En el mundo entero hay legislaciones aberrantes y arbitrarias derivadas de decisiones también aberrantes o absurdas que generan terribles injusticias
Miércoles 15 de Julio de 2009. Publicado por El Diario de Hoy.
Hoy, si todo va como está programado, habrá humo blanco respecto a la elección de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia. El suceso casi coincide con las audiencias para determinar si la juez Sonia Sotomayor tiene las cualificaciones morales, intelectuales y profesionales para ser miembro de la Corte Suprema de Estados Unidos, un cargo vitalicio.
En El Salvador la Asamblea escoge de una lista elaborada a raíz de acuerdos entre los partidos políticos. El procedimiento en Estados Unidos es diferente: los candidatos se someten a largos interrogatorios en el Senado, cuestionamientos públicos que examinan antecedentes, conducta, conocimientos, criterios y sabiduría. Desde que se anuncia el nombre del candidato, competencia del Ejecutivo, políticos, órganos de difusión, tanques de pensamiento, gremiales, etcétera, escudriñan y analizan la trayectoria de la persona. Al inicio de las audiencias casi todo lo averiguable de una juez está sobre la mesa.
La selección es casi siempre política; Obama intenta tender puentes tanto a las mujeres como a los hispanos, cuyo voto fue decisivo en la pasada elección. La bancada republicana objeta precisamente esa motivación, señalando el riesgo de que las decisiones de la Sotomayor sean influidas por su hispanismo y su experiencia personal de ser miembro de un grupo minoritario en la sociedad neoyorquina. En esto no ayudó un comentario de Obama quien dijo que una última instancia en las decisiones de la juez iba a encontrarse en su corazón; la juez rectificó, como era del caso hacerlo, que sobre su corazón estaba la ley y que las leyes las decretaba el Congreso.
La juez, pensamos, debió haber diferenciado entre lo que es legislación de lo que es ley. Lo primero son en efecto las decisiones que toma una legislatura o un grupo de poder (Chávez); la ley es la natural aplicación de principios jurídicos y morales. Tanto en Estados Unidos como en El Salvador y en el mundo entero hay legislaciones aberrantes y arbitrarias derivadas de decisiones también aberrantes o absurdas que generan terribles injusticias.
Del Orden Moral surge la prosperidad
Las audiencias equivalen a una disección o examen público en que una mala respuesta, un desliz o arrebato pueden derrumbar o aniquilar al postulado. Promisorias carreras políticas se han estrellado por un comentario mal pensado que refleje ignorancia, insensatez o amoralidad. Lo que muchos políticos y "meritócratas" en esta tierra dicen en sus declaraciones periodísticas los habría forzado a renunciar al instante en Estados Unidos, en Italia o en Corea del Sur.
Es discutible que el sistema salvadoreño lleve a otra cosa que a un arreglo menos peor que las otras posibilidades. Después de elegir a la Corte hay que encomendarse a todos los santos para que sus fallos se ajusten a Derecho y no a hígado o consigna. A diferencia de las audiencias en el Senado, aquí tanto el público como la Asamblea quedan siempre en una penumbra sobre lo que piensan, saben o son capaces los magistrados escogidos.
Más importante todavía es que nuestro desarrollo económico y por tanto las posibilidades de superar pobreza y lacras, depende de la medida en que el sistema de justicia puede hacer prevalecer el Orden de Derecho y el Orden Moral. No sólo las inversiones y la creatividad son decisivas para salir de la pobreza, sino también la garantía de que se cumple el Orden Jurídico.
Entonces estamos fritos...si en este pais quienes violan la ley como simples pedofilos son los que ostentan el poder economico...! Solo Dios y quien sabe quien mas con nosotros!
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