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2010/04/04

La Página-"Huleros", estafadores a plena luz del día (y III entrega)-Diario digital de noticias de El Salvador

 Profesionales, campesionos, obreros, jóvenes, viejo, pero especialmente mujeres son sus potenciales víctimas.

Escrito por Redacción. 04 de Abril. Tomado de La Página.

Apenas entra un usuario de Sertracen a los estacionamientos privados ubicados atrás del edificio central en San Salvador, rápidamente se acerca uno o dos a darle indicaciones de cómo debe parquearse. En ocasiones hasta se acercan para ayudar a abrir la puerta, especialmente si es una conductora.

Balbucean la oferta, pero se esmeran en que se les entienda $1.50. Siguen al usuario hasta convencerlo de que es necesario cambiarle el hule de empaque a las puertas y al baúl. Prometen hacer el trabajo lo antes posible… antes de regresar de realizar el trámite dentro de Sertracen.

Si logran afianzar un cliente, inmediatamente se unen cuatro o cinco “huleros” y entre todos realizan un trabajo deficiente y rápido. Cuando llega el usuario, los demás se alejan y dejan que quien hizo el trato cobre.

El cliente ha calculado en diez metros a lo sumo, es decir, 15 dólares. Sin embargo la sorpresa es cuando el “hulero” multiplica esa cantidad por cuatro y le cobra $60 o más. El cliente quiere pagar en metro, pero el “hulero cobra en pie y para su comodidad un metro tiene cuatro pie, aunque en realidad tiene 3.28 pie.

Los clientes aseguran haber escuchado que el metro valía $1.50, pero el hulero dice que dijo $1.50 el pie. Comienza la discusión y de repente los demás “huleros” se van acercando. Ya no son cinco, son diez o más, los que rodean al cliente que a estas alturas ya es víctima.

SI la víctima no tiene dinero en efectivo los “huleros” le piden que vaya a un cajero automático con dos de ellos a sacar dinero. Si tampoco anda tarjetas, le aceptan cadenas, relojes y todo lo que sea de valor.

La mayoría cede y paga por un trabajo mal hecho porque algunos de los “huleros” que se han sumado a la discusión dejan ver tatuajes de pandillas y comienzan a sembrar miedo en la “víctima”. Otros no pagan y piden a los “huleros” que quiten el empaque colocado, pero éstos reclaman que ya no pueden porque ya está cortado.

Los “huleros” rodean a la víctima, copian la placas y uno de ellos dice que con los conectes en Sertracen ya van a averiguar la dirección del dueño del carro para irle a cobrar a la casa. Es una forma de amedrentar a su víctima que amenaza con ir a denunciarlos ante la PNC , mientras los huleros se ponen a reír y lo retan a que los denuncien. No hay policías por ningún lado y si los hubiera igual. Prefieren ignorar.

Los “huleros” comienzan a hacer señas propias de pandilleros y a usar leguaje propio de las pandillas. “Nel bato, con usted tranzamos a $1.50 el pie” dice. Otro asegura que él escuchó perfecto y otro más generalmente el más alto, reclama como suyo el negocio y reclama al usuario que si no paga de cualquier forma le van a cobrar. Insiste en que conocen las placas y que con ellos sabrán dónde vive.

EL único testigo del usuario podría ser el que entrega los papeles de control y cobra por el parqueo, pero éste se hace el desentendido y dice no saber nada. La víctima no se puede subir al vehículo porque está rodeado y estratégicamente dos o tres se han colocado frente al automotor para no dejarlo ir.

El colmo del cinismo es cuando uno de los huleros le pide aunque sea la casetera como garantía de que va a regresar a pagar o como pago. EL usuario finalmente tiene miedo y paga con una prenda de valor que vale más que lo exigido. Logra irse y los “huleros” comienzan la caza de otra víctima.

Si la víctima es mujer, las preferidas, generalmente paga y a veces hasta sube a uno o dos de esos tipos para ir a sacar dinero. A veces están tan asustadas como ocurrió en diciembre del año pasado cuando una mujer dio la tarjeta y el pin a uno de los “huleros”. Jamás regresó éste y le vació la cuenta.

