Reiteramos lo que ya dijimos desde este espacio: no se entiende por qué no se han considerado para este cargo a mujeres capacitadas, que las hay de gran trayectoria e incuestionable honorabilidad.
Editorial .Lunes 20 de Julio de 2009. Publicado por La Prensa Grafica.
Este señor (José Luna Pereira) participó como candidato a alcalde Pasaquina en 1997 por el partido de la campanita.”
Estamos de acuerdo con la propuesta de Arias. Ellos tendrían que aceptar restituir al gobierno legítimo.”
El desenlace de la negociación para elegir a los 5 miembros de la Corte Suprema de Justicia, tardío pero satisfactorio, ha dejado un muy buen precedente para otras elecciones pendientes y, más aún, para el tratamiento de otros temas básicos para el país. Es claro que, en el acuerdo para elegir nuevos magistrados, y muy en especial para reconfigurar la decisiva Sala de lo Constitucional y escoger a su Presidente, que es el mismo de la Corte, imperó al final un sano criterio de lo que debe ser la negociación cuando se requiere mayoría calificada: que los dos partidos más grandes y competitivos, y por ende más contrapuestos, aprovechen esa necesidad de entendimiento para acordar lo mejor, en vez de manipular para lo peor. Así se deberían manejar siempre estas cosas.
Como una consecuencia colateral del acuerdo, también dispusieron otra salida sensata: abrir la lista de candidatos para Fiscal General, un puesto de primer nivel institucional que está en condición precaria desde abril. Así como en el caso de los magistrados, hay que llevar a la Fiscalía a alguien de probada capacidad, honradez a toda prueba e inequívoco carácter independiente. Reiteramos lo que ya dijimos desde este espacio: no se entiende por qué no se han considerado para este cargo a mujeres capacitadas, que las hay de gran trayectoria e incuestionable honorabilidad. Todavía es tiempo.
El acuerdo para la Corte y ojalá el acuerdo que se logre para la Fiscalía y para la Procuraduría General son, aparte de su valor en sí, augurios muy prometedores de cómo podrían seguirse manejando las cosas en el país de aquí en adelante. Como hemos dicho muchas veces, la alternancia ventila, y debe servir de catalizador de buenas y sostenibles iniciativas.
Trabajar en armonía
La clave del favorable desenvolvimiento de todo proceso, y más cuando se trata de un proceso nacional como el nuestro, está en la sabia administración de la armonía. En la política competitiva, esencial para la salud de la democracia, se vive siempre en confrontación de visiones y de intereses partidarios; pero lo que se vuelve malsano es que la confrontación derive en choque constante. Confrontar puede ser muy enriquecedor; chocar es siempre traumático e improductivo. De seguro esto es lo que va quedando cada vez más claro, a la luz de acontecimientos tan desafiantes como la alternancia y como la crisis.
Después de la solución negociada de la guerra, que en ningún momento degeneró como tal en negocio encubierto para nadie, se vienen dando en el país las condiciones para consolidar el trabajo en armonía de las distintas fuerzas políticas, económicas y sociales. Y ahora mismo, cuando tenemos la oportunidad real de asentar de veras la estabilidad del proceso por efecto de la alternancia, garantizar el trabajo en armonía adquiere dimensiones de desafío apremiante para todos.
De poderse, se puede. Y, como también es natural, es a la conducción ejecutiva del país a la que le corresponde poner la pauta, sobre todo si se considera el carácter eminentemente presidencialista de nuestro sistema. Las principales señales tienen que venir de arriba. Por eso, en este momento, la visión, la ponderación y la sensatez, desde la cabeza del Gobierno, son más determinantes que nunca.
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