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2010/04/14

Co Latino-Democracia de juguete (2) | 14 de Abril de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

 Escrito por René Martínez Pineda(*renemartezpi@yahoo.com;Coordinador General del M-PROUES).15 de Abril. Tomado de Diario Co Latino.


Pero, hay que reconocer con humilde y revolucionaria resignación, que a los de ayer -los de ayer de carne y hueso y sueños rompidos- nos está costando un universo descifrar cómo entrar al híper mall de lo desechable –en materia de teoría social crítica y de acción política oportuna y fulminante- para desnudarlo públicamente y para denunciar, abiertamente, el desfalco brutal que nos vende al crédito, y que hace de la cruenta colonización española un juego de niños bien portados.
Un caso: muchos ignotos creen que –como si hablaran de abastecidos súpermercados- la democracia se democratiza y se fortalece, en la medida en que existen muchos partidos políticos desechables que –como en un estante ubicado en la entrada, o sea lejos de los productos de primera necesidad- están a la “supuesta y entera disposición” de todos los votantes, haciendo de ellos una cínica y mercantil forma de vida; una instantánea sopa política baja en calorías y nutrientes; un placebo transgénico vendido como milagroso resucitador sexual, en cuyas viñetas se lee: “medicina para los pobres”; “no se agite antes de tomarla”; “sólo hace efecto en ayunas”; “su ingesta prolongada no provoca dependencia”; “en caso de intoxicación severa, tómese otro frasco de distinto color”. El fabricante nos aclara –en letra foránea e ilegible- que (como con las pócimas para bajar de peso sin sudar) no se hace responsable por los efectos secundarios que se produzcan, ni por recurrentes casos de envenenamiento.
Y, diezmado, me pongo a hacer cuentas cabales, y resulta que este mi país ha tenido más partidos políticos que promesas electorales cumplidas o que escuelas públicas bien dotadas; y resulta que este mi país ha tenido más políticos que académicos y científicos juntos (y esa es una muy mala señal del talante de nuestra sociedad); y resulta que a mi gente –envenenada con lo desechable, empachada de consumismo y preñada de amarillismo- parece no importarle que la inmensa mayoría de esos partidos políticos hayan sido fundados y refundados –y vueltos a refundar- por tétricos y reciclados personajes que tienen la lengua más grande que el cerebro. Peor aún: en toda mi vida –cuyo mayor porcentaje ha deambulado en los corredores de feroces dictaduras económico-militares- he visto tantos políticos como niños de la calle y en la calle.
Lo desechable, lo que provoca empacho, llevado al nivel de lo cínico-mercantil, nos indica que no está lejano el día en que los políticos cierren sus mítines con las frases: “si va a caminar hacia el cambio, hágalo con zapatillas ADIDAS”; “yo tengo huevos de incumplir lo prometido, porque uso calzoncillos Calvin Klein”; “las medidas antipopulares siempre caen mejor con una Coca Cola bien helada”; “éstas son mis promesas electorales, amado pueblo… restricciones aplican”; “la corrupción huele bien con Paco Rabanne”. Y, entonces, me amarro con un nudo ciego los labios para no hacer una comparación funesta entre los valores desechados y los conservados.
Siento unos maniáticos deseos por decir –aunque no lo diré nunca jamás- que hoy no sólo las rasuradoras son desechables, que lo son también la familia y el amor y el honor y la cultura, si no se renuevan sus licencias en un juzgado de lo mercantil. Pero, sé que es visto como un delirio jurásico, como un ilícito anacronismo sociológico, el comparar cosas con personas e instintos con sentimientos.
Me tapo la boca, me la lavo con jabón de cuche, para no hablar de la identidad cultural que se pierde en la pesadilla americana y en la comida chatarra; para no hablar de la memoria colectiva que se va tirando en el basurero del oportunismo de marca; para no hablar de la privatización de la mente con las patentes imperiales; para no hablar del pasado que se fabuliza y vuelve efímero en la mercancía mediática disfrazada de noticia de última hora. Por eso, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne los desfiles de moda y la preferencia sexual de Ricky Martin.
Pero no; no voy a decir que los niños son declarados mortinatos cuando no usan pañales desechables; que los jóvenes son declarados una amenaza pública cuando no tienen un dormitorio privado ni visten a la moda; que a la mujer que carece de silicona y zapatera de tres niveles, se le margina de la felicidad y los trabajos bien remunerados; que al hombre que no es metrosexual se le acusa de machista; que la multa por orinar en la vía pública es mayor a la que se le impone a los grandes medios de comunicación cuando violan la ley. No!! No voy a decir esas cosas, porque quiero salir del destierro interno.
Esto sólo es una crónica no anunciada que habla de televisores, rasuradoras y celulares de última generación, que hacen desaparecer virtualmente a la actual generación y que confinan al olvido civil a las generaciones pasadas. Esto -mis compañeros, mis compañeras- sólo es una crónica seria y aburrida que habla de lo desechable y lo obsceno, y sé muy bien que –remendando mis sueños juveniles- debería estar hablando, aunque se me acabaran los adjetivos ágiles, de lo maravilloso que resulta ver jugar a Messi, casi tanto como lo fue ver jugar, desde los tendidos populares, a “la alegría del pueblo”: nuestro Jorge “Mágico” González.
Si sigo mezclando las cosas y los calendarios, tendré que pedir asilo permanente en la utopía o en el psiquiátrico, al fin y al cabo que, según parece, tienen las mismas coordenadas. ¿Se dan cuenta? Yo soy muy torpe para deambular en este universo de lo desechable, porque no tengo los implementos adecuados para ello… y, entonces, tomo conciencia de que ya me decapitó el verdugo que hace descartables mis palabras… por incómodas y fuera de tiempo. Estoy muy cansado y con tedio, hasta el fatídico punto en que ya no sé si echarme a dormir o suicidarme con la soga del conformismo modernista… pero, el embrujo que me obliga a seguir empujando esta pesada e inamovible roca que es la conciencia social, siempre es más fuerte que los malos pensamientos, así que opto por desnudarme en mi cuarto para poder reconocerme tal cual soy.

 

Democracia de juguete (2) | 14 de Abril de 2010 | DiarioCoLatino.com - Más de un Siglo de Credibilidad

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