José, oriundo de un municipio de la zona oriental, una de las tantas víctimas señaló que enero pasado tuvo necesidad de ir a refrendar y fue engañado por los huleros, porque escuchó que a $1.50 cobraban el metro. Cuando regresó le cobran $75. Cuando lo empezaron a rodear, le habló a sus parientes que se encontraban en Metrocentro y llegaron pronto, precisamente cuando le estaban exigiendo las tarjetas de crédito. Los tres primos de José llegaron en un pick up doble cabina y se bajaron enseñando las armas en el cincho. “Y a mi porque no me le ponés hule hijueputa” le dijo uno de sus parientes al “hulero” que mas vociferaba. Los huleros se desperdigaron y ese instante fue aprovechando por José y sus parientes para irse. Ni pagaron el parqueo.

José supo después que varios pandilleros armados llegaron al parque a buscarlo, pero él ya iba de camino. Esta vez perdieron los “huleros”.

No fue el caso de Rosa, a quien los “huleros” le quitaron una cadena valorada en unos $150, por un cobro de $50. Ella quedó de llegar a dejarles el dinero para que le dieran la cadena, pero tuvo miedo y prefirió dejar la prenda. Lección aprendida.

A veces llegan agentes de la PNC y las víctimas denuncian, pero lo policías ni siquiera escuchan y si lo hacen le dan la razón a los “huleros”, porque se supone que son tratos comerciales, aunque no hay ningún contrato firmado.

“Un sargento del 911 de San Salvador señaló que no pueden proceder porque se trata de un reclamo por trabajo cobrado muy caro. En este caso las partes deben negociar, aunque lo mejor es no aceptar el cambio de empaques”, dijo.

Un agente de tránsito señaló que no pasa un solo día hábil sin que haya al menos una denuncia, pero nada se puede hacer porque no ha habido robo. Hasta ahora ningún “hulero” ha sido detenido o procesado”.

Las víctimas ni siquiera preguntan el nombre de la persona que los estafa, por lo tanto ni siquiera pueden denunciar a alguien específico, aunque la Fiscalía puede abrir un proceso al ser del conocimiento público, dijo el agente.

La mayoría de las víctimas prefiere quedarse callado y asumir la experiencia para no volver a ser timado. “Son víctimas profesionales, campesinos, mujeres, jóvenes adultos, tienen la facilidad de engañar a mucha gente, especialmente a las mujeres”, cuenta un tramitador.

LA PÁGINA logró hablar con un “hulero” sin que se enterara que estaba hablando con un periodista. Según el “hulero” el producto se los traen desde Guatemala, generalmente de contrabando. La pega que utilizan para sellar el hule-empaque lo compran aquí. El hule es distribuido a personas que viven en la comunidad Tutunichapa o en el centro de San Salvador, que luego lo vende a $0.25 el metro, estos a su vez consiguen ayudantes a quienes les pagan $1.00 por cada metro que instalan. Es decir que les queda $5 de ganancia por metro pegado.

En el día, el dueño del hule puede llegar a ganar hasta $100 o más y el ayudante hasta $20. Los ayudantes son ocasionales, algunos pandilleros. Cuando no hay trabajo de “hulero” se dedican a ayudarle a vociferar a los empleados de las casa tramitadoras. Les dan entre $0.50 y $1.00 por cliente logrado.

Los huleros saben que la PNC no les hace nada, algunos hasta son amigos de policías. No tienen contactos dentro de Sertracen, pero a sus víctimas los amedrentan con el número de placas al decirles que sabrán adonde ir a cobrar.

Son amigos de los que cuidan y cobran en los parqueos, quienes incluso les ayudan a ubicar a sus potenciales víctimas. Casi siempre mujeres, las que suelen ser más fáciles de convencer y les dejan las llaves con toda confianza. En ocasiones los “huleros” roban llaves cruz y pequeños objetos que no se noten. Una vez uno de los “huleros” le cobró al cliente a $1.50 el metro, porque ya le había robado como $1,500 en efectivo. Al siguiente día cuando la víctima llegó a reclamar los “huleros” hasta se ofrecieron buscarlo para entregarlo a la policía. El “hulero” dejó de llegar dos semanas y luego volvió a aparecer. Borrón y cuenta nueva.

Al preguntarle al “hulero” si no es una estafa lo que le hacen a los usuarios se pone a reír y dice con sarcasmo “a nadie obligamos”. Cómo que si amedrentar no es peor que obligar… literalmente es estafar.

Diario digital de noticias de El Salvador

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