Comentarios mas recientes

2010/04/19

Contra Punto-Funes-FMLN: extraños bajo el mismo techo

Llegaron al poder tomados de la mano, ahora en él, son dos extraños viendo el mismo horizonte, pero yendo por distintos caminos. La historia podría terminar como el estribillo de aquella canción de Nacho Vegas: “en vez del amor, se hicieron el daño”.

Escrito por Tomás Andréu. 19 de Abril. Tomado de Contra Punto.

SAN SALVADOR - “Perdone que lo diga públicamente, pero necesitamos mayor comunicación con la dirección de nuestro partido. Es necesario trabajar juntos, el pueblo nos quiere ver juntos y juntos somos el futuro y la perspectiva de El Salvador”, dijo a todo pulmón el miembro de la Comisión Política del FMLN y vicepresidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, durante un acto público, a mediados de marzo pasado. Los cuatro vientos llevaron el mensaje a su destinatario: Mauricio Funes, jefe del Estado salvadoreño.

De ese modo se oficializaba la distancia existente entre el FMLN y el presidente Mauricio Funes, un secreto a voces tanto en el seno del partido de izquierda como en la opinión pública. De hecho, el llamado realizado por el vicepresidente ocurrió el 14 de marzo pasado, fecha en la cual los farabundistas conmemoraron el triunfo electoral del pasado 15 de marzo de 2009 y al que no fue invitado el jefe de Estado.

Una conmemoración a la que, extrañamente, no asistió el mandatario, aduciendo que no había sido invitado, pero el partido contestó que, siendo un miembro del partido, no necesitaba de invitación. Un cruce de palabras que denota lo mismo: las cosas no van viento en popa entre Funes y el Frente.

El acabóse es que, en los proyectos de ley debatidos y aprobados en el Congreso, la bancada del FMLN no apoya los empujados por Casa Presidencial y esta, por el contrario, es apoyada por los legisladores de ARENA y la derecha legislativa, que evidencia hasta dónde llega el conflicto vivido por el mandatario y el partido que lo llevó al poder.

La última de esas pujas sucedió la semana pasada, cuando se aprobaron préstamos internacionales por el orden de los $161.7 millones para destinarlos a mejorar la infraestructura del país y la prevención de la violencia. Los créditos fueron aprobados con los votos de ARENA, PCN, GANA y PDC, pero no con los del FMLN, que pedía más debate en torno a dónde iría a dar el dinero.

Las desavenencias también han tocado otros cables de alta tensión a escala de proyecto de nación. La reforma a la Ley Penal Juvenil enfrentó al partido de izquierda con el Presidente. La ley que buscó ampliar la pena de 7 años a 15 en jóvenes con edad de entre 16 y 17 años, fue vetada por el mandatario.

El FMNL insistió en superar el veto presidencial a tal punto que parecía una “una voz que clama en el desierto” legislativo. Al mismo tiempo, las demás fracciones partidarias propusieron la reunión con los asesores del Presidente sobre el tema a la reforma, el FMLN fue categórico en no participar.

El presidente Mauricio Funes no tardó en tildar la medida de “populista” y detrás de las declaraciones en las que arremetió contra el FMLN, los tildó de doble moral: “Por qué un partido que nunca estuvo de acuerdo con el aumento de penas, que nunca estuvo de acuerdo con la Ley antiterrorista, que siempre dijo que no es aumentando penas, que no es siendo más punitivos en las sanciones como se va a resolver la delincuencia, ahora sí es la solución a la delincuencia, eso no lo entiendo, que me lo expliquen”.

La delgada línea entre el amor y el odio

Las fricciones y contradicciones políticas entre Funes y su partido (¿su partido?) no son nuevas. Era claro que el matrimonio entre ambos, pactado durante la campaña electoral, fue uno de esos motivados por el interés mutuo, como el tipo que se casa con la chica porque ella heredará la empresa del padre, y ella lo necesita porque justamente el muchacho tiene los conectes para que esa empresa siga creciendo aún más.

El Frente sin Funes probablemente no habría ganado los comicios y, por el contrario, habría agregado una cuenta más a su camándula de derrotas inflingidas desde 1989 por ARENA. Necesitaba a gritos a alguien “outsider”, con arrastre, que abriera el partido a capas medias hastiadas del neoliberalismo arenero pero tampoco afiliadas a exabruptos socialistas. Funes, que ahora se ve siempre estuvo interesado en llegar a la macolla del poder, probablemente no lo hubiera logrado sin esa masa de votantes de izquierda, aglutinados en el FMLN.

Teniendo en cuenta ese noviazgo complicado, era predecible que el matrimonio iba a ser turbulento, como en efecto está siendo evidente.

En medio de ese estira y encoje, como entre la espada y la pared están aquellos funcionarios que, llegados del partido, están ahora a las órdenes del Presidente, y no de la dirigencia del FMLN.

Ese es un punto débil para el FMLN, según el ex guerrillero y ahora analista político, Dagoberto Gutiérrez.

“El FMLN no influye en el gobierno actual, pero Funes sí podría influir en el partido”, dice.

Gutiérrez también añade que una vez que la extenuante campaña electoral tuvo al ganador, en la cual ex insurgencia y ex periodista llegaron al poder, este último no necesita más del partido, pues su política goza del apoyo de sectores empresariales y de la derecha del país.

“En la cabeza de Mauricio Funes el camino está definido, el cual es el neoliberalismo. El gobierno no ha alterado en nada el modelo económico”, dice Gutiérrez.

