hace 50 años Cuba decidió vivir:Sin cuota, pero sin amo (I).Nos quitaron la cuota de azúcar y les quitamos los centrales
EUGENIO SUÁREZ PÉREZ.03 de Julio. Tomado de Granma Internacional
Cuando la Revolución triunfa en enero de 1959, cuba era un país económica y socialmente depauperado. La decisión fue cambiar el estado de las cosas, cuestión que implicó afectar no solo a los intereses explotadores nacionales sino poner fin al sistema neocolonial impuesto en Cuba por el imperialismo yanki.
Pero esto trajo nuevas adversidades. Desde los primeros momentos, el gobierno de Estados Unidos hizo todo lo posible por impedir el avance económico y social de Cuba, y por ahogar la Revolución. Con la firma de la Ley de Reforma Agraria, en mayo de 1959, creció la ira imperialista contra el Gobierno Revolucionario. A partir de 1960, se intensifican las agresiones, correspondiendo con el Programa de acción encubierta contra el régimen de Castro, aprobado por el presidente norteamericano Eisenhower, el 17 de marzo de ese año. El propósito de dicho Programa, según consta en el documento, era provocar la sustitución del Gobierno Revolucionario cubano por otro que respondiera a los intereses de Estados Unidos.
Veinte días más tarde, el 6 de abril, en una reunión encabezada por el propio Eisenhower, el entonces subsecretario de Estado adjunto para los Asuntos Interamericanos, Lester Dewitrt Mallory, expresó:
"El único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución, es a través del desencanto y el desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades económicas [...] Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba [...] a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno".1
Uno de esos "medios concebibles" fue la negación de las empresas petroleras norteamericanas de refinar el petróleo soviético, que obligó al Gobierno cubano a intervenirlas a finales de junio de 1960. Y otro fue la supresión de la cuota azucarera cubana en el mercado norteamericano.
La importación de azúcar a Estados Unidos estaba regulada por una cuota que se otorgaba a los países exportadores beneficiarios bajo la Ley Azucarera estadounidense, que garantizaba al suministrador extranjero la venta de su azúcar al precio del mercado interno americano, más alto que el del mercado mundial.
La economía cubana se había basado en la producción de azúcar de caña, en grado tal que la frase "Sin azúcar no hay país" era considerada un verdadero axioma. Por ello, en su guerra económica, a los gobernantes yankis y a sus estrategas les pareció lógico pensar que la supresión de la cuota azucarera provocaría una debacle en la economía de la pequeña nación.
La noche del viernes 27 de mayo de 1960, Fidel condenó las más recientes amenazas yankis y calificó como un puñal la nueva ley que pretendía suprimir la cuota azucarera. El primer mensaje del Comandante en Jefe para los cubanos fue pedirles que no se preocuparan; pues, ya no vivíamos aquellos tiempos en los que, cuando los americanos tomaban una medida contra Cuba, los políticos de aquí temblaban.
Ellos no nos asustan. [...] si de alguna cosa se puede estar absolutamente seguro, y debieran de estarlo sin temor a equivocarse los enemigos de la Revolución Cubana es que la Revolución Cubana es una realidad incontrastable, es invencible.
Asimismo, Fidel afirmó que por cada maniobra, golpecito, puñalada, zancadilla u obstáculos que los contrarrevolucionarios inventasen, la Revolución inventaría diez cosas más revolucionarias.
LA LEY PUÑAL
Pocos días después, el 1ro. de junio de 1960, la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la extensión por un año de la Ley Azucarera vigente y negó al presidente Eisenhower autoridad para reducir la cuota cubana. Muchas fueron las divergencias y hubo una fuerte oposición encabezada por quienes abogaban por que se le diera autoridad al presidente norteamericano para reducir la cuota de cualquier nación.
La presión del poder ejecutivo sobre el Congreso de los Estados Unidos para obtener una ley que permitiera aplicar sanciones económicas contra Cuba, obligó a retirar el proyecto de la Comisión de Agricultura.
El gobierno de Eisenhower deseaba el poder para decretar la rebaja de la cuota cubana. Sin embargo, no contaba con que entre las medidas de Cuba para enfrentar esta agresión estaría el reajuste de la cuota de los centrales azucareros propiedad de norteamericanos. Así ellos serían los primeros en recibir el peso de la rebaja de la cuota.
