Escrito por Zoraya Urbina. 2 de Abril. Tomado de Diario Co Latino.
El Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) de Latinoamérica denunció mediante un comunicado en su página web, el asesinato de Ulises Martínez Sierra, el 26 de febrero de este año en San Salvador.
Adolfo Pérez Esquivel, coordinador de la entidad y Premio Nobel de la Paz en 1980, indicó que Martínez, quien era miembro de SERPAJ El Salvador, había recibido denuncias previas a su asesinato, por esto la entidad realizó gestiones para sacarlo del país.
No obstante, no se fue porque temía por la seguridad de su familia y quería viajar con ellos. El comunicado informa que Martínez denunció las amenazas en enero de este año, durante el Encuentro Anual de los Secretariados del SERPAJ de Mesoamérica y Colombia y reiteró sus temores a la Coordinación Latinoamericana.
SERPAJ, según su sitio en Internet, "es una organización social de inspiración cristiano - ecuménica que tiene como finalidad promover los valores de la Solidaridad y la No violencia e impulsar la construcción de una sociedad que se funde en el reconocimiento pleno de los Derechos de la Persona y de los Pueblos", la entidad tiene sedes en Costa Rica, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, entre otros países latinoamericanos.
La institución informó que Martínez" fue encontrado muerto, luego de que fuera secuestrado en una camioneta “pick up”, según testigos que lo vieran por última vez. Medicina Legal constató que recibió brutales golpes en todo el cuerpo; tenía la mandíbula destrozada, varias costillas quebradas y le dispararon cuatro balazos: en la cabeza, nuca, brazo izquierdo y abdomen".
Un miembro de la Coordinación Latinoamericana, viajó a El Salvador después del asesinato donde se reunió con diversas autoridades, como el Procurador de Derechos Humanos, la Fiscalía General de la República, el Vicepresidente de la Asamblea Legislativa.
En las reuniones, pidió justicia y reafirmó el compromiso de SERPAJ de trabajar por la paz, explica el comunicado e informa que las autoridades se comprometieron a continuar investigaciones y colaborar en el esclarecimiento de este asesinato.
"La tierra de El Salvador regada con la sangre de mártires como Monseñor Oscar Romero, continúa cobrando víctimas. A pesar de tanto dolor, creemos que ellos y ellas son semillas de luz y esperanza de un pueblo que lucha y construye su paz, de camino hacia una nueva vida, articulada en el relacionamiento fraterno y justo, de este pueblo hermano", finaliza el documento.
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