Argentina fue una de las diez principales potencias económicas del mundo, pero ha ido en descenso desde que Perón implantó un esquema populista e intervencionista
Editorial. Jueves 23 de Julio de 2009.Tomado de El Diario de Hoy.
A mediados del Siglo XIX, unos cazadores introdujeron conejos en Australia para divertirse, con lo que iniciaron una de las peores plagas en la historia de ese país. Al no haber en el hábitat australiano enemigos naturales de esos roedores que los controlaran, en pocos años se esparcieron por el subcontinente llegando a numerar seiscientos millones de bichos que devoran todo lo que está a su alcance. Para combatir a los conejos las autoridades importaron perros que los persiguen, como más tarde el virus de una enfermedad que los mata; a la fecha nadie sabe qué hacer con los conejos, los perros y las plagas que de manera sucesiva se han ido formando. Y si bien parte de la lección se aprendió (no alteres los equilibrios biológicos naturales), la otra sigue desatendida: también la economía, manifestaciones culturales, fuerzas estratégicas, etcétera, se equilibran unas con otras hasta que alguien mete mano provocando inesperadas y no siempre beneficiosas reacciones.
Recuérdese el horror que el expresidente estadounidense Carter desató en el Medio Oriente al forzar el derrocamiento del Sha de Persia, un dictador progresista que fue reemplazado por una casta religiosa sangrienta, anacrónica y nugatoria de libertades fundamentales. La caída del Sha provocó la invasión rusa a Afganistán, el fortalecimiento de los fundamentalistas en el mundo islámico, las guerras sin cuartel entre sectas y la expansión del terrorismo musulmán por el mundo con Al Qaeda. Piénsese en lo que sería Europa si uno de los atentados contra Hitler hubiera tenido éxito.
Argentina y su subdesarrollo sostenible
Las principales conmociones en la actualidad son causadas por la manipulación política de la economía, lo que se evidencia en gran parte con el actual y casi milagroso desarrollo de los países asiáticos, "los Tigres", y el estancamiento y hasta retroceso que sufre Hispanoamérica. Hasta mediados de los Años Cuarenta Argentina fue una de las diez principales potencias económicas del mundo, pero ha ido en descenso desde que Perón implantó un esquema populista e intervencionista que los Kirchner torpemente continúan, al grado de haber confiscado los ahorros de los trabajadores. Con regímenes como ese, los argentinos no necesitan ni catástrofes naturales ni agresiones con armas nucleares…
No hubo sector económico en Argentina que no fuera blanco de los ataques peronistas, siendo las grandes empresas el primordial objetivo: les echaron encima sindicatos, les impusieron multas, les perseguían con regulaciones… ¡El paquete entero de hostigamientos en el arsenal socialista! Si las desgracias del pueblo son culpa de la "explotación", nada mejor para aliviarlas que aniquilar a los "grandes explotadores".
El efecto de las políticas peronistas fue el equivalente de destruir las zapatas de un edificio; la economía argentina se resquebrajó, la inversión se redujo casi a cero, la innovación tecnológica quedó anulada, los salarios se redujeron por el efecto inflacionario e inició el desempleo que afecta al país al día de hoy. Los peronistas mataron a la gallina de los huevos de oro, e iniciaron un proceso de subdesarrollo y pobreza tremendamente sostenible.
El problema, como señalamos al principio, inicia al romperse los equilibrios, por más insignificantes que sean. Un régimen puede perseguir a determinados sectores pensando que no inciden en el resto del quehacer productivo, pero la economía funciona como un organismo en el que cada parte desempeña una función; las personas que han perdido el dedo de un pie saben lo que eso representa en los balances del cuerpo.
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