La medida hundirá en la bancarrota a empresas emproblemadas, provocando la pérdida de empleos, lo que incrementará el número de desocupados que hay en Estados Unidos
Martes 28 de Julio. Tomado de El Diario de Hoy.
El presidente Obama aumentó el salario mínimo estadounidense en medio de la actual crisis económica, lo que equivale a hacer sangrar a pacientes con tuberculosis. Empresas pequeñas y medianas que a duras penas han logrado superar la baja en la demanda general de productos y servicios han protestado de inmediato, haciendo ver que un incremento en sus costos puede llevarlos a la bancarrota.
La medida hundirá a empresas emproblemadas, provocando la pérdida de empleos, lo que incrementará el número de desocupados que hay en Estados Unidos, lo cual afecta en particular a los jóvenes, a los viejos y a las personas con limitadas capacidades. Una simple realidad económica, que el aumento de precios reduce la demanda, no la ha considerado el Ejecutivo estadounidense.
Tampoco lo pensó el depuesto presidente Zelaya de Honduras que hace un tiempo duplicó el salario mínimo "en beneficio de las masas" con lo que causó la supresión de miles de empleos. Cualquier persona que tenga conocimientos elementales de Economía sabe que el incremento forzado de salarios de inmediato causa una reducción en el número de empleos. Y las razones de esto son muy simples: el salario que se paga a un trabajador corresponde a lo que éste produce y se puede vender en el mercado. Pero en todo mercado compiten muchísimos productores que tienen que ajustar precios y calidad a lo que es la demanda de lo que ellos y otros ofertan. Cuando un productor sufre un alza en sus costos, su capacidad para competir contra otros productores, sean chinos, hindúes o paraguayos, se reduce y puede empujarlo a la quiebra.
La prioridad es proteger los empleos
Los salarios, al igual que los precios, no se fijan al capricho sino que se determinan por la oferta y la demanda de mano de obra y de todos los factores que intervienen en la producción de bienes y servicios. Aisladamente un gerente puede contratar a un técnico con un salario superior o inferior a la media del mercado, pero el promedio de todos los salarios de esa empresa se ajusta bastante a lo que la oferta y demanda general determinan. Y esa oferta y demanda dependen de una infinidad de factores en constante cambio, lo que obliga a permanentes ajustes, haciendo de las empresas entidades dinámicas que siempre se encuentran cerca del desplome.
Esto lo hemos visto en nuestro país. Empresas que eran líderes hace cincuenta años han desaparecido en un gran número, mientras otras que en ese entonces iniciaban operaciones son ahora importantes consorcios, de la misma manera que la mayoría no logró arrancar a lo grande.
La mortalidad de los negocios se incrementa en tiempos de crisis, amenazando patrimonios, empleos, servicios de la gente y el bienestar general de la población. Eso obliga a todos, pero en especial a los responsables de definir e implementar políticas públicas, a proceder con cautela y tener como prioridad, todo lo que contribuye a proteger puestos de trabajo. Reducir el gasto burocrático, eliminar regulaciones onerosas, esforzarse para preservar la paz y la armonía sociales, son aspectos de decisiva importancia. El desastre de los años de la gran demencia se originó en la casi implacable persecución del régimen duartista a los productores, a lo cual se sumaron la agresión armada y las depredaciones sindicales.
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