Después de haber leído y releído, escuchado y re escuchado las declaraciones y re aclaraciones, sobre el plan del subsidio al gas licuado, sigo convencido de que la implementación de esta medida constituye como mínimo una imprudencia.
Escrito por Facundo Guardado.01 de Febrero. Tomado de La Prensa Gráfica.
“En el equipo económico del gobierno, hay personas lo suficientemente conocedores de la materia, como para saber que estas formas de subsidio son las menos indicadas.”
Los costos en los que tendrán que incurrir los beneficiarios, los costos administrativos que tiene que sufragar el Estado, el costo político para el gobierno; comparado con el beneficio que recibirá la gente y lo que se ahorra el gobierno, sin duda, es un mal negocio. No hay necesidad de estarle echando la culpa a otros. El sistema de subsidio planteado es un laberinto sin fin, y al final del laberinto lo que se encuentra es un salón donde se juega a “adivine dónde está la bolita”.
En el equipo económico del gobierno, hay personas lo suficientemente conocedores de la materia, como para saber que estas formas de subsidio son las menos indicadas.
Si este asunto del gas ya fue pospuesto en varias ocasiones, y hoy, el presidente mismo, anunció que se posponía para abril (para no tener que recibir al presidente Obama con más carnaval callejero del que ya existe) bien podrían posponerlo 6 meses más y con los censos y resto de información que el Ministerio de Economía tiene ya a su disposición, ordenar de una vez por todas las políticas de subsidio y hacerlas transparentes, que todo mundo sepa en realidad de dónde sale la plata, en qué cantidad, a quiénes realmente benefician, por cuánto tiempo y cuáles son los resultados de dichos beneficios.
Lo que en este momento tenemos no es una política de transferencias focalizadas y temporales para ayudar a los más necesitados, las que existen son modalidades indiscriminadas de reparto de dinero (clientelismo político), con los que los gobernantes dicen estarle ayudando a la gente. No me cansaré de insistir: si de verdad quieren ayudarle a la gente que más lo necesita, garantícenle acceso a la salud y educación de calidad, y ábranles oportunidades para que quien quiera trabajar pueda colocarse en un empleo digno.
El otro camino es seguir por la ruta ya anunciada. Todos sabemos que esta terminaría en un caos, solo los responsables de implementar esta medida parecieran ser los únicos que creen lo contrario.
Las señales indican que por el momento no habrá marcha atrás, para mí no sería una sorpresa, pues ya varias ocurrencias han sido llevadas al laboratorio de la vida con resultados desastrosos. En esta vez, apelaré a mi creencia de que en año y medio se puede aprender algo.
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