03 de Julio. Tomado de Co Latino.
El acto de barbarie del domingo 20 de junio en Mejicanos, cuando miembros de una de las pandillas o mara incendiaron un microbús con los pasajeros adentro, luego de ametrallarlos para que no se escaparan, y que dejó el saldo de 14 muertos, ha indispuesto más a la opinión pública en contra de esas agrupaciones ilegales.
Los responsables de ese múltiple crimen, provocaron que el gobierno del Presidente Mauricio Funes adelantara algunas medidas contempladas en su plan de seguridad, como el control de algunos centros penales por unidades especializadas de la Fuerza Armada.
Pero, además, la elaboración de un nuevo proyecto de ley, y reformas al Código Penal, para penalizar la pertenencia a maras o pandillas.
Recién ocurrido el incidente, sugeríamos que las medidas en respuesta a ese macabro hecho, deberían ser racionales, y no producto de las subjetividades provocadas por la conmoción nacional.
La forma rápida y los resultados de la actuación policial, y las posteriores medidas, dejaron en claro la seriedad con la que el gobierno y las autoridades tomaron el asunto.
En el caso del proyecto de Ley Antipandillas, que ha sido presentado a diversos sectores, ha tenido prácticamente el aval de todos y todas los que debemos acompañar al Presidente Funes y al gabinete de seguridad, pues, algo hay que hacer para parar crímenes horrendos como el sucedido el 20 de junio en Mejicanos.
La propuesta de ley, si bien penaliza la pertenencia a maras o pandillas, da también posibilidades para aquellos que deserten de ellas o se quieran incorporar a la vida social y productiva.
A través de personeros de las mismas maras o pandillas hemos conocido del deseo de algunos de abandonar la vida pandilleril e incorporarse a al sociedad. Creemos que es el momento para que abandonen esas agrupaciones, pues, una vez avalada la ley no tendrán otra opción más que enfrentar a la justicia.
Lo sucedido en Mejicanos, no permite márgenes de maniobra diferente ni al gobierno ni a las autoridades, más que combatir o perseguir al marero o pandillero organizado.
Creemos que el gobierno está haciendo lo que la ley y la sociedad le demandan, por lo tanto, los que buscaron una opción en la vida de las pandillas, deben incorporarse de forma voluntaria a la sociedad, lo que implica no solo abandonar sus respectivas agrupaciones, sino abandonar la vida delictiva.
El Salvador se merece una oportunidad, los y las salvadoreñas se merecen una oportunidad, hay que trabajar entonces en esa dirección.
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