Editorial. Miércoles 29 de Julio. Tomado de Diario CoLatino.
Hoy se cumplen 30 días del golpe de estado en la hermana República de Honduras, sin que el status quo político, configurado desde aquella fecha, se haya modificado en lo más mínimo, pese al rechazo internacional contra la antidemocrática medida de los golpistas.
A un mes del deleznable atentado a la democracia centroamericana, vale la pena hacer algunas reflexiones. En primer lugar, la salida y la reducción del ímpetu del organismo continental -la OEA-, no sólo en su acierto original para que volviera al poder el Presidente Manuel Zelaya, víctima del golpe de Estado.
Es cierto que el Secretario General de la OEA, Don Miguel Insulza, no ha cambiado su discurso público, en cuanto a rechazar, condenar el golpe, y la convicción de que el Presidente Zelaya debe retornar a la casa de gobierno, de donde fue sacado, en la oscuridad de la madrugada, en ropa de dormir, y a punta de pistola.
No obstante, el ímpetu del organismo continental ya no es el mismo de la primera semana, luego de ocurrido el golpe, y eso es peligroso para el futuro de la democracia en América Latina, principalmente.
En segundo lugar, está quedando en evidencia que la mediación del Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, con la venia de los Estados Unidos de América, en vez de ayudar para una pronta solución, ha contribuido a alargar el problema, y con ello, permitir no sólo la consolidación de los golpistas, sino el acomodamiento de la comunidad internacional. ¿Esa era la estrategia? No lo sabemos a ciencia cierta, sólo el señor Arias y Washington lo saben.
En tercer lugar, y esto es lo más importante, es el resurgimiento y la organización política de la sociedad civil en Honduras, la que en última instancia, tendrá que resolver el problema, internamente, desde la movilización social. La conformación del Frente Nacional contra el Golpe, y su movilización permanente, desde el día del golpe, pese a la represión, el estado de sitio y el toque de queda, es sencillamente ejemplarizante.
De ahí que, finalmente, si bien los golpistas se reacomodan para consolidarse, y la comunidad internacional parece relajarse, los hondureños, su movimiento social, sigue consolidándose cada día, ganando pequeñas batallas, pero ganando mucha experiencia política y social.
Ayer, por ejemplo, ese movimiento social logró que la Corte Suprema de Justicia golpista, ordenara a los retenes militares no obstruir el paso a la caravanas que se mantuvo por cinco días frente a los retenes, en su ruta hacia la frontera donde les espera el Presidente Zelaya.
Y gracias al despertar de ese movimiento social, Honduras tendrá dos grandes momentos en su historia: antes del golpe y después del golpe.
Lo que ha quedado en evidencia por enesima vez es que la OEA es un organismo que no funciona sin los EEUU. Al inicio de la crisis los EEUU se limitaron a condenar el golpe y dejaron a la OEA jugar su papel de arbitro Americano. Gritaron en protesta al golpe, se reunieron, declararon su posicion pero no fue suficiente para parar el golpe. No paso mucho tiempo para constatar la triste impotencia del organismo(esta vez dominado por la corriente progresista en americalatina) al no poder darle solucion al conflicto debido a falta de capacidad cohercitiva. El empresariado de la region centroamericana comenzo a protestar por el corto cierre de las fronteras con Honduras y eso basto para que en el caso de El Salvador esa sancion ya no se aplicara y de alli para aca ni se menciona. Ese corte de comercio pudo haber tenido un mayor efecto para la rapida solucion del problema en favour hacia la constitucionalidad hondureña de haberse prolongado por unos dias mas. Fidel Castro puso el dedo en la llaga desde el inicio indicando que el gobierno golpista no alcanzaba a respirar sin la ayuda gringa. Latinoamerica debio haber exigido una posicion definida de los gringos desde el inicio. Ese es uno de los mas grandes errores que la progresista America Latina cometio.
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