Comentarios mas recientes

2011/02/04

LPG-Sabremos encontrar el rumbo…

 La violencia, la miseria y la desesperanza configuran nuestra realidad. La violencia nos rodea y deteriora nuestra economía consumiendo más del 12% del PIB, los centros penales “albergan” a 22,000 huéspedes y un promedio de 8 a 10 asesinatos diarios soterran nuestras existencias bajo los escombros de la mina social que habitamos y en la cual los jóvenes, cuya edad no supera los 17 años, son víctimas mayoritarias.

Escrito por Carlos H. Rivas.04 de Febrero. Tomado de La Prensa Gráfica. 

 

Somos “campeones” mundiales de feminicidios. De 6,320 casos de violencia contra las mujeres en 2010, 4,230 se produjeron en el marco de la violencia intrafamiliar; y cada cinco horas una niña, niño, adolescente o mujer es víctima de violación sexual.

Los productos suntuarios, que la publicidad y el marketing convierten en necesidades, no son para los pobres, atados a la falta de recursos y al desempleo: siete de cada 100 salvadoreños no tienen empleo y 48 de 100 viven el limbo del subempleo, con un trabajo poco digno y ganando menos de un salario mínimo.

La economía dolarizada nos tiene más vulnerables ante los vaivenes de la economía internacional, y aumenta el ejército cabizbajo y desesperanzado para el cual la famosa “movilidad social” no es más que una quimera y el rebalse económico un engaño cruel.

Padecemos una estructura social carente de valores cristianos y humanos. Miles se convierten cada día al cristianismo y, sin embargo, casi siempre son multitudes silenciosas.

La polarización ideológica, la tendencia de atribuir nuestros propios intereses a la colectividad, nos mutilan la razón e impiden ver las respuestas colectivas. Quienes deberían estar interesados en la libertad de prensa defienden el “libertinaje” periodístico. El debate de ideas frecuentemente deriva en un intercambio de insultos; de un diálogo hacemos pleito, acaso para desahogar las tensiones que la realidad del país nos causa.

Por su parte, la mal llamada “clase política” naufraga en una profunda crisis de identidad y confianza. El “juego” democrático ha perdido credibilidad y daña la dinámica de crítica y proposición necesaria para superar los males del ejercicio de la administración pública.

Quienes ayer condenaban la construcción de hidroeléctricas, hoy guardan un sospechoso silencio y quienes en sus años de gobierno no hicieron nada por los más pobres del país, hoy se rasgan las vestiduras en su defensa. Se oponen a la eliminación de las partidas secretas y a las candidaturas independientes, los mismos que en un pasado muy reciente las tenían como banderas.

El 17% de nuestra población es analfabeta y como el ciego Bartimeo viven en un mundo limitado, porque el mundo que se expresa a través de la palabra escrita es un mundo que ellos no pueden descifrar. Viven en una oscuridad que es otra forma de la esclavitud.

Muchos padres y madres aún desconocen el paradero de sus hijos desaparecidos durante el conflicto armado y hay hijos que desconocen el destino de sus progenitores y hermanos de sus hermanos.

Nuestra realidad está enferma, es bipolar: por un lado el mundo ilusorio de la abundancia que los escaparates de los centros comerciales exhiben y la publicidad magnifica; por otro, el mundo de la realidad que los salvadoreños enfrentan a diario, soñando con tener lo que la sociedad les oferta pero sin los recursos para obtenerlos.

Aún así, creo profundamente que no estamos perdidos y que más importante es el “ser” que el “tener”, la solidaridad más que el egoísmo, el amor a nuestros hermanos más que el odio y la indiferencia. Y por eso, entre tanta sombra, sabremos encontrar la luz que nos guíe hacia un nuevo país.

Sabremos encontrar el rumbo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.