El analista es parte de esa masa crítica de votantes del Frente que ahora comienzan a sentirse un tanto decepcionados de Funes, pues querían y quieren ver cambios más drásticos en la conducción sobre todo del modelo económico. Pero el Presidente no va precisamente en esa misma dirección. Parece ir gobernando tratando de hacer algunos cambios por aquí y por allá, pero sin meter el acelerador a fondo. El caso más evidente fue su oposición furibunda a las reformas pactadas por todos los partidos en el Congreso para anular el cargo básico de telefonía, un cargo que no le trae ninguna ventaja a la población, pero que el Presidente se empeñó en objetar.

Las reflexiones de Gutiérrez, no obstante, han sido criticadas por dirigentes del partido, pues han visto una especie de campaña anticipada al tratar de menoscabar al FMLN y al mandatario del país, ya que el analista dirige la Tendencia Revolucionaria, organización social que aspira a ser partido político.

La separación entre partido y Estado, debería ser lo más saludable para apuntalar la democracia del país, y no debería ser una vieja tradición como ocurrió con Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en la cual los mismos miembros del partido tricolor reconocieron que fue un daño que el jefe de Estado [llámese Elías Antonio Saca] fuera al mismo tiempo presidente del partido. Esa es una de las conclusiones del politólogo, Antonio Martínez Uribe.

“Si estamos dentro de un proceso nuevo, inédito, en donde se está construyendo el partido y también se está construyendo el Estado, pues tiene que ser algo positivo [distancia Funes-FMLN]”.

Desde el llamado público que hiciese el vicepresidente, la relación ha sido más fluida, afirman miembros del partido de izquierda.

Distancia no es sinónimo de contradicción y ante este escenario el politólogo Martínez Uribe vislumbra que “podemos llegar a un momento bastante difícil para este proyecto que, de una u otra manera, queramos o no, es un proyecto de izquierda”.

Distancia o contradicción, lo cierto es que el jefe de Estado ha mostrado más empatía y efusividad con otros miembros de otros partidos que con su propio compañero de campaña y gobierno: Salvador Sánchez Cerén, de hecho, los intercambios de saludos entre ambos son contados con los dedos de la mano.

Martínez Uribe cree que el Presidente “comprenderá que necesita irremediablemente la fuerza política y social” del FMLN, luego de esto, “habrá una síntesis” y reconocerá “a su compañero estratégico”, claro, en el futuro, hoy por hoy, “eso el presidente Funes no lo comprende muy bien”.

Camas separadas, ¿fin de nuestro amor?

Roberto Cañas, ex comandante guerrillero que fue uno de los miembros de la comisión negociadora que firmó los Acuerdos de Paz en 1992 y además estuvo en la Comisión Política del FMLN, afirma categóricamente que el binomio Funes-FMLN “es un matrimonio que a veces duermen en la misma cama, a veces duermen en camas separadas, en pisos separados, pero yo estoy convencido de que ninguno de ellos dos está en la disponibilidad de separarse”.

Mientras ambos deshojan la margarita y dicen “me quiere, no me quiere”, mutuamente piensan que se necesitan, que el binomio perfectamente puede dormir sin escozor: “El FMLN necesita un buen gobierno de Mauricio Funes porque el FMLN no quiere gobernar solo 5 años, el FMLN me imagino que puede pensar que tiene una estrategia de poder de largo plazo, mientras él cada día que pasa tiene menos días de gobernar. Me imagino que quiere ser recordado como un buen Presidente”, agrega el también catedrático, Roberto Cañas.

Desde otro ángulo, el binomio Funes-FMLN, fue un “pacto entre caballeros”, una conveniencia mutua que con el tiempo “han ido buscando acuerdos, muy al estilo de la izquierda”, dice el economista y analista de derecha Luis Membreño.

El socialismo del siglo XXI, es para Membreño, el objetivo común del binomio Funes-FMLN, en el cual, agrega, “uno hace de bueno y otro de malo”. Ambos no conocerán, a pesar de las discrepancias y arrebatos, la ruptura, pues son expertos “en manejar diferencias, que al final de cuentas, están en la misma sintonía”.

Aunque partido y gobierno le suenan a socialismo del siglo XXI, Membreño se suma a las anteriores declaraciones, al afirmar que “el FMLN no puede estar sin Funes” pues para él, el mandatario maneja el dinero del Estado y el FMLN “tiene un poder muy importante que ha conseguido en la Asamblea Legislativa”, un punto importante que deja sin resguardo al mandatario al no tener tras de él, un resorte partidario fuera del FMLN.

¿Cambió para bien el llamado que el vicepresidente hiciera públicamente al presidente Funes? Sí, pero no fue esa acción lo que mejoró la comunicación, como asevera el diputado Roberto Lorenzana, Vicepresidente de la Asamblea Legislativa: “Hubo un entorno en términos generales que fue propiciando una voluntad para una comunicación mucho más fluida [sin embargo], nosotros esperamos que las cosas funcionen mucho mejor”.

Los consultados por ContraPunto concuerdan en que el presidente Funes ya está donde quería estar y su tiempo día a día va hacia el ocaso. Sin embargo, el FMLN tiene camino por andar, un camino que puede dejar facturas y quien tendrá que pagarlas será el partido de izquierda.

Una de tales facturas podría ser la reticencia de Funes a derogar la Ley de Amnistía, un tema que ha creado irritación en sectores de izquierda y de derechos humanos, pues si el ex presidente de ARENA, Alfredo Cristiani, impulsó la amnistía, Funes debería derogarla, ha dicho Benjamín Cuellar, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Canias (IDHUCA).

Funes-FMLN: extraños bajo el mismo techo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.