El 24 de junio, Fidel advirtió que el Gobierno Revolucionario respondería a cada agresión y expresó:
Cambiaremos cuota por inversión. Nosotros estamos esperando que terminen la ley norteamericana sobre el azúcar para hacer nosotros nuestra ley cubana sobre las inversiones norteamericanas, otorgándole al Gobierno, pues, las mismas facultades que el Congreso le otorga al Presidente de los Estados Unidos.2
Tres días después, el 27 de junio de 1960, en Estados Unidos se reunió un grupo integrado por representantes de la Casa Blanca, de la Central de Inteligencia y de los Departamentos de Estado, del Tesoro, de la Agricultura y de Defensa para tratar cuestiones relacionadas con el Programa de Presiones Económicas contra Castro. La cúpula del poder debatió sus ideas, algunas de ellas relacionadas con la Ley Azucarera:
"El problema fundamental es si el gobierno de los Estados Unidos está preparado para imponer todas las medidas económicas en su poder para presionar al régimen de Castro".
"Sería un gran error a menos que el gobierno norteamericano tuviera preparado para llevar esto hasta el final. Castro pensaría que a una o dos medidas severas sin dudas le seguirían otras, y suponiendo que Castro sea un hombre inteligente, cosa que debemos suponer, encontrará formas para solucionar el problema ocasionado por nuestras acciones".
"La reducción de 500 000 toneladas de la cuota azucarera significaba que no iba a haber azúcar ese año para los Estados Unidos".
"Debíamos estar preparados para la intervención de las compañías petroleras y probablemente poco después intervenir las compañías de electricidad y teléfono".
"Lograr que la oposición cubana comenzara a desempeñar un papel más activo alrededor del hemisferio con el fin de que esta actitud contra Castro no se polarizara sólo en los Estados Unidos".
"El gobierno de los Estados Unidos debía evitar a toda costa que se le encasillara en el papel de agresor contra Cuba, que si esto pasaba, pondría de nuevo la política de los Estados Unidos de espalda a la política hacia América Latina y afectaría a nuestras inversiones en Venezuela y en otras partes del hemisferio".
"El Departamento había trabajado durante más de un año para propinar a Castro un knock out y que lamentaría mucho si en ese momento teníamos que irnos en estampida".
"El tiempo le pertenecía por entero a Castro".
"En breve tendríamos una legislación necesaria para tomar medidas en relación con el azúcar, luego tal vez otras medidas en relación con las tarifas y acuerdos bilaterales y luego ¿estaríamos preparados para llegar hasta el final?".3
El 28 de junio se conoció de la aprobación del proyecto de ley Azucarera por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes que dejaba a Cuba sin cuota azucarera. Era prácticamente la declaración de guerra económica.
Pocas horas más tarde, en una concentración popular en Artemisa, Fidel reiteró la actitud de la Revolución y su pueblo ante la agresión:
[...] en ese intento de irnos quitando la cuota libra por libra, les iremos quitando central por central, y les iremos quitando centavo a centavo hasta la última inversión de norteamericanos en Cuba. Nos quitarán las cuotas, ¡pero no nos podrán arrebatar la república!; nos quitarán las cuotas, ¡pero no podrán jamás ponernos de rodillas!; [...]4
Y concluyó sus palabras expresando:
Martí dijo en aquellos versos: "Yo quiero cuando me muera, sin patria pero sin amo..." (DEL PÚBLICO LE DICEN A CORO: "tener en mi tumba un ramo de flores y una bandera".) Y nosotros podemos decir: ¡Sin cuota, pero sin amo; sin americanos, pero con patria! 5
1 Tomado de Andrés Zaldívar Diéguez: Bloqueo: el asedio económico más prolongado de la historia, Editorial Capitán San Luis, 2004, p. 253.
2 Obra Revolucionaria No. 12, Imprenta Nacional de Cuba, junio 25 de 1960, pp. 13-14.
3 Tomado de Tomás Diez Acosta: La guerra encubierta contra Cuba, Editora Política, 2006, pp.18-27.
4 Revolución, 29 de junio de 1960, p. 15.
5 Revolución, 29 de junio de 1960, pp. 15 y 18.
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