Reflexiones sobre la tragedia hondureña

La verdadera causa de los sucesos en Honduras recorre el continente: la división político ideológica propiciada activamente por Chávez que divide América Latina entre demócratas auténticos y la democracia de las turbas que él promueve. El continente no logra encontrar su identidad, desplegar su potencial ni superar el caudillismo y la dictadura por la democracia. Antes fueron Rojas Pinilla, Pérez Jiménez, Somoza y otros, ahora son Chávez, Ortega, Morales, Correa. Castro resultó más dictador que Batista.

Escrito por Rafael Castellanos .Jueves 02 julio de 2009. Publicado en La Prensa Grafica. 

Es difícil predecir qué sucederá en Honduras, puede ser complicado. Pero de este triste proceso todos sacaremos lecciones, desde Estados Unidos de Obama, que realiza abruptamente que tiene que ponerle atención a Latinoamérica, atrapada entre los narcodólares y los petrodólares, que al final se unen y pueden volver la región ingobernable, a todos los posibles afectados que tenemos que prepararnos a lidiar adecuadamente con esa realidad.

Zelaya anunció que retornaría a Honduras este jueves. El fiscal general de Honduras declaró que existe orden de arresto contra él por 18 delitos diferentes, entre ellos traición a la patria, que al llegar será arrestado y puesto a disposición de las autoridades competentes para ser juzgado.

La OEA, que antes manejaba EUA y ahora Chávez, le puso 72 horas plazo a Honduras para restituir a Zelaya, quien ahora dice que llegará probablemente el sábado (jugando con esas 72 horas), acompañado de Insulza.

En Honduras toda la institucionalidad está alineada, Corte Suprema, Congreso, Fiscalía General, el propio partido de Zelaya, la mayoría de la población y el Ejército, que después de deponerlo se retiró de la escena.

Afuera, como en un mundo paralelo que no tuviera ninguna conexión, la comunidad internacional condena el golpe y exige algo que los hondureños rechazan: la restitución de Zelaya como presidente a una velocidad sorprendente. El SICA, la OEA y las Naciones Unidas, en tiempo récord, condenan a Honduras, amenazan con sanciones y piden su reinstalación. Sorprendente. La ONU pasó serios apuros para sancionar a Corea, que detonó bombas atómicas desafiándola; a Irán, con elecciones irregulares; la OEA tampoco condena el escandaloso fraude electoral en Nicaragua; ni las constantes violaciones a la libertad en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Si el discurso de la comunidad internacional es consistente, si Zelaya regresa y es sometido al debido proceso con derecho a defender su caso, la violación que el mundo repudia, la acción militar, habría sido superada. No vemos a la OEA ni a la ONU retractándose. ¿Que pasará con la amenaza de guerra de Chávez y de hacer todo lo que pueda para derrocar a Micheletti? ¿No es pasmoso que esta grave violación pase inadvertida en los foros y cadenas noticiosas internacionales? Imaginemos la reacción de los organismos internacionales y los medios si el presidente de Estados Unidos dijera que va a derrocar, digamos a Ortega. Condenas estridentes de los organismos internacionales, primera página de todos los periódicos, grandes demostraciones en diversas ciudades. ¿Doble moral o mejor organización de los enemigos de la libertad? Ambas.

Puede ser que la tragedia de Honduras ayude a detener el proyecto chavista en Centroamérica. Los hondureños solos trazaron la línea de batalla, veremos si se suman otros.

Quedarán enseñanzas importantes de la tragedia hondureña. A todos nos abrirá los ojos para ver que lidiar con esa realidad es inevitable. Puede ser que allí se detenga el proyecto chavista en la región