Por Carolina Barros
Ámbito Financiero. Tomado de Rebelion. Julio/2009.
Periodista: Desde diciembre de 2008 usted está anunciando la declinación del proyecto bolivariano. ¿Cuáles son los errores de Chávez?
Heinz Dieterich: En la relación entre presidente-partido-masas se descuidó el aspecto fundamental de la conciencia y organización política. Apenas ahora, 10 años después del primer triunfo electoral, se empieza a implementar la primera Escuela de Formación Política. En lo económico, ha habido una sobreestimación de la capacidad gerencial del Estado venezolano dentro del modelo keynesiano-desarrollista; una inadecuada política de precios administrativos, incluyendo el bolívar; un cierto «laissez faire» frente a la inflación y una falla en la creación de sujetos populares de desarrollo macroeconómico.
En lo mediático, el discurso binario ha dejado de ser funcional; se presenta una sobresaturación mediática del Presidente y los tres contenidos discursivos (bolivarianismo, ética altruista, Socialismo del Siglo XXI) no se han fundamentado en la praxis, salvo algunos aspectos integracionistas. En lo político, la excesiva concentración del sistema en el Presidente y la continua debilidad de un centro político nacional son las principales debilidades.
P.: La actual reestructuración del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), con perfil militarista y 15.000 puestos rojos, ¿podría remontar esta declinación? Lo mismo respecto de la creación de un Partido Socialista Latinoamericano liderado por Castro, Morales, Correa, Ortega, además de Chávez.
H.D.: No, tal como está planteado, no. Chávez necesita refundar el modelo de gobierno que le funcionó de 2003 a 2007, pero que es disfuncional para ganar las elecciones de 2010 y 2012. Modificaciones parciales y el habitual «modus operandi» del Gobierno, improvisación y «management by crisis» no serán suficientes. En cuanto a un Partido Socialista Latinoamericano, no hay condiciones, ni la necesidad para hacerlo.
P.: ¿Cómo y cuánto influye en Venezuela el traspaso de poder de Fidel a Raúl Castro en Cuba?
H.D.: Para aprender, siempre es conveniente debatir con gente de nivel extraordinario, como Fidel Castro o Noam Chomsky. Pero, en cuanto a los modelos de gobierno de Venezuela, éstos han sido desarrollados y decididos por Hugo Chávez. Los errores del modelo venezolano se deben a la falta de una vanguardia colectiva bolivariana, no a los gobiernos cubanos.
P.: ¿Puede Chávez revertir este proceso de declinación de su proyecto?
H.D.: Sí, todavía tiene la posibilidad de salvar el proyecto; pero para lograrlo tiene que reconocer que el bolivarianismo a nivel latinoamericano está pasando de una fase ascendente (ofensiva) a una fase de defensa estratégica, esencialmente por la legitimación de facto del golpe militar en Honduras por Obama. Dentro de Venezuela debe formar un gobierno de unidad nacional (sin los sectores golpistas) que le permita superar las deficiencias del modelo actual. Esto requiere un nuevo modelo de gobierno y un nuevo proyecto histórico.
P. Usted habla de los cambios en Irán y la injerencia de EE.UU. en ellos. ¿Podría Rusia suplir el rol que hoy tiene Irán en lo que respecta a Venezuela?
H.D. La supuesta influencia de Irán en Venezuela nunca ha sido más que una burbuja mediática, útil a los intereses propagandísticos de Washington y Tel Aviv. Esto, por el simple hecho, de que Irán no tiene ningún poder real (tecnológico, bélico, cultural) que podría fundamentar una alianza estratégica con Venezuela. Esto es diferente con Rusia, en cuanto tiene avanzadas tecnologías bélicas, energéticas, el poder de veto en el Consejo de Seguridad y la alianza geoestratégica con China.
P.: Pasemos a Honduras. ¿Cuánto influye la restitución o no del ex presidente Zelaya para el futuro del bolivarianismo en América Latina?
H.D.: No sólo el futuro del bolivarianismo, sino de la escasa democracia política y social que tenemos. Detrás del golpe están y vienen las oligarquías, el neoliberalismo y el terrorismo de Estado. De hecho, en El Salvador (amenazas de muerte a Radio Victoria) y Honduras ya han reaparecido los escuadrones de la muerte. Es decir, el golpe de Honduras no es una cuestión de ideologías, sino de vida o muerte de la democracia en América Latina.
P.: ¿Cuál es el rol de Brasil y de Lula en este juego estadounidense?
H.D.: El rol de Brasil, encabezado por Lula, es convertirse en potencia mundial y líder de América Latina. Lo segundo ya lo ha logrado. Brasil es el centro de gravitación de América Latina y ninguna iniciativa hemisférica de importancia que no tenga su beneplácito avanza. Todo lo que hace Venezuela, que ayude a ese proyecto histórico mundial-regional, será apoyado por Brasil. Todo lo que lo estorbe, será descuidado.
P.: ¿Cómo ve el papel de la Argentina y de Cristina de Kirchner en la crisis de Honduras?
H.D.: A la Argentina, como a Brasil, le tocaría presionar públicamente a Obama para que actúe contra los golpistas. Pero es demasiado débil. De por sí, después de haber gastado su capital político en el innecesario y suicida enfrentamiento con «la patria sojera», el Gobierno Kirchner no sabe si llegará a 2011. Por eso, no se atreverá a abrir un nuevo frente de conflicto